El Pentágono trató de abaratar el caza F-35 empleando piezas chinas
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(x.com) Madrid – Nuevo varapalo para el desarrollo del caza norteamericano
F-35, el programa militar más caro de la historia.
El
Pentágono ignoró en varias ocasiones durante 2012 y 2013 las leyes que impiden la utilización de componentes fabricados en
China en estos aviones. En concreto, eximió de este veto a los proveedores del proyecto –liderado por
Lockheed Martin–
Northrop Grumman Corp y
Honeywell International Inc. Así, con conocimiento del departamento de
Defensa de
EE UU estas firmas incluyeron en el montaje de decenas de aviones
F-35 imanes para los sistemas de radares, trenes de aterrizaje y otros componentes fabricados en
China, según ha revelado la agencia de noticias
Reuters.
Con este comportamiento se pretendía limitar los altos costes del programa de este avión de combate de última generación, según un alto funcionario de adquisiciones del Pentágono recientemente retirado,
Frank Kendall, citado por la citada agencia. “Nunca antes había visto que sucediese algo así”, reconoce Kendall.
Los responsables de la operación optaron por el uso de imanes chinos, al coste de 2 dólares la unidad, en 115 aviones
F-35 entre los que se encuentran ejemplares de prueba, de entrenamiento y de serie.
Las empresas implicadas se enfrentan ahora a importantes sanciones por infringir las leyes norteamericanas, lo que podría retrasar aún más este programa valorado en cerca de 400.000 millones de dólares y que ya sufre un 70 por ciento de retraso respecto al proyecto inicial.
El
Congreso de Estados Unidos ha encargado a la
Oficina de Responsabilidad Gubernamental (
GAO, por sus siglas en inglés) la investigación de tres casos relacionados con el
F-35. Este organismo deberá tener listo el próximo 1 de marzo un informe acerca del cómo ha afectado a la industria militar estadounidense el uso de piezas chinas.
Además de las sanciones, la sustitución de los imanes chinos empleados en los
F-35 por otros fabricados en Estados Unidos podría costar 10.800 millones de dólares y necesitar en torno a 25.000 horas de trabajo.
El programa militar más caro de la historia
El del
F-35 es el programa militar más caro de la historia. Está liderado por
Estados Unidos, pero también figuran como socios
Turquía,
Dinamarca,
Italia,
Australia,
Holanda,
Gran Bretaña,
Noruega y
Japón. En todo caso, estos países no están obligados a adquirir los aviones que están ayudando a desarrollar, sino que en general deben seleccionarlos en sus correspondientes concursos nacionales a los que también concurren otros modelos.
El aumento de costes es el principal motivo por el que casi todos los socios de este programa se han planteado de un modo u otro el recorte del número de unidades que inicialmente habían previsto adquirir, o incluso, en algunos casos, el abandono total del proyecto.
El temor de esos posibles abandonos, que aumentarían los costes y, por tanto, la posibilidad de más abandonos, se había disipado en parte en los últimos meses con la confirmación de algunas compras previstas, como ocurrió recientemente en Holanda.
Según la estimación del
Pentágono, los cerca de 2.500
F-35 que está previsto comercializar durante las próximas tres décadas conllevarán un coste total de 391.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros), un 70% más respecto al coste estimado en 2001.