El caza F-35 colgado de alfileres por el Pentágono.
Es lo que se llama un informe corrosivo. El programa de fabricación del caza F-35 acaba de quedar clavado con alfileres por la Inspección general del Pentágono que, en un documento hecho público el lunes 30 de septiembre, critica al gigante de la aeronáutica Lockheed Martin y a cinco de sus principales subcontratistas (Northrop Grumman, BAE Systems, L-3 comunicaciones, Honeywell y United Technologies) por no haber puesto “controles rigurosos de calidad” para construir la nueva versión del avión caza norteamericano. Estas faltas “podrían comprometer el resultado, la seriedad y el presupuesto de este programa”, precisa el informe del ministerio de Defensa.
La oficina de inspección enumeró 343 problemas ligados a la concepción y a la fabricación del F-35 Lightning II, que debe reemplazar una gran parte de la flota norteamericana de aviones de combate y ha sido comprado por diez países (Gran Bretaña, Canadá, Australia, Noruega, Italia, Turquía, Dinamarca, Holanda, Israel y Japón). Algunos de ellos habían preferido el F-35 al Rafale de la francesa Dassault.
Sobrecostos y retrasos.
El presupuesto concedido a este programa, que no deja de aumentar a la par de los retrasos, se eleva en lo sucesivo a 395.700 millones de dólares, lo que lo transforma en el programa más caro de la historia de Estados Unidos. Este monto supera en un 70% el presupuesto inicial. Atribuido en el 2001, el programa debía ser objeto de un período de pruebas de una decena de años, pero éste se ha prolongado hasta 2016 por ahora, retrasándose así la entrada en servicio del aparato.
El vicepresidente del programa en Lockheed, Eric Branyan, reconoció que este informe había sido una “alarma”, que llevó al grupo a ser “más riguroso”, señaló a la agencia Reuters. No obstante, Lockheed indica en un comunicado que este documento “está basado en datos que datan de hace más de dieciséis meses y que la mayoría de las acciones correctivas (...) han terminado”.
El grupo asegura además que cuando los problemas se presentaron, el grupo aeronáutico “tomó las medidas adecuadas para rectificar la situación”. De hecho, el informe confirma que 269 defectos, es decir, el 78 %, fueron objeto de correcciones. La realidad es que los sobrecostos no podrán ser compensados y los retrasos no serán recuperados.
Le Monde par Stéphane Lauer 01.10.2013
[Traducción propia]
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