El congresista demócrata Adam Smith no ve sentido a seguir invirtiendo tanto dinero "en una capacidad tan baja".
actualidad.rt.com
El presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EE.UU., el demócrata Adam Smith, cuestionó este viernes los excesivos gastos asociados al desarrollo del avión de combate de quinta generación F-35 Joint Strike Fighter y sugirió "dejar de tirar dinero por esa ratonera".
"¿Qué nos da el F-35? ¿Y
hay alguna manera de reducir nuestras pérdidas? ¿Hay alguna manera de no seguir gastando tanto dinero en una capacidad tan baja?", se preguntó Smith en un evento del 'think-tank' Institución Brookings, en el que recordó que "los costos de mantenimiento son brutales".
Una combinación "más rentable"
El exsecretario de Defensa de EE.UU. califica al caza F-35 de "pedazo de mierd@"
Mientras desde la Fuerza Aérea señalan que están realizando un estudio para analizar la mejor combinación de cazas —incluido el F-35 de Lockheed Martin, el F-15EX de Boeing y un reemplazo de los F-16 más antiguos— el congresista apuntó que también trataría de encontrar la conjugación más "rentable".
"Lo que voy a intentar hacer es averiguar cómo podemos obtener una combinación de aviones de combate de ataque que sea la más rentable", subrayó el demócrata, precisando que "una gran parte de eso pasa por encontrar algo que no nos obligue a depender del F-35 durante los próximos 35 años", recoge
Defense News.
"Hemos desperdiciado una cantidad espectacular de dinero"
En general, Smith opina que el Congreso debería "limpiar seriamente" los costosos programas de armas del Pentágono.
"Hemos desperdiciado una cantidad espectacular de dinero
en sistemas de armas que no han funcionado en absoluto o que no han cumplido su promesa", explicó el jefe del Comité.
Aunque el Joint Strike Fighter fue concebido como un avión de quinta generación relativamente asequible, actualmente se considera como la plataforma de armas más cara del mundo, que genera un gasto de 36.000 dólares por hora de vuelo. El costo total del programa —que ha estado plagado de averías y
defectos— se ha proyectado en más de 1 billón de dólares durante una vida útil de 50 años.