Primero y antes que abundar en datos, quisiera dejar claro que estoy totalmente en desacuerdo con la portación civil de un arma de fuego; punzante o cortante y con la proliferación de cursos que den entrenamiento, en este tipo de armas, a personas fuera del ámbito de las FFAA y FFSS.
Dicho esto y pidiendo las disculpas del caso a sabiendas que hay en el foro instructores de tiro (yo soy uno). Como le dije hace algunos días a un ejecutivo deseoso de comprarse una Glock para protección hogareña… “Amigo mío, gaste usted cada centavo de esa compra en sistemas de seguridad pasiva, trabas y cerraduras y deje lejos de su amado hogar toda arma de fuego, que suelen ser en definitiva, un mal mayor que el que se quiere prevenir”
Digo esto, porque lo más fácil de plantear en temas de este tipo, es la conversación técnica aplicada a calibres, distancias, posturas, ojo rector, stopping power, generación de ventaja táctica, posicionamiento y cobertura… etc. Pero nos olvidamos del eje de la cuestión, estamos hablando de la utilización de armamento para defendernos de una agresión, que puede o no ser mortal que generará un cambio de nuestra vida y de nuestro núcleo familiar, por el resto de años que nos quede por vivir. Lastimar o quitar la vida de alguien debe ser ante todo, un pensamiento recurrente en quien porte un arma, sabiendo que las decisiones que se tomen llegado el momento, serán minimanente… trascendentales e inmodificables. Si aceptamos eso, si aceptamos que preferimos defendernos de esta manera, debemos hacerlo de una manera eficaz… y eso no siempre… es hacerlo en forma letal.
Presupongo, quizás equivocadamente, que algunos me tildarán de suave o débil… y debo decirles que tienen razón, si tipifican al débil como aquel que llegará hasta la última instancia antes de enfrentar un peligro real o lastimar siquiera a otro ser humano.
El combate a muerte es la instancia máxima de la locura humana, es el enfrentamiento entre dos o más humanos (por las razones que fuesen) con el único objetivo de quitar lo más preciado que se tiene… La vida; y déjenme decirles amigos míos, que la mas letal arma en esta situación tan dramática es el operador y su entrenamiento y no el arma en si.
Si uno solo de ustedes leyó este post y razonó someramente mis palabras, habrá sido suficiente para mí.
Terminado este aburrido prólogo, sigo leyendo sus interesantes datos y con gusto les comentaré mis apreciaciones sobre cada arma.
Saludos.
NHB.
Dicho esto y pidiendo las disculpas del caso a sabiendas que hay en el foro instructores de tiro (yo soy uno). Como le dije hace algunos días a un ejecutivo deseoso de comprarse una Glock para protección hogareña… “Amigo mío, gaste usted cada centavo de esa compra en sistemas de seguridad pasiva, trabas y cerraduras y deje lejos de su amado hogar toda arma de fuego, que suelen ser en definitiva, un mal mayor que el que se quiere prevenir”
Digo esto, porque lo más fácil de plantear en temas de este tipo, es la conversación técnica aplicada a calibres, distancias, posturas, ojo rector, stopping power, generación de ventaja táctica, posicionamiento y cobertura… etc. Pero nos olvidamos del eje de la cuestión, estamos hablando de la utilización de armamento para defendernos de una agresión, que puede o no ser mortal que generará un cambio de nuestra vida y de nuestro núcleo familiar, por el resto de años que nos quede por vivir. Lastimar o quitar la vida de alguien debe ser ante todo, un pensamiento recurrente en quien porte un arma, sabiendo que las decisiones que se tomen llegado el momento, serán minimanente… trascendentales e inmodificables. Si aceptamos eso, si aceptamos que preferimos defendernos de esta manera, debemos hacerlo de una manera eficaz… y eso no siempre… es hacerlo en forma letal.
Presupongo, quizás equivocadamente, que algunos me tildarán de suave o débil… y debo decirles que tienen razón, si tipifican al débil como aquel que llegará hasta la última instancia antes de enfrentar un peligro real o lastimar siquiera a otro ser humano.
El combate a muerte es la instancia máxima de la locura humana, es el enfrentamiento entre dos o más humanos (por las razones que fuesen) con el único objetivo de quitar lo más preciado que se tiene… La vida; y déjenme decirles amigos míos, que la mas letal arma en esta situación tan dramática es el operador y su entrenamiento y no el arma en si.
Si uno solo de ustedes leyó este post y razonó someramente mis palabras, habrá sido suficiente para mí.
Terminado este aburrido prólogo, sigo leyendo sus interesantes datos y con gusto les comentaré mis apreciaciones sobre cada arma.
Saludos.
NHB.