Las críticas al avión Sukhoi Superjet 100 reflejan tensiones entre Rusia y Ucrania
Konstantin Bogdánov, RIA Novosti
El avión comercial ruso Sukhoi Superjet 100 (SSJ-100) afronta nuevos problemas. Según los datos del periódico Kommersant, la mayor aerolínea de Rusia, Aeroflot, cuestiona la seguridad del aparato.
Al mismo tiempo, no se debería analizar la información que aparece en torno a este avión sin tomar en consideración otras noticias relacionadas con la industria aeronáutica, en la que últimamente tienen lugar acontecimientos muy interesantes, al parecer no vinculados directamente con el SSJ-100.
El diario Kommersant cita un informe preparado para la junta de directores de Aeroflot en el que están presentes los datos estadísticos respecto a la seguridad de vuelos de la compañía en 2012. Resulta que el avión Sukhoi Superjet 100 fabricado por la empresa Aviones Civiles de Sukhoi (que forma parte del consorcio Sukhoi) sigue afrontando problemas.
En 2012, un 40% de los incidentes provocados por fallos técnicos en los sistemas de aviónica que sufrieron los aparatos explotados por Aeroflot se produjo en diez aviones SSJ-100 que forman parte (un 8%) del parque aeronáutico de esta compañía. Los fallos más graves están relacionados con la seguridad del sistema de control del tren de aterrizaje.
No hay nada extraño ni nuevo en esto. Las soluciones técnicas aplicadas en el aparato no se han pulido hasta la perfección todavía y durante el proceso de su explotación pueden surgir fallos. Y no son los más graves. Una serie de incidentes ocurridos con el nuevo avión Boeing 787 Dreamliner no ha caído en el olvido todavía.
Pero el informe no es demasiado crítico hacia el SSJ-100 y los comentarios de Aeroflot no son muy negativos. Se dice que sí que hay problemas, pero se los puede resolver.
Entonces, ¿por qué los medios de información muestran tanto interés al Sukhoi Superjet 100? Porque este avión volvió a estar en el centro de atención.
Hace tiempo, los medios de información ya publicaron noticias mucho más negativas sobre el aparato fabricado por la empresa Aviones Civiles de Sukhoi.
¿Qué pasa? ¿Se ha revelado inesperadamente problemas catastróficos con la seguridad y uso del SSJ-100? Parece que no, pero el espacio informativo en torno al proyecto de Sukhoi tiene tintes negativos ya desde hace mucho.
Pero hace poco tuvo lugar un acontecimiento que puede estar directamente vinculado con lo anunciado. Empezaron a circular rumores y noticias oficiales sobre una drástica reducción del número de aparatos aéreos fabricados por la empresa ucraniana Antónov que Rusia planeaba comprar o más bien fabricar bajo licencia, en el marco del Programa Nacional de Armamento hasta 2020.
Parece que Rusia no va a comprar aviones de transporte pesado Аn-124 Ruslán durante la próxima década. Anteriormente, se preveía iniciar su fabricación en la ciudad rusa de Uliánovsk (región del Volga) después de 2016. Mientras, se ha reducido de 60 a 17 unidades la cantidad de aviones de transporte medianos An-70 que planeaban fabricar Rusia y Ucrania en la ciudad rusa de Vorónezh, a unos 500 kilómetros al sur de Moscú, o Kazán, capital de la república rusa de Tartaristán.
¿Qué hay en común entre los problemas que afrontan los aviones Antónov y Sukhoi Superjet 100? A primera vista, parece que no hay nada, a excepción de que el aparato An-148 es, de hecho, competidor directo del SSJ-100.
El avión ucraniano tampoco tiene características de seguridad excelentes. En ambos aparatos se producen los mismos fallos, en particular los que están relacionados con la seguridad del sistema de control del tren de aterrizaje.
Los lectores más impacientes ya podrían sacar la conclusión de que se ha librado la guerra informativa entre varias alas de la industria aeronáutica en el espacio postsoviético. Pero no se puede afirmar que se trate de una agudización de la lucha entre las corporaciones aeronáuticas rusa y ucraniana. Las partes simplemente están concordando sus intereses en el sector.
Pero la historia del desarrollo de relaciones entre la industria aeronáutica rusa con la ucraniana es larga, complicada, poco transparente e incluso desagradable.
Los ucranianos están interesados en recibir más pedidos por parte de las plantas aeronáuticas rusas y en obtener dinero por conceder derechos de fabricación de los aviones Antónov a Rusia bajo licencia. Ante todo, se trata de aviones militares de transporte, pero el An-148 también se ensambla bajo licencia en Vorónezh.
Al mismo tiempo, la empresa ucraniana Antónov trata de mantener su independencia y no está dispuesta a integrarse en la Corporación Aeronáutica Nacional, lo que es explicable.
Mientras, en una época en la que el déficit de aviones militares de transporte se hace amenazante, la industria aeronáutica rusa es muy cautelosa en lo que se refiere a la participación en los proyectos de importancia crítica que pueden no realizarse por los motivos que no tienen nada que ver con los asuntos del desarrollo y fabricación.
Varios expertos opinan que es más fácil absorber la empresa Antónov para empezar a trabajar con sus derechos de autor que desarrollar y mantener relaciones con los actores independientes.
Un conflicto de intereses es evidente. La anunciada renuncia de los militares rusos a comprar un gran número de aviones ucranianos coincide con la agudización de la propaganda en torno a los aviones comerciales Superjet/Аn-148.
No se pueden sacar conclusiones de todo eso. Sólo se debe seguir el desarrollo de los acontecimientos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130207/156342396.html