¿Crearán los drones una nueva carrera armamentística global? Parte I
Son difíciles de descubrir, mortales y baratos para construir. A pesar de la dudosa legalidad de matar a supuestos terroristas y talibanes sin proceso, el mercado para los drones se recalienta alrededor del mundo. Con Israel y China moviéndose en el mercado, ¿estamos a punto de ver una nueva carrera armamentística?
Tanques de plástico y modelos en miniatura de cazas están en la pantalla de la oficina de Steven Zaloga, y sus estantes para libros desbordan de volúmenes sobre la historia de la guerra. La guerra es el área donde Zaloga es un experto, pero más que eso, es su negocio. Durante 36 años, el historiador ha analizado tendencias globales en armas. Actualmente trabaja para Teal Group, una renombrada consultora de defensa en Fairfax, Virginia, un suburbio de Washington.
Zaloga sabe exactamente como y donde la guerra puede ser provechosa en cualquier punto elegido. Y cuando dice que armas tienen las mejores perspectivas comerciales, él no duda en revisar sus modelos de tanques y cazas. Esas armas pertenecen a los libros de historia.
El futuro pertenece a los drones, vehículos aéreos no tripulados teledirigidos (UAVs) equipados con sensible electrónica de reconocimiento y poderosas armas de precisión. Los drones proveen el tipo de sistema de armas que siempre desearon los estrategas: Permiten que una fuerza militar ejerza el poder minimizando sus propios riesgos, y llevar con precisión, ataques mortales, sin enviar a sus propios soldados al peligro.
El hecho adicional de que los drones son comparativamente baratos los ha transformado en favoritos de los Estados Unidos, que han usado los ataques de drones para ejecutar a más de 2.300 personas. La mayor parte de estos ataques han sido llevados a cabo en la caza de los miembros del Talibán que se esconden en Pakistán a lo largo de la frontera con Afganistán, y entre los asesinados se incluye al socio norteamericano de Al-Qaeda Anwar Al-Awlaki, quién fue ejecutado por uno de estos drones armados sin haber sido condenado primero por un tribunal.
¿Un mercado de 94.000 millones de dólares?
Zaloga señala una tabla con datos del presupuesto del Pentágono. En el 2002, los militares norteamericanos gastaron alrededor de 550 millones de dólares (400 millones de euros) en drones. En el 2011, esa cifra era de casi 5.000 millones de dólares.
La demanda crece alrededor del mundo también. "El Oriente Medio se transformará en un importante mercado para los drones", cree Zaloga. "Omán, Arabia Saudita, Egipto. Y luego Asia, por supuesto: Malasia, India, Australia. Y Europa: Turquía, Italia, Polonia, por ejemplo".
El analista estima las ventas globales de drones en la próxima década en 94.000 millones de dólares. Si esto ocurre, Estados Unidos tiene un potencial gran éxito de exportación en sus manos. El único artículo tecnológico posiblemente más popular es el iPhone. Una nueva "carrera armamentística global de drones" está llegando, escribió el New York Times.
Hasta ahora, los Estados Unidos han limitado las exportaciones de tecnología futurista con el fin de prevenir cualquier comprometimiento de su propia ventaja. El Departamento de Estado supervisa exportaciones y la venta de drones armados no está permitida generalmente, sólo con algunas excepciones para aliados muy cercanos. Pero la tecnología "no puede ser fácilmente contenida", dice el asesor David Deptula, que hasta hace poco sirvió en la Fuerza Aérea norteamericana, responsable del programa de drones.
Menos complicado que el asunto de Guantánamo.
Los Estados Unidos realizan ataques con drones cada vez con más frecuencia. El vicepresidente Joe Biden, sobre todo, ha sido un efectivo defensor de estas armas. Fue Biden quien impulsó a su jefe a terminar la guerra en Afganistán y combatir en cambio al Talibán con ataques de drones en sus escondites de Pakistán. El ganador del Premio Nobel de la Paz Barack Obama ahora envía drones equipados con un misil una vez cada cuatro días en promedio, mientras su precursor, George W. Bush, lo hizo tan sólo una vez cada 47 días. Obama, parece, le ha tomado el gusto a la guerra teledirigida, que entrega resultados más rápidos y es menos complicada que la discusión sobre Guantánamo.
La flota norteamericana cuenta ahora con alrededor de 230 drones. La Fuerza Aérea entrena a más pilotos para operaciones de drones que para cazas, y el mes pasado ha reconocido la existencia de bases secretas de drones en Etiopía, Seychelles y Djibouti.
A los fabricantes norteamericanos como Northrop Grumman y General Atomics les gustaría comenzar a vender sus productos al resto del mundo, y sus representantes sirven como animadores que impulsan la creación de más y más nuevos drones. "Los países tienen un apetito insaciable por los drones", comentó James Pitts, del gigante contratista de defensa Northrop, al "Financial Times". Los representantes de Northrop recientemente visitaron Japón, llevando un modelo en escala 1:1 del drone "Global Hawk". El mismo drone, bajo el nombre de "Euro Hawk" será pronto adoptado por el Bundeswehr, las Fuerzas Armadas de Alemania, en su base aérea de Jagel, en el norte de Alemania.
Un informe de Naciones Unidas señala en una lista más de 40 países que han comprado el avión teledirigido, aunque la mayor parte de éstos sean usados para reconocimiento aéreo, el objetivo original para el cual los drones fueron diseñados. Hasta ahora los únicos países que cuentan con drones de ataque, además de Estados Unidos, son Israel y Gran Bretaña.
Esto podría cambiar rápidamente, y compradores interesados podrán seleccionar una creciente variedad de productos. El clásico norteamericano en este momento todavía es el "Predator", un drone probado en las montañas de Afganistán y Pakistán, capaz de permanecer volando hasta 36 horas y atacar sus objetivos con misiles de precisión "Hellfire".
Pero el Predator está en su final y los fabricantes de armas norteamericanos están trabajando en su sucesor, un modelo capaz del llevar considerablemente más misiles, y es conocido como el "Avenger". El "Reaper", otro drone de ataque, es también una versión mejorada del Predator.
Junto con los drones de ataque, Estados Unidos produce sofisticados drones de vigilancia como el enorme "RQ-170-Sentinel", también conocido como la "Bestia de Kandahar". Este modelo fue usado antes de la ejecución de Osama Ben Laden para la vigilancia de su escondite, a mucha altitud e indetectable por cualquier sistema de radar.
Israel tiene el número más grande de drones en el cielo.
Los Estados Unidos no son el único país que sacará beneficios del boom de los drones. Uno de los fabricantes con más experiencia de esta tecnología es Israel.
"Sonría cuando alce la vista al cielo", dice Avi Bleser. "Siempre hay alguien mirando". Bleser es el director de marketing y ventas de Israel Aerospace Industries (IAI), una compañía que trabaja con fuerza en el suministro de drones al mundo. El cliente más grande de IAI es el mismo Israel, un país con más drones en sus cielos que ningún otro en el mundo. Ninguna otra compañía ha vendido tantos drones como IAI, e Israel es el segundo exportador más grande de drones, después de Estados Unidos. Mientras otros ejércitos recién comienzan a experimentar con el avión teledirigido, la Fuerza Aérea israelí recientemente celebró el 40º aniversario de sus primeros drones.
IAI dirige una verdadera ciudad cerca del aeropuerto de Tel-Aviv, equipado con talleres, hangares, pistas de aterrizaje y un total de 17.000 empleados. La compañía ofrece una gama completa de UAVs, de microdrones como el "Mosquito", que pesa sólo 250 gramos(nueve onzas), el "Bird-Eye", que dos soldados pueden llevar en una mochila, el "Panther", transportado por tanques y capaz de volar hasta 60 kilómetros (37 millas) detrás de las líneas enemigas y transmitir imágenes en vivo.
Sin embargo, el producto más importante de IAI es el "Heron". Su última versión, "Heron-TP", pesa cinco toneladas y puede llevar armas. Cuando el jefe de la Fuerza Aérea israelí presentó la nueva flota de Heron-TP el año pasado, dijo que los drones también podrían ser usados para "nuevas misiones". Muchos tomaron esto como una indicación de que el Heron-TP fue en parte desarrollado con el fin de atacar las instalaciones nucleares de Irán.
Los drones Heron están en constante uso en Afganistán, empleados por Canadá, Australia, España y el Bundeswehr alemán. El Heron ha volado 5.000 horas para Alemania tan sólo este año. Y con el contrato de préstamo por sus tres Heron en pronta renovación, el Bundeswehr podría sustituir los modelos actuales por la versión TP.
El exitoso drone israelí es omnipresente. El Heron vuela sobre Libia, donde Francia lo usa para reconocimiento como parte de las operaciones de la OTAN. También realiza la vigilancia sobre la frontera india en el Himalaya y provee a la Fuerza Aérea turca los objetivos a batir, los campos de entrenamiento del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK). Este drone tiene como clientes a 30 países, incluso la India, Sri Lanka, Tailandia y Corea del Sur, así como a Brasil y Ecuador, incluso Sudamérica cuenta con reservas en drones, particularmente usados contra el tráfico de drogas.
Los compradores golpean asiduamente la puerta de la compañía. "Una vez que ellos comienzan a usar drones, no pueden parar”, dice Bleser, cuando muestra durante una recorrida un hall con varios Heron. Aquí es donde son instalados los sistemas de radar y las cámaras. Bleser muestra primero los motores, hechos en Austria, entonces orgullosamente indica el centro de mando, una instalación verde, parecida a una caja con la mitad del tamaño de un contenedor, con ocho pantallas. "Usted puede sentarse hasta en su sala de estar y controlar los drones desde allí", dice.
Los UAVs conforman el 20 por ciento de las ventas de IAI. Con drones de ataque que proporcionan "la respuesta operacional a cualquier necesidad", Tommy Silberring, el jefe de la división de drones de la compañía, cree que "cada país quiere tener sus drones", En su cuadro del futuro, dice que todo avión será no tripulado, primeros los aviones de carga, luego quizás finalmente los de vuelos comerciales. "Los sistemas automatizados son mejores que la gente", dice. "Las computadoras no se marean y nunca están de mal humor".
"El futuro de la guerra vendrá en dos etapas", prosigue Silberring. "Primero, la guerra será automatizada. Entonces, será capaz de funcionar sola". La orden de hacer fuego, él cree, no será ya dada por un comandante, sino generada por un algoritmo.
Fuente: Der Spiegel por Andreas Lorenz, Juliane von Mittelstaedt y Gregor Peter Schmitz 21.10.2011
Traducción propia.
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Are Drones Creating a New Global Arms Race? Part I
They are difficult to detect, deadly and cheap to build. Despite the dubious legality of assassinating suspected terrorists and Taliban without a trial, the market for drones is heating up around the world. With Israel and China moving into the market, are we about to see a new arms race?
Plastic tanks and miniature models of fighter jets are on display in Steven Zaloga's home office, and his bookshelves are overflowing with volumes about the history of war. War is Zaloga's area of expertise, but even more than that, it's his business. For 36 years, the historian has analyzed global trends in weapons. He currently works for the Teal Group, a renowned defense consulting firm in Fairfax, Virginia, a suburb of Washington.
Zaloga knows exactly how and where war can be profitable at any given point. And when he discusses which weapons have the best business prospects, he doesn't spare a glance for his models of tanks and fighter jets. Those weapons belong in history books.
The future belongs to drones, remote-controlled unmanned aerial vehicles (UAVs) equipped with sensitive reconnaissance electronics and powerful precision weapons. Drones provide the kind of weapons system strategists have always wished for: They allow a military force to exert power while minimizing its own risks, and to carry out precise, deadly strikes, without sending its own soldiers into danger.
The additional fact that drones are comparatively cheap has made them a favorite with the United States, which has used drone strikes to execute over 2,300 people. Most of these attacks have been carried out as part of the hunt for Taliban members hiding in Pakistan along the border with Afghanistan, and those killed include American-born al-Qaida associate Anwar al-Awlaki, who was executed by one of the remote-controlled weapons without first having been convicted by a court.
A $94 Billion Market?
Zaloga points to a table showing Pentagon budget figures. In 2002, the US military spent around $550 million (€400 million) on drones. In 2011, the figure was nearly $5 billion.
Demand is growing around the world as well. "The Middle East will become an important market for drones", Zaloga believes. "Oman, Saudi Arabia, Egypt. And then Asia, of course: Malaysia, India, Australia. And Europe: Turkey, Italy, Poland, for example".
The analyst estimates global drone sales in the coming decade at $94 billion. Should it so choose, the US has a potential major export success on its hands. The only technological item possibly more popular is the iPhone. A new global "drone arms race" is coming, the New York Times wrote.
So far, the US has limited exports of the futuristic technology in order to prevent any compromising of its own head start. The State Department oversees exports and the sale of armed drones is generally not permitted, with just a few exceptions for very close allies. But the technology "can't easily be contained", says consultant David Deptula, who until recently served as the Air Force general in charge of the drone program.
Less complicated than wrangling with Guantanamo.
The US is carrying out drone strikes ever more frequently. Vice President Joe Biden, especially, has been an effective advocate for the weapons. It was Biden who urged his boss to end the war in Afghanistan and instead to combat the Taliban with drone strikes on their hideouts in Pakistan. Nobel Peace Prize winner Barack Obama now sends out a missile-equipped drone an average of once every four days, while his predecessor, George W. Bush, did so only once every 47 days. Obama, it seems, has taken a liking to remote-controlled war, which delivers faster results and is less complicated than wrangling with Guantanamo.
The American fleet now stands at 230 drones. The Air Force trains more pilots for drone operations than for fighter jets, and last month acknowledged the existence of previously classified drone bases in Ethiopia, the Seychelles and Djibouti.
American manufacturers such as Northrop Grumman and General Atomics would like to start marketing their products to the rest of the world, and their representatives serve as cheerleaders urging more and more new drones. "Countries have an insatiable appetite for drones", James Pitts, from defense contracting giant Northrop, told the Financial Times. Northrop representatives recently visited Japan, bringing along a 1:1 model of the enormous "Global Hawk" drone. The same drone, under the name "Euro Hawk" will soon be stationed with the Bundeswehr, Germany's Armed Forces, at its air base in Jagel in northern Germany.
A United Nations report lists over 40 countries that have bought remote-controlled aircraft, although most of these are used for aerial reconnaissance, the original purpose for which drones were designed. So far the only countries to carry out drone strikes, besides the US, are Israel and Great Britain.
This could change quickly, and interested buyers can select from an ever-increasing range of products. The American classic at the moment is still the "Predator", a drone proven in the mountains of Afghanistan and Pakistan, capable of staying aloft for up to 36 hours and attacking its targets with "Hellfire" precision missiles.
But the Predator is on its way out and American arms manufacturers are at work on its successor, a model capable of carrying significantly more missiles, to be known as the "Avenger". The "Reaper", another attack drone, is also an enhanced version of the Predator.
Along with the attack drones, the US produces sophisticated surveillance drones such as the enormous "RQ-170-Sentinel", also known as the "Beast of Kandahar". This model was used prior to Osama Bin Laden's execution for surveillance of his hideout, from high elevations and undetected by any radar system.
Israel has largest number of drones in sky.
The US isn't the only country that will profit from the boom in drones. One of the most experienced manufacturers of the technology is Israel.
"Smile when you look up at the sky", says Avi Bleser. "There's always someone watching". Bleser is director of marketing and sales at Israel Aerospace Industries (IAI), a company already hard at work supplying the world's drones. IAI's biggest client is Israel itself, a country with more drones in its skies than any other in the world. No other company has sold as many drones as IAI, and Israel is the world's second largest exporter of drones, after the US. While other armies are just beginning to experiment with remote-controlled aircraft, the Israeli Air Force recently celebrated the 40-year anniversary of its first drones.
IAI runs a veritable city on the edge of Tel Aviv's airport, outfitted with workshops, hangars, runways and a total of 17,000 employees. The company offers an entire range of UAVs, from micro-drones such as the "Mosquito", which weighs just 250 grams (nine ounces), to the "Bird-Eye", which two soldiers could carry in a backpack, to the "Panther", transported by tanks and capable of flying up to 60 kilometers (37 miles) behind enemy lines and transmitting live images.
IAI's most important product, however, is the "Heron". Its latest version, the "Heron-TP", weighs five metric tons (5.5 US tons) and can carry weapons. When the head of the Israeli Air Force presented the new Heron-TP fleet last year, he said the drones could also be used for "new missions". Many took this as an indication that the Heron-TP was partly developed in order to attack Iran's nuclear facilities.
Heron drones are in constant use in Afghanistan, employed by Canada, Australia, Spain and the German Bundeswehr. The Heron has flown 5,000 hours for Germany alone just this year. And with the Bundeswehr's leasing contract on its three Herons up for renewal soon, it might well replace the current models with the TP version.
Israel's successful drone is omnipresent. The Heron flies in Libya, where France uses it for reconnaissance as part of NATO operations there. It performs surveillance on the Indian border in the Himalayas and provides the Turkish Air Force with target coordinates of training camps of the Kurdistan Workers' Party (PKK). It has customers in 30 countries, including India, Sri Lanka, Thailand and South Korea, as well as Brazil and Ecuador, as South America too stocks up on drones, particularly for use against drug smuggling.
Buyers are beating down the company's door. "Once they start using drones, they can't stop", Bleser says, as he leads the way into a hall with several Herons in it. This is where the radar systems and cameras are installed. Bleser shows first the engines, made in Austria, then proudly points out the command center, a green, box-like facility half the size of a shipping container, with eight display screens in it. "You can even sit in your living room and control the drones from there", he says.
UAVs make up 20 percent of IAI's sales. With attack drones providing the "operational answer to any need", Tommy Silberring, head of the company's drone division, believes "every country wants to have drones", In the picture he paints of the future, all aircraft will be unmanned -- first cargo planes, then perhaps eventually commercial flights. "Automated systems are better than people", he says. "Computers don't get sick and they're never in a bad mood".
"The future of war will come in two stages", Silberring continues. "First, warfare will be automated. Then, it will be able to operate on its own". The command to fire, he believes, will no longer be given by a commander, but generated by an algorithm.
Der Spiegel by Andreas Lorenz, Juliane von Mittelstaedt and Gregor Peter Schmitz 21/10/2011
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