Noticias de Egipto

Shandor

Colaborador
Colaborador
Egipto en llamas: El Ejército tomó el edificio de la TV estatal
Esta tarde se vence el ultimatum que el ejército egipcio lanzó contra el presidente Muhamed Morsi para que tuerza el rumbo de su gobierno y cumpla con sus promesas electorales. El movimiento opositor Tamarod se ha dirigido a la juventud de los Hermanos Musulmanes para que se una a ellos en vez de involucrarse en una guerra civil. Los militares ya tomaron control del edificio de la TV estatal al tiempo que comunicaron que “juramos a Dios que nos sacrificaremos incluso con nuestra sangre por Egipto y su pueblo, para defenderlo de cualquier terrorista, radical o loco”.
-
Ampliar
Muhamed Morsi, presidente de Egipto
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El Ejército egipcio ha ocupado el edificio de la televisión estatal en El Cairo y ha desplegado sus unidades por otras zonas de la capital, incluidos los alrededores de las embajadas y de la Plaza Tahrir.
Los empleados de la cadena fueron obligados a abandonar el edificio de televisión, que interrumpió su emisión en directo, informa la agencia Reuters. A través de twitter, fuente locales también informan de la presencia de militares armados en la capital.
El movimiento opositor Tamarod se ha dirigido a la juventud de los Hermanos Musulmanes para que se una a ellos en vez de involucrarse en una guerra civil.
Horas antes de que concluye el ultimátum dado por el Ejercito, el portavoz presidencial declaró este martes que para Morsi “es mejor morir defendiendo la democracia que ser juzgado por la historia”. El mismo presidente egipcio dijo que es mejor morir “plantado como un árbol”, defendiendo la legitimidad electoral, que destruyendo las esperanzas democráticas del pueblo egipcio.
Anteriormente los jefes militares han emitido un comunicado titulado ‘Las Últimas Horas’, en el que se muestran dispuestos incluso a derramar su sangre para proteger al pueblo egipcio“Juramos a Dios que nos sacrificaremos incluso con nuestra sangre por Egipto y su pueblo, para defenderlo de cualquier terrorista, radical o loco”.
En la plaza Tahrir y en las puertas del palacio presidencial de Itehadeya, en El Cairo, los centenares de manifestantes que resistieron tras una noche en vela y saben que hoy no será un día más de protestas contra el presidente Mohamed Morsi. Esta tarde expira el ultimátum del Ejército y el Gobierno y las Fuerzas Armadas se han declarado dispuestos a dar sus vidas por el pueblo egipcio.
"Morsi no se entera de lo que está pasando en la calle. No le considero mi presidente nunca más. Perdió la legitimidad con los asesinatos perpetrados por sus militantes", afirma desde su tienda de campaña en Itehadeya, Mohamed Bekhit, un activista.
Sherif Ibrahim, otro manifestante, afirma que Morsi quiere crear una fricción entre el pueblo de Egipto y que no se preocupa por el país. "Creo que es un presidente irresponsable y se merece cualquier castigo que la gente o el ejército decida", asegura.
Lejos de los "santuarios" de la oposición, en otro barrio de la capital egipcia, un seguidor del presidente islamista le dice: "Estamos contigo, hoy, mañana, y hasta el fin de nuestras vidas. Manténte fuerte y no te preocupes. Estaremos aquí hoy", afirma a la agencia Associated Press sin querer decir su nombre.
urgente 24
a
 

Sebastian

Colaborador
El Ejército vuelve a marcar el paso

El ultimátum dado al presidente Morsi sitúa otra vez a las Fuerzas Armadas al timón de la política después de haber propiciado la caída de Mubarak

El presidente de Egipto, Mohamed Morsi (izquierda), y el ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi. / KHALED ELFIQI (EFE)​
Con el ultimátum dado a Mohamed Morsi, los generales de Egipto se han ganado la simpatía de los manifestantes que han paralizado con sus protestas el país y han vuelto a colocarse, una vez más, como la mano que controla el devenir político del país. Ya propiciaron, en 2011, la caída de Hosni Mubarak, negándose a seguir las órdenes del régimen, y apartándose a un lado para luego tomar el control del país. Hoy, le han puesto una soga al cuello al Gobierno islamista de Morsi. O acepta compartir el poder o verá como, de nuevo, las Fuerzas Armadas toman las riendas del Estado.

El encargado de anunciar el ultimátum fue un militar nombrado hace un año por Morsi como ministro de Defensa y jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el general Abdel Fatah al Sisi, quien previamente dirigió la inteligencia militar del país. Tomó el relevo del mariscal Husein Tantaui, a quien Morsi expulsó tras más de 20 años en el poder, una decisión que se interpretó entonces como un gesto de autoridad legítima y compromiso con los valores reformistas de la revolución. Eran otros tiempos. Morsi llevaba días en el poder. La ciudadanía estaba harta tras 16 meses de Gobierno militar. Parecía que los días del Ejército como “Estado profundo” tocaban a su fin. Nada más lejos.

El Ejército ha vuelto a dejar claro quién es y qué lugar ocupa en Egipto. Ya lanzó algunos guiños durante el gran día de manifestaciones del domingo. No movió ni un dedo cuando una turba asaltó e incendió la sede de los Hermanos Musulmanes en El Cairo. Sus helicópteros sobrevolaron la plaza de Tahrir con banderas nacionales, apelando al orgullo patrio de los manifestantes. Y finalmente llegó el ultimátum. Según dijeron fuentes militares en la noche del lunes, “las Fuerzas Armadas ya se desplegaron en las calles en 1977, 1987 y 2011, y lo hicieron sin desatar un golpe, para ponerse del lado de la gente de Egipto y sus deseos de cambio”.

Librándose de Tantaui y la anterior Junta Militar, Morsi no se deshizo del Ejército y su inconmensurable poder. El hombre que ahora lidera las Fuerzas Armadas ha dado prueba de ello. Del general Al Sisi se rumoreó cuando fue nombrado que era miembro de los Hermanos Musulmanes. Se dijo también que era un islamista a cargo del Ejército. Lo cierto es que, como casi todo en las Fuerzas Armadas, sus filiaciones, ideas y lealtades han sido un secreto guardado a buen recaudo. El comunicado que leyó en televisión el lunes, dándole a Morsi 48 horas para atender a los manifestantes o marcharse, puede convertirse en el certificado de defunción de su Gobierno
.
Ahora el Ejército cuenta con el beneplácito de los opositores porque ha tomado una medida tan drástica como anhelada por ellos. Ha sabido escuchar lo que se grita en las calles. En Tahrir, los manifestantes muestran fotos de Al Sisi, imprimidas urgentemente tras su comunicado. Hace algo más de un año hubiera sido algo inconcebible. Después de que 17 mujeres hubieran sido arrestadas por soldados y sometidas a humillantes pruebas de virginidad, el general Al Sisi en persona apareció en junio de 2012 en los medios egipcios defendiendo la medida, diciendo que había sido necesaria para proteger a los soldados “a los que se había acusado de violarlas”, algo que causó una notable indignación.

Eran aquellos los últimos días del Gobierno militar. Morsi era el flamante primer presidente elegido por las urnas. La revolución era un episodio glorioso del pasado reciente. El Ejército parecía quedar en un segundo plano, destinado a ser, como en otras democracias, un medio de defensa al servicio del poder. Era, según se ve ahora, poco más que un espejismo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/02/actualidad/1372788447_360805.html
 
Veo algunos beneficiados con la caída de la Hermandad Musulmana en África y Oriente...


los que saldrían perdiendo si mursi cae serian los SAUDIES, ya que para la campaña para presidente de mursi, los reyes sauditas inundaron de dinero a los hermanos musulmanes en Egipto.....
 
Según un analista de el Instituto de estudios estratégicos El Cano entrevistado en televisión española: "Murzi no es legítimo presidente por que sigue directrices de la cúpula de Los Hermanos Musulmanes que no fué elejida en las hurnas"

Ja ja ja hace falta ser cínico.
 
Bueno, Egipto viene convulsionado desde hace rato; Morsi parece haber sido una decepción (ya desde el principio venía con problemas), al igual que lo había sido el ejército antes que él..... ahora 17 millones de personas en las calles, no parece poco. Los Hermanos Musulmanes no supieron / pudieron manejar el poder que les dieron.... le falta mucho a Egipto para que se vuelva una democracia. Sólo con elecciones no alcanza.

Mistery, quiénes son los beneficiados?

Israel?

Como dice némesis, los saudíes ciertamente entre los perdedores (no me saca el sueño)
 
En hora buena. El Ejército Egipcio es lo único que separa a Egipto de ser como el Libano/Siria o caer en la teocracia fundamentalista iraní.
De qué sirve una democracia donde accedan al poder fanáticos que luego van a matar a sus mujeres porque fueron violadas, o donde se propone el asesinato de los no fieles para ir al cielo?. Vamos... la democracia no es mágica, solo funciona si la sociedad es capaz de alejarse del fraticidio y las minorías son respetadas.
En Medio Oriente, la democracia, lejos de ayudar a la población, genera violencia, caos, muerte, retraso, porque es incapaz de asegurar la paz social y las libertades.
 
En hora buena. El Ejército Egipcio es lo único que separa a Egipto de ser como el Libano/Siria o caer en la teocracia fundamentalista iraní.
De qué sirve una democracia donde accedan al poder fanáticos que luego van a matar a sus mujeres porque fueron violadas, o donde se propone el asesinato de los no fieles para ir al cielo?. Vamos... la democracia no es mágica, solo funciona si la sociedad es capaz de alejarse del fraticidio y las minorías son respetadas.
En Medio Oriente, la democracia, lejos de ayudar a la población, genera violencia, caos, muerte, retraso, porque es incapaz de asegurar la paz social y las libertades.

pero este presidente no era fanático era pro occidental y aliado de USA, ahora tenes a un ejercito con problemas internos que cada uno va a querer tomar el poder creando inestabilidad en la región (una mas)
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Egipto: quién es el general que dio el ultimátum y destituyó al presidente Morsi

En menos de un año como jefe de las Fuerzas Armadas, el general Abdul Fattah al Sisi se convirtió en una figura de esperanza para el movimiento antigubernamental.

Cuando el presidente egipcio Mohammed Morsi nombró a Sisi comandante general de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa, el 12 de agosto de 2012, la decisión fue vista como un intento de rescatar el poder político de manos de los militares, los cuales habían tomado el control después de la destitución de Hosni Mubarak.
Pero en una declaración el 1 de julio, en respuesta a un fin de semana de protestas masivas en todo el país, el general Sisi advirtió de otra intervención del ejército si el gobierno no respondía a "la voluntad del pueblo".
En un discurso desafiante, Morsi aseguró el martes por la noche que no tolerará imposiciones del ejército, mientras que miles de manifestantes antigubernamentales salían a las calles para exigir su renuncia inmediata.
En este escenario problemático, Sisi puede jugar un papel crucial en definir quién ganará el pulso del poder.
CARISMÁTICO

En los meses desde su nombramiento el general Sisi mantuvo un tranquilo perfil público. Lejos de ser una rígida figura militar, tiene una presencia carismática, a menudo se le ve sonriendo y se le conoce por sus discursos sobre temas emotivos.
Durante un discurso en un concierto en abril, algunos de los artistas que estaban en el escenario se pusieron a llorar al escucharlo.
Las recientes acciones del ejército también han llevado a que los manifestantes antigubernamentales crean que el general Sisi no permitirá que el gobierno los silencie.
Después que dio un ultimatum de 48 horas al gobierno y a sus opositores para que resuelvan la crisis del país, helicópteros del ejército lanzaron desde el aire miles de banderas egipcias sobre los manifestantes congregados en la icónica plaza Tahrir.
La multitud respondió con cantos de "el pueblo y el ejército son una sola mano".
PRUEBA DE VIRGINIDAD

Su actual popularidad entre los manifestantes es evidencia de un cambio significativo en la imagen pública del general Sisi.
En abril de 2012, fue motivo de titulares después de que emitió una declaración para defender la conducta de las Fuerzas Armadas durante las protestas en la plaza Tahir de El Cairo en 2011.
Cuando los soldados entraron violentamente a la plaza para despejarla, el 9 de marzo, 17 mujeres fueron detenidas, golpeadas, punzadas con bastones de choques eléctricos, sometidas a registros desnudas, forzadas a hacerse "pruebas de virginidad" y amenazadas con acusaciones de prostitución.
El general Sisi indicó que "el procedimiento de las pruebas de virginidad fue llevado a cabo para proteger a las niñas de violaciones y también para proteger a los soldados y oficiales de acusaciones de violación", según indicó el periódico del gobierno, al Ahram.

Su actual popularidad entre los manifestantes es evidencia de un cambio significativo en la imagen pública del general Sisi
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (Scaf) rápidamente se distanció de los comentarios, pero el incidente permaneció siendo un estigma para los militares.

Después, durante una reunión en El Cairo en junio de 2012, el general Sisi prometió al grupo de derechos humanos Amnistía Internacional que el ejército ya no realizaría las polémicas pruebas.
Señaló que le gente que argumentaba abusos de derechos humanos por las Fuerzas Armadas debía quejarse al fiscal del ejército y subrayó la importancia de asegurar la justicia social para todos los egipcios.
VÍNCULOS CON EE.UU.

Nacido en El Cairo el 19 de noviembre de 1954, el general Sisi sirvió en los cuerpos de infantería después de graduarse en la Academia Militar Egipcia en 1977.
A pesar de nunca haber tenido experiencia en combate, Sisi ascendió en los rangos del ejército.
Después de su nombramiento como ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas, muchos comentaristas en los medios egipcios se preguntaron cuál era la relación del general Sisi con la Hermandad Musulmana, a la que el presidente Morsi pertenece.
Tawfiq Ukasha, dueño y principal presentador de la estación de televisión Al Faraeen, lo acusó de ser aliado de la Hermandad Musulmana. También han surgido informes de que su esposa usaba el niqab, el velo que cubre toda la cara y que visten algunas mujeres musulmanas.
Sin embargo, el alto mando militar insitió en que sus miembros no tenían afiliación partidista o ideológica a ninguna fuerza política en Egipto.
Mutaz Abdul Fattah, profesor de la Universidad de El Cairo, indicó que el general Sisi no pertenecía a la Hermandad Musulmana: "Él no es miembro de la Hermandad, sólo es un hombre religioso", dijo.
En agosto de 2012, el periódico al Tharir también informó que el general Sisi tenía "fuertes lazos con funcionarios de Estados Unidos tanto a nivel diplomático como militar".
El diario señaló que el general estudió en Washington, asistió a varias conferencias militares en la ciudad y participó en "cooperación con respecto a ejercicios de guerra y operaciones de inteligencia en años recientes"
la nacion
 
el problema es que la guerra civil siria "despertó" a todos los grupos laicos en medio oriente... porque a pesar del control de internet por parte de los diversos regímenes, los vídeos de los islamitas matando gente en siria por razones religiosas, hizo que todos los grupos laicos se PONGAN EN ALERTA.... ademas otra cosa, la población de medio oriente es JOVEN ( la mayoría de la población tiene menos de 35 años) y esta nueva generación de jóvenes, es mucho mas abierta y laica, que sus padres.... hasta en IRAN gano las elecciones un moderado con muy buena llegada a la gente joven.... es decir no solo hay factores GEO-POLITICOS sino también hay un factor GENERACIONAL bastante interesante en esta PRIMAVERA ARABE....
 
Los quilombos ya venían desde fines del año pasado cuando se sancionó la Constitución. Los laicos no tuvieron el lugar que les había sido prometido, y Morsi se cerraba más sobre la Hermandad Musulmana.

En fin, esto no es más que parte del proceso que se inició en 2011. Si en algún momento se creyó que la movida se terminaba con las elecciones, se estaba muy equivocado. Estos procesos, en países sin tradición democrática, van a tardar una buena tanda de año en llegar a algún puerto (no necesariamente bueno)
 

Sebastian

Colaborador
Lo que se sabe del golpe de Estado en Egipto

Redacción
BBC Mundo
Jueves, 4 de julio de 2013


La Plaza Tahrir de El Cairo, de protestas a celebraciones.​

El Ejército en Egipto depuso este miércoles al primer presidente democráticamente electo del país, Mohamed Morsi.
Los militares suspendieron la Constitución y anunciaron la creación de un gobierno interino, encabezado por el presidente de la Corte Suprema Constitucional, Adly Mansour, quien fue juramentado en una ceremonia televisada este jueves.

En la ceremonia, Mansour juró "preservar el sistema de la república, respetar la Constitución y las leyes, y salvaguardar los intereses del pueblo".

De acuerdo con un decreto militar, encabezará un gobierno tecnócrata hasta que se celebren nuevas eleciones presidenciales y parlamentarias, en una fecha que no ha sido determinada.

¿Qué sucedió?
La noche del miércoles, el comandante general de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdul Fattah al Sisi, declaró en un discurso televisado que la Constitución había sido suspendida y designó a Mansour como mandatario interino, derrocando así al presidente Mohamed Morsi.

Tanto la máxima autoridad islámica del país, el gran jeque de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, como el papa copto, Teodoro II, y la principal figura de la oposición, Mohamed El Baradei, hablaron posteriormente y dieron su aprobación.

Un comunicado en la cuenta de Twitter de la presidencia citó a Morsi denunciando el anuncio de los militares como un "completo golpe de Estado categóricamente rechazado por todos los hombres libres de nuestra nación".

Poco antes, soldados apoyados por vehículos blindados aseguraron sitios clave en la capital, El Cairo, mientras cientos de miles de manifestantes de la oposición y partidarios de Morsi salían a las calles.
¿Por qué derrocaron al presidente?

El general Abdul Fattah al Sisi es el hombre del momento en Egipto.​

La oposición pública a Morsi iba en aumento desde noviembre de 2012.
En un intento de asegurar que la Asamblea Constituyente (dominada por sus aliados islamistas) pudiera terminar la redacción de la nueva Constitución del país, Morsi realizó una declaración constitucional provisional concediéndose poderes de gran alcance.

Después de días de protestas de la oposición, el ahora expresidente estuvo de acuerdo en limitar el alcance de la declaración, pero hubo más indignación al final de ese mes cuando la Asamblea Constituyente aprobó una versión apresurada de la Constitución, pese a un boicot por parte de liberales, laicos y la Iglesia copta.

A medida que aumentaba el descontento de la oposición, Morsi emitió un decreto que autorizaba a las fuerzas armadas a proteger las instituciones nacionales y los centros de votación hasta la celebración de un referéndum el 15 de diciembre de 2012 sobre el proyecto de Constitución, lo que los críticos dijeron que equivalía a una forma de ley marcial.

El Ejército volvió a los cuarteles después de la aprobación de la Carta, pero en cuestión de semanas se vio obligado a desplegarse en las ciudades a lo largo del Canal de Suez para detener los enfrentamientos entre opositores y partidarios de Morsi que dejaron más de 50 muertos. El pasado 29 de enero, Sisi advirtió que la crisis política podría "llevar a un colapso del Estado".

A finales de abril, activistas de la oposición crearon la base para el movimiento de protesta Tamarod (rebelde) que se centró en la recolección de firmas para una petición, que se quejaba de la incapacidad de Morsi para restablecer la seguridad, restaurar la economía y llamó a nuevas elecciones presidenciales.

También organizó protestas masivas para conmemorar el primer aniversario del día en que Morsi asumió el cargo. El pasado 30 de junio, millones de manifestantes salieron a las calles en todo Egipto.

Las protestas llevaron a los militares a advertir el 1° de julio al presidente Morsi que iban a intervenir e imponer su propia "hoja de ruta" si no cumplía las exigencias públicas en 48 horas y ponía fin a la crisis política.

A medida que la fecha límite se acercaba, Morsi insistió en que era el líder legítimo de Egipto. Advirtió que cualquier intento de derrocarlo por la fuerza podría sumir al país en el caos. "La gente me dio la facultad, la gente me eligió a través de unas elecciones libres y justas", afirmó. "La legitimidad es la única manera de proteger a nuestro país y evitar el derramamiento de sangre, para pasar a una nueva etapa".

¿Por qué actúan ahora los militares?

El depuesto presidente Morsi estaría detenido en un cuartel del Ejército.​

Tras una reunión con los líderes políticos, religiosos y de la juventud el 3 de julio, Sisi expresó que el pueblo egipcio había "pedido ayuda" y que los militares "no podían permanecer en silencio". Los militares habían hecho "grandes esfuerzos" para contener la situación y lograr la reconciliación nacional, pero el presidente no había cumplido con "las demandas de las masas", agregó.

"Los que estaban en la reunión acordaron una hoja de ruta para el futuro, que incluye los primeros pasos para lograr la construcción de una sociedad egipcia fuerte, cohesiva y que no excluya a nadie y termine con el estado de tensión y división", anunció el general.

A fin de evitar cualquier reacción desestabilizadora de parte del partido de Morsi, los Hermanos Musulmanes, y sus aliados islámicos, Sisi advirtió que el Ejército y la policía se ocuparían "decisivamente" de la violencia.

¿Qué dice la hoja de ruta?
Sisi indicó que la tan criticada Constitución de 2012 había sido "suspendida temporalmente" y que un grupo de expertos y representantes de todos los movimientos políticos consideraría enmiendas. El general no especificó si se celebraría un referendo para ratificar cualquier cambio.

El presidente del Tribunal Constitucional Supremo, el juez Adli Mansour, estará a cargo durante el "período de transición hasta que se elija a un nuevo presidente" y tiene la facultad de emitir declaraciones constitucionales, dijo Sisi. Añadió que se formaría un gobierno tecnócrata con plenos poderes para gestionar la transición.

El general no definió la duración del período de transición o qué papel jugaría el Ejército, si es que lo juega. También prometió "no excluir a nadie ni a ningún movimiento" y pidió medidas para "darles poder a los jóvenes e integrarlos en las instituciones del Estado".

Instó a la SCC a ratificar rápidamente la ley que permite las elecciones para la actualmente disuelta cámara baja del Parlamento, la Asamblea del Pueblo, y señaló que se publicaría un nuevo código de ética para los medios de comunicación.

¿Quién es el presidente interino?
Adli Mansour había sido nombrado por el ahora depuesto presidente Mohammed Morsi como presidente de la Corte Constitucional hace unos pocos días.

Mansour, de 67 años, ha ejercido diferentes cargos en el poder judicial por décadas y contribuyó a redactar el proyecto constitucional que llevó a Morsi al poder en 2012.

Sin embargo, no se trata de una figura conocida. Algunos lo consideran una figura neutral, que sería útil a los propósitos de una transición que se anticipa será turbulenta.

¿Qué ha pasado con Mohamed Morsi?
Se desconoce la ubicación del derrocado presidente, aunque hay rumores de que se encuentra en detención militar. Se le impusieron prohibiciones de viaje, al igual que a altos cargos de los Hermanos Musulmanes, incluyendo el guía general Mohamed Badie y su poderoso diputado, Jairat al Shater.

Un comunicado en la cuenta de Twitter de la presidencia citó a Morsi diciendo que el anuncio militar es "rechazado por todos los hombres libres que luchaban por un Egipto democrático civil". Instó a "civiles y miembros de las fuerzas armadas a defender la ley y la Constitución y a no aceptar un golpe de Estado que lleve a Egipto hacia atrás".

Morsi también expresó que todo el mundo debe permanecer en paz y evitar el "derramamiento de sangre".

Un portavoz del movimiento de los Hermanos Musulmanes, Gehad el Haddad, le dijo a la BBC que Morsi y sus asesores están retenidos en la sede de la guardia presidencial y se les niega la comunicación con el mundo exterior.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/07/130703_egipto_claves_situacion_qa_jgc.shtml
 

Sebastian

Colaborador
Obama expresa “preocupación” por el golpe militar, pero no lo condena
El Ejército ofrece garantías al Pentágono de que solo se mantendrán lo suficiente para asegurar la transición

Barack Obama manifestó este miércoles su “profunda preocupación por la decisión de las Fuerzas Armadas egipcias de destituir al presidente Morsi y suspender la Constitución”, pero no condena expresamente el golpe de Estado, aunque llama a una revisión –no suspensión- de la ayuda que Estados Unidos presta a Egipto, esencial para la supervivencia de ese país.

El presidente norteamericano pide a los militares que procedan “rápida y responsablemente a devolver toda la autoridad a un Gobierno civil democráticamente elegido, a través de un proceso incluyente y transparente”. Igualmente, destaca la necesidad de que se eviten “las arbitrarias detenciones del presidente Morsi y de sus seguidores”.

Obama afirma, en un comunicado hecho público anoche, que el deseo de su Gobierno es que exista una plena democracia en Egipto con respeto a los derechos humanos y a la pluralidad de credos e ideologías. “No apoyamos a ningún individuo ni partido político en particular, sino que estamos comprometidos con el proceso democrático y el respeto al imperio de la ley”, añade.

No apoyamos a ningún individuo ni partido político en particular, sino que estamos comprometidos con el proceso democrático”​
Obama​

La vaguedad de las palabras del presidente, en las que expresa malestar por lo que, obviamente, es la interrupción forzosa de un proceso democrático, pero, al mismo tiempo, reconoce legitimidad a los militares para conducir la transición, es un reflejo de la difícil posición en la que esta crisis ha dejado a la Administración estadounidense: satisfecha por deshacerse de un interlocutor incómodo, como Morsi, pero sin alternativas ni influencia determinante sobre el futuro.

El regreso de las fuerzas armadas al primer plano de la política egipcia no es, necesariamente, una mala noticia para EE UU. Los militares egipcios están estrechamente vinculados a sus colegas norteamericanos, de los que reciben dinero, formación y constante intercambio de información. Tanta es la proximidad entre ambas instituciones que cuesta creer que el Ejército egipcio haya actuado sin haber antes contado con el visto bueno del Departamento de Defensa de EE UU.

De hecho, fuentes oficiales citadas este miércoles por la agencia AP informaron de que los militares egipcios han ofrecido garantías a los mandos del Pentágono de que no están interesados en gobernar su país por un largo tiempo y que se mantendrán al frente únicamente lo necesario para organizar una transición hacia un nuevo presidente elegido democráticamente.

El secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, general Martin Dempsey, han estado, según esas fuentes, en contacto en las últimas horas con los mandos militares egipcios, quienes, al parecer, les han mantenido al corriente de sus movimientos y sus intenciones.

La destitución de Mohamed Morsi supone, al mismo tiempo, un cierto alivio para el Gobierno estadounidense, que nunca había llegado a entender ni a entenderse con un dirigente de formación y militancia islámica cuyos propósitos y programa, sobre todo en política exterior, no eran exactamente del gusto de Washington.

La vaguedad de las palabras del presidente es un reflejo de la difícil posición en la que esta crisis ha dejado a la Administración estadounidense​

Pero, la interrupción del proceso democrático en El Cairo es también un cierto revés para Obama, en la medida en que no ha sido capaz de sostenerlo ni de encontrar en su trayecto al aliado ideal para EE UU. Sin haber llegado nunca a establecer una relación de confianza con Morsi, la Casa Blanca tampoco tiene ahora una alternativa clara entre la oposición.

Como dijo Obama, EE UU intenta no pronunciarse abiertamente a favor de ninguno de los bandos que se disputan el poder en Egipto, uno de sus principales aliados en Oriente Próximo, y trata de manejar la situación de forma que le quede margen de presión sobre cualquiera de los actores en juego, cosa que por ahora consigue malamente.

La agudización de la crisis egipcia ha cogido a la Administración norteamericana por sorpresa, como ocurrió hace dos años con la insurrección popular que acabó con Hosni Mubarak, lo que ratifica su pérdida de influencia en un país que antes controlaba con comodidad. Todo lo que puede hacer ahora Washington es tratar de que la situación no se desborde aún más, que se evite un baño de sangre y se consiga una cierta estabilización, por precaria que sea.

Una de las vías para conseguirlo sería la de intentar actuar de árbitro en una crisis en la que, realmente, no se atisban otros que puedan cumplir ese papel.
Conservando sus lazos con los militares, EE UU quizá tiene aún algún espacio para intentar un compromiso que en estos momentos se antoja difícil.

La estabilización de Egipto, el país con el mayor Ejército del mundo árabe y el de mayor población, no solo es importante para EE UU por sí misma, sino por la enorme influencia de esa nación en Oriente Próximo y, por tanto, de cara a la solución de otras crisis de la región, como la guerra civil en Siria o la reanudación del diálogo entre palestinos e israelíes.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/03/actualidad/1372878119_068051.html
 
Arriba