Sebastian
Colaborador
Israel aprueba el primer nuevo asentamiento en dos décadas
El enclave servirá para realojar a los expulsados en febrero de la colonia salvaje de Amona
Juan Carlos Sanz
Jerusalén 31 MAR 2017 - 01:46 CEST
Benjamín Netanyahu ha ordenado este jueves aprobar la construcción del primer asentamiento de nueva planta en Cisjordania en casi dos décadas. El primer ministro israelí convocó para ello al Gabinete de Seguridad —el sanedrín que agrupa a los ministros clave del Gobierno—, para informar sobre la compleja negociación en marcha con la Administración del presidente norteamericano, Donald Trump para limitar la expansión de las colonias. La polémica decisión, que amenaza con arruinar la mediación de paz en Oriente Próximo auspiciada por Estados Unidos, fue adoptada por unanimidad.
“Hice la promesa de que estableceríamos un nuevo asentamiento. Vamos a cumplirla”, anunció Netanyahu ante la prensa en Jerusalén. Mientras las fuerzas de seguridad israelíes completaban el pasado 2 de febrero el desalojo de 40 familias de colonos radicales atrincheradas en el asentamiento no autorizado de Amona, el jefe del Ejecutivo prometió que serían realojados en un nuevo enclave en Cisjordania, que será el primero oficialmente aprobado desde 1999. El dirigente israelí se comprometió a que las obras comenzaran antes de que acabara el mes de marzo.
El Gobierno hebreo dejó de autorizar desde 1999 la construcción de nuevas colonias, aunque fomentó la expansión de las ya existentes, y toleró la edificación de un centenar de outpost o asentamientos salvajes, como el de Amona, situada al noroeste de Ramala, capital administrativa de la Autoridad Palestina. El nuevo enclave colono está previsto en la zona de Shilo, al norte de Amona.
Después de una larga batalla legal, el Tribunal Supremo de Israel decretó el desahucio de las más de 40 familias instaladas en la colonia por haberse apropiado de tierras privadas palestinas. Al margen de la calificación otorgada por el Gobierno israelí, que distingue entre asentamientos autorizados e ilegales, la comunidad internacional considera ilegítima toda la colonización emprendida por el Estado hebreo en territorio palestino ocupado desde la guerra de 1967.
Netanyahu ha dado el paso de acabar con dos décadas de moratoria en la construcción de nuevos enclaves para contentar a sus socios del movimiento Hogar Judío en la coalición gubernamental. Este partido, que cuenta con una fuerte implantación entre los más de 400.000 colonos israelíes en Cisjordania y los 200.000 de Jerusalén Este, había amenazado con retirarle su apoyo parlamentario y forzar un adelanto electoral.
La nueva presidencia republicana de Estados Unidos parecía favorecer la política colonizadora del Gobierno de Netanyahu, considerado el más derechista en la historia del Estado de Israel. En las primeras semanas tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, el primer ministro anunció la construcción de más de 6.000 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este.
La Knesset (Parlamento) también aprobó por impulso político de Netanyahu la llamada ley de regularización de medio centenar de outpost no autorizados en Cisjordania, para legalizar con efecto retroactivo colonias salvajes erigidas en terrenos de propiedad privada palestina mediante la expropiación a sus titulares.
El abogado inmobiliario Jason Greenblatt, el mediador enviado por Trump a Oriente Próximo para intentar reactivar las negociaciones entre israelíes y palestinos —paralizadas desde hace tres años— ha emprendido esta semana su segunda gira por la reunión, y ayer se encontraba en Jerusalén tras haber asistido a la cumbre de la Liga Árabe celebrada en Jordania. Después de más de un mes de reuniones, Estados Unidos e Israel siguen sin haber consensuado los límites al crecimiento de los asentamientos judíos.
La histórica integrante del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, Hannan Asraui, recordó en la noche del jueves que la construcción del nuevo asentamiento coincide “irónicamente” con el Día de la Tierra, en el que se conmemora el aniversario de la muerte de seis manifestantes a manos del Ejército israelí cuando protestaban contra la apropiación de terrenos palestinos en 1976. “Las políticas de Israel no han cambiado desde entonces. Netanyahu y su Gobierno de coalición extremista y racista persisten en la colonización, el apartheid y la limpieza étnica”, advirtió la veterana dirigente palestina.
La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, que declaró por última vez la falta de legitimidad de los asentamientos para la ley internacional, fue aprobada el pasado 23 de diciembre, en la última etapa del mandato del presidente demócrata Barack Obama. Salió adelante con la abstención de Estados Unidos y el voto favorable del resto de los Estados representados.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/30/actualidad/1490905267_375322.html
El enclave servirá para realojar a los expulsados en febrero de la colonia salvaje de Amona
Juan Carlos Sanz
Jerusalén 31 MAR 2017 - 01:46 CEST
Benjamín Netanyahu ha ordenado este jueves aprobar la construcción del primer asentamiento de nueva planta en Cisjordania en casi dos décadas. El primer ministro israelí convocó para ello al Gabinete de Seguridad —el sanedrín que agrupa a los ministros clave del Gobierno—, para informar sobre la compleja negociación en marcha con la Administración del presidente norteamericano, Donald Trump para limitar la expansión de las colonias. La polémica decisión, que amenaza con arruinar la mediación de paz en Oriente Próximo auspiciada por Estados Unidos, fue adoptada por unanimidad.
“Hice la promesa de que estableceríamos un nuevo asentamiento. Vamos a cumplirla”, anunció Netanyahu ante la prensa en Jerusalén. Mientras las fuerzas de seguridad israelíes completaban el pasado 2 de febrero el desalojo de 40 familias de colonos radicales atrincheradas en el asentamiento no autorizado de Amona, el jefe del Ejecutivo prometió que serían realojados en un nuevo enclave en Cisjordania, que será el primero oficialmente aprobado desde 1999. El dirigente israelí se comprometió a que las obras comenzaran antes de que acabara el mes de marzo.
El Gobierno hebreo dejó de autorizar desde 1999 la construcción de nuevas colonias, aunque fomentó la expansión de las ya existentes, y toleró la edificación de un centenar de outpost o asentamientos salvajes, como el de Amona, situada al noroeste de Ramala, capital administrativa de la Autoridad Palestina. El nuevo enclave colono está previsto en la zona de Shilo, al norte de Amona.
Después de una larga batalla legal, el Tribunal Supremo de Israel decretó el desahucio de las más de 40 familias instaladas en la colonia por haberse apropiado de tierras privadas palestinas. Al margen de la calificación otorgada por el Gobierno israelí, que distingue entre asentamientos autorizados e ilegales, la comunidad internacional considera ilegítima toda la colonización emprendida por el Estado hebreo en territorio palestino ocupado desde la guerra de 1967.
Netanyahu ha dado el paso de acabar con dos décadas de moratoria en la construcción de nuevos enclaves para contentar a sus socios del movimiento Hogar Judío en la coalición gubernamental. Este partido, que cuenta con una fuerte implantación entre los más de 400.000 colonos israelíes en Cisjordania y los 200.000 de Jerusalén Este, había amenazado con retirarle su apoyo parlamentario y forzar un adelanto electoral.
La nueva presidencia republicana de Estados Unidos parecía favorecer la política colonizadora del Gobierno de Netanyahu, considerado el más derechista en la historia del Estado de Israel. En las primeras semanas tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, el primer ministro anunció la construcción de más de 6.000 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este.
La Knesset (Parlamento) también aprobó por impulso político de Netanyahu la llamada ley de regularización de medio centenar de outpost no autorizados en Cisjordania, para legalizar con efecto retroactivo colonias salvajes erigidas en terrenos de propiedad privada palestina mediante la expropiación a sus titulares.
El abogado inmobiliario Jason Greenblatt, el mediador enviado por Trump a Oriente Próximo para intentar reactivar las negociaciones entre israelíes y palestinos —paralizadas desde hace tres años— ha emprendido esta semana su segunda gira por la reunión, y ayer se encontraba en Jerusalén tras haber asistido a la cumbre de la Liga Árabe celebrada en Jordania. Después de más de un mes de reuniones, Estados Unidos e Israel siguen sin haber consensuado los límites al crecimiento de los asentamientos judíos.
La histórica integrante del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, Hannan Asraui, recordó en la noche del jueves que la construcción del nuevo asentamiento coincide “irónicamente” con el Día de la Tierra, en el que se conmemora el aniversario de la muerte de seis manifestantes a manos del Ejército israelí cuando protestaban contra la apropiación de terrenos palestinos en 1976. “Las políticas de Israel no han cambiado desde entonces. Netanyahu y su Gobierno de coalición extremista y racista persisten en la colonización, el apartheid y la limpieza étnica”, advirtió la veterana dirigente palestina.
La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, que declaró por última vez la falta de legitimidad de los asentamientos para la ley internacional, fue aprobada el pasado 23 de diciembre, en la última etapa del mandato del presidente demócrata Barack Obama. Salió adelante con la abstención de Estados Unidos y el voto favorable del resto de los Estados representados.
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/30/actualidad/1490905267_375322.html