Un poco cansador y un poco riesgoso era viajar a Gobernador Gregores. Como el vuelo sale a las 4 de la mañana, uno ni se acuesta a dormir en la víspera. Y los 333 kilómetros entre Calafate y Gregores, hay que hacerlos por la ruta que Lázaro Baéz nunca terminó, con enormes tramos de ripio, sin posibilidades de hablar por teléfono, sin ver un alma y encima nevando, con una capa de hielo muy resbalosa cubriendo el camino y manadas de guanacos que se cruzan repentinamente. De hecho, mi hábil conductor Javier Brizic y yo, fuimos testigos de un accidente fatal en esa ruta ese mismo día.
Fue un poco cansador y un poco riesgoso, pero... ¡como valió la pena! ¿Porqué? Por esto que ilustra la carta de Lucas Emmanuel Alvarado: "Nicolas, muy buena la información que transmiten sus letras y mucho mejor oir sus relatos en persona. Ayer justamente tuve la oportunidad de oirlo en la charla que llevó a cabo en Gobernador Gregores y me quedé con ganas de oir más de sus experiencias y relatos, sobre los verdaderos héroes de las islas. Me entusiasmó mucho y me hizo sentir mas argentino todavia. Le juro que subió mi moral y patriotismo hasta las nubes, dándome ganas de poder esperar un nuevo conflicto para volver a las Islas y orgullosamente retomar nuestro querido territorio. Suena loco quizá, pero es algo que sentí muy adentro de mi pecho y mi mente... Muy agradecido de poder oirlo en persona, le pido que nunca deje de contar sus historias y descubrir la verdad que nos ocultan..."
De mi parte, ¡muchas gracias a Tomás Aguirres de Gobernador Gregores y a la Secretaria de Cultura de El Calafate, por darme la oportunidad de provocar sentimientos como el de este joven!