Ya que reflotamos al FONDEF, insisto cual pajarito de Twistos. Todos los años, el PEN envía al Congreso de la Nación el proyecto de Presupuesto Nacional. No es una ley más, sino que es la base del funcionamiento del Estado (al menos en su faz operativa).
Ese proyecto lo realizan los ministerios, y lo terminan validando con el Presidente. Hasta ahí, nada que nadie desconozca. Pero por más obvio que sea, es importante recordar que los que elaboran el presupuesto son los propios ministerios y sus dependencias. Entonces, si hay ganas, hay plata. No hace falta una ley para fijar las pautas de lo que debe decir otra ley.
Pero para poner un ejemplo concreto, en diciembre de 2005 se sancionó la ley de financiamiento educativo. Fijaba un incremento gradual de la inversión educativa sobre el PBI hasta llegar a una meta del 6% en 2010. Sobre eso, dos datos:
1) no se cumple (la inversión, que se compone con fondos nacionales y provinciales, no llega a ese porcentaje)
2) la educación no mejora.
Además, más del 96% del gasto educativo va a salarios y gastos corrientes, con lo cual quedan migajas para infraestructura y otros gastos. Entonces:
* tenemos la ley que determina cómo debiera legislar otra ley (la de Presupuesto)
* la ley no se cumple
* la educación no mejora
* la mayor parte de la plata va a pagar sueldos
* los sueldos docentes no son buenos.
En el último presupuesto ejecutado por la gestión Cambiemos en Nación, el 75% del gasto va para cubrir transferencias directas a las personas (jubilaciones, salarios estatales nacionales, planes de asistencia social, etc.). Queda un 25% nada más para que el Estado haga cosas. Las matemáticas pueden ser crueles, pero no discutibles.
Hay en la Argentina una idea de que todo se resuelve con leyes. Incluso, con leyes que indican cómo deben ser otras leyes. Y también hay cierto gusto por el show legislativo. Para establecer la cuarentena no fue necesario más que un Decreto. Para que cada distrito determine lo que se puede hacer o dejar de hacer en su territorio se manejan con actos rápidos de los respectivos departamentos ejecutivos. Pero para establecer un protocolo de "despedida digna" de pacientes terminales en hospitales, en CABA sancionaron una ley en la legislatura. ¿No se podía hacer con la misma ejecutividad que las otras medidas?
Por último, una parte del Ejecutivo (el Mindef) clama por el FONDEF para subir el presupuesto en Defensa. Pero otra parte del Ejecutivo (con la anuencia de todos los involucrados) decidió sacarle fondos a Defensa para dárselos a otro ministerio. No sé por qué me viene a la mente la figura del tero...