ahora bien, para que los submarinos propios puedan seguir a la flota para aportar en el patrullaje, o la flota debe ir lento o el submarino muy rápido.
Desconozco cómo utilizarían exactamente sus submarinos. Sólo quería destacar que los consideran un componente esencial de su doctrina de guerra antisubmarina destinada a mantener las vías de comunicación abiertas. Es la principal misión de sus submarinos.
Quería destacar que como parte de ello, aunque no se suele mencionar en la popularmente conocida como doctrina 8-8, ellos prevén una escuadrilla de 4 submarinos de ataque junto a cada una de sus flotas 8-8.
¿Cómo operan? imagino que una forma es formando parte del convoy y navegando a la velocidad de este. En este sentido, los modernos submarinos japoneses, aunque son convencionales, pueden alcanzar velocidades razonablemente altas.
Además, cuando pensamos en convoyes con la misión de mantener las vías de comunicación abiertas mil millas alrededor de Japón, es posible que también estén pensando que esos convoyes no sólo estén constituidos por buques de guerra, sino también por lentos grupos de mercantes que necesitan de esa escolta.
Otro forma es que, aunque sea de forma coordinada, en realidad los submarinos tienen sus propios planes de operación consistente en posicionarse anticipadamente en los puntos más estratégicos de las rutas de navegación para interceptar lo que quiera pasar por allí y, de esta manera, contribuir a proteger la vía de comunicación. Lo cual puede ser tan extremo como acercarse hasta la desembocaduras de los puertos de submarinos enemigos, por ejemplo, y bloquear todo lo que quiere salir de allí.
Imaginación de mi parte, pero que encuentra antecedentes en nuestras aguas. Por ejemplo, durante Malvinas se especulan que finalmente los británicos lograron posicionar sus submarinos en los canales de ingreso de los principales puertos argentinos. Los puertos argentinos suelen tener un único canal de ingreso y egreso hasta aguas profundas, facilitando la tarea de cualquier enemigo de bloquearlo con minas o un submarino.
Otro ejemplo sería la crisis del canal de Beagle. Aparentemente, dos submarinos argentinos cruzaron a aguas chilenas y se posicionaron en puntos estratégicos por donde estimaban que la flota chilena podría llegar a navegar.
En este sentido, parece pertinente recordar el antecedente de los TR1700 argentinos. Estos submarinos podrían alcanzar altas velocidades para poder ir y venir rápidamente desde su base (Mar del Plata) hasta su zona de patrullaje (por ejemplo, Canal de Beagle). Luego en la zona de patrullaje propiamente dicho adoptan la navegación más lenta y sigilosa. Cabe esperar un uso muy parecido de parte de los submarinos japoneses. Navegación rápida desde sus puertos hasta las zonas de patrullaje a lo largo de la extensa vía de navegación a proteger. Protegiendo y colaborando de esta forma en la lucha antisubmarina que también llevan a cabo los escoltas de superficie.
Si me permite imaginar una metáfora. Podemos imaginar un convoy de máximas autoridades. Tenemos los vehículos de las autoridades (una limousina), con escoltas (patrulleros) tanto delante como detrás. Detrás de ellos tenemos un grupo auxiliar (ambulancia) y, además, un grupo de motocicletas.
Varias de estas motocicletas se adelantan al convoy y, cuando llegan a una intersección se detine y bloquean el tránsito competitivo, facilitando al grueso del convoy con sus patrulleros, limosinas y ambulancias, atravesar rápidamente. Una vez que pasa el convoy, la motocicleta vuelve a moverse, adelantar tan rápidamente como pueda al convoy y buscar la siguiente intersección para volver a empezar.
Pues bien, los submarinos pueden estar haciendo algo parecido a las motocicletas. Posicionandosé rápidamente en las intersecciones con objetro de mantener las vías libres para el convoy 8-8, los mercantes, etc.
Lo mismo podemos decir del grupo 8-8. No perder de vista que en operación real se repartirán en dos sub-grupos de 4 buques cada uno (probablemente, con cuatro helicópteros cada uno también, aunque no es un requisito).
Así que aunque estén todos trabajando coordinadamente para mantener las vías de comunicación abiertas, no significa que estén todos juntos en el mismo lugar y al mismo tiempo. Pueden estar algunos por aquí navegando rapidito. Otros por allá navegando despacito. Un tercero en el otro lado. Etcétera. Pueden existir cientos de kilómetros de separación entre unos y otros, incluso más.
No es necesario ir tan lejos, sólo basta estudiar los antecedentes más cercanos de la crisis del Beagle y la guerra de Malvinas.
Por otro lado, respecto a los sonares remolcados, estaría comprobada su eficiencia? Tengo la duda de si tienen el alcance suficiente como para contribuir a la escolta.
No existe nada milagroso. Pero indudablemente es una mejora significativa.
Podemos abordar esto desde dos perspectivas.
La primera y más obvia, el tema de la profundidad. El agua de mar está dividida en capas de distintas temperaturas. Ser suele ilustrar (en realidad es más complejo) que en la superficie suele estar muy caliente y a unos 60 metros baja repentinamente la temperatura. Tenemos así dos grandes capas térmicas, cuanto menos. Al igual que introducir un dedo en un vaso de agua transparente, la luz se distorsiona al pasar a través de esas capas y el sonido... también. Las ondas de sonido cambian de dirección, rebotan, distorsiona, incluso reflejan, a imagen y semejanza de la luz. El sonar de un buque está casi ciego para escuchar lo que pasa debajo de esa capa o, como si fuese una terrible combinación de estrabismo y astigmatismo, le llega un sonido tan distorsionado que no puede interpretar claramente lo que escucha.
Bajar un sonar por debajo de esa capa térmica permite escuchar claramente lo que antes era difícil o imposible. Eso es una de las cosas que hace el sonar calable.
Es más, como sospechamos que el submarino está navegando a, digamos, trescientos metros de profundidad ¿qué tal bajar el micrófono hasta la misma profundidad y la misma capa térmica en que navega ese submarino? podremos escuchar claramente lo que antes era imposible desde la misma profundidad que este. Un sonar calable moderno puede tener varios kilómetros de longitud y hundirse muchos cientos de metros. Incluso más abajo que lo que puede sumergirse el más poderoso submarino.
Es más, ya que es tan larga la cuerda ¿nos contentamos con un único micrófono en su extremo final? ¿o colocamos varios micrófonos a lo largo de toda la extensión de modo tal de disfrutar de, cuanto menos, un micrófono en cada una de las decenas de capas térmicas que nos podemos encontrar?
Es más ¿colocamos sólo microfonos? ¿por qué no colocar también instrumentos para medir la salinidad, temperatura, velocidad y dirección de las corrientes de agua y otros indicadores que pudieran distorsionar el sonido? todos datos que podemos recopilar, ordenar, procesar y analizar.
Es más, en alta mar podemos hacer esto tanto tiempo como navega el buque, sin las limitaciones de un helicóptero, cuyo tanque de combustible limita considerablemente el tiempo que puede estar trabajando.
Al sumar todos los elementos, el sonar calable es candidato a ser el principal medio de detección submarina de un buque.
Pero le decía que había una segunda perspectiva. No sólo esta la profundidad, sino también la distancia.
Un buque o submarino con un sonar de casco es como una persona con un único oído. O, si facilita la imaginación, un único ojo. Puede escuchar y ver. Puede saber más o menos de donde viene, pero no puede saber exactamente la distancia. Un tuerto no puede ver en 3D, no puede ver profundidad. Con una única oreja tampoco.
Al tener dos ojos separados entre sí nos llegará una imagen ligeramente diferente a cada uno, como la distancia entre ambos ojos es perfectamente conocida, podemos calcular exactamente la diferencia y triangular (literalmente) la información, permitiéndonos saber exactamente la distancia del objeto que estamos mirando.
Pero ¿qué pasa si tienes sólo un ojo? el truco ya no funciona, ya no ves la distancia, ya no ves en 3D. O ¿qué pasa si estas mirando un objeto muy lejano, como una montaña en el horizonte? está tan lejos y la separación entre tus ojos es tan pequeña que la triangulación no funciona. Sabes que está lejos, pero no sabes cuánto.
¿cómo resolver esto? un agrimensor recurriría a su telémetro para calcular la distancia de esa lejana montaña sin tener que ir hasta allá. Pero es un procedimiento de varios pasos. Primero, coloca su telemetro y observa la montaña. Toma los ángulos que marca el instrumento. Luego apunta a un objeto conocido, por ejemplo, el palo que su ayudante colocó a unas cuadras de distancia y también registra los ángulos en el instrumento. Luego se dirige hasta su ayudante y cuenta la distancia exacta entre él y el palo. Finalmente, una vez que llega hasta el palo coloca en ese mismo lugar su telémetro y vuelve a mirar hacia la lejana montaña. Por fin tiene los datos que necesita: dos puntos de observación, la distancia exacta entre los mismos y los ángulos del instrumento hacia el punto de observación. Ya puede triangular y saber exactamente a qué distancia está esa lejana montaña. ¿Lento? si, pero funciona.
Pues bien, exactamente lo mismo tienen que hacer los submarinos y buques con sus sonares de cascos. Incluso aunque tengan un sonar en la proa y otro en la popa o, imitando a un pez, a lo largo de todo el casco, termina siendo insuficiente para saber la distancia exacta en que se encuentra un lejano enemigo.
A diferencia de las películas, aquí el barco tiene que hacer el mismo trabajo que el agrimensor. Escucha y registra el ángulo desde donde viene sonido. Luego avanza algunas millas y vuelve a escuchar. Triangular los datos y así sabe exactamente la distancia que tiene el enemigo, suponiendo que el mismo no se movió nada.
Un procedimiento lento y que, además, pierde precisión si el enemigo se mueve. Por suerte, tenemos el alivio de que el enemigo es más o menos igual de sordo y ciego que nosotros y utiliza las mismas técnicas para vernos, escucharnos y calcular dónde estamos.
¿Cómo mejorar esto? un helicóptero puede ayudar. Se aleja rápidamente algunas millas. Se queda quieto como el palo del ayudante. Baja el micrófono. Escucha. Conocemos la distancia entre el barco y el helicóptero. Conocemos de dónde vienen los sonidos para ambos sonares. Es como tener dos ojos distantes entre sí. Podemos triangular los datos y saber exactamente la distancia del enemigo. Podemos escuchar en 3D. Pero un helicóptero no puede quedarse mucho tiempo quieto y, además, se agota el combustible, así que volvemos a quedar tuertos.
¿no tenemos helicóptero? trabajemos en equipo con otros buques. Dos, tres, cuatro... ocho buques trabajando en equipo y sabiendo exactamente dónde se encuentra cada uno. Un barco escucha algo y toma los ángulos. el vecino también escucha lo mismo, toma los datos. Ambos triangulan y calculan la distancia exacta del enemigo.
Pues bien, el sonar remolcado también contribuye a resolver esto. Porque cuando extendemos el sonar no sólo se hunde, sino que también se aleja. Se puede alejar varios kilómetros. Es como tener dos ojos todo el tiempo. Días y días escuchando en 3D.
Es más, como podemos colocar varios micrófonos, podemos tener una visión que recuerda más a una mosca que un humano.
En pocas palabras, un barco o submarino con sonar calable tiene innumerables ventajas frente a un barco o submarino que carece del mismo. Puede comprender mejor lo que está pasando. Ver mejor bajo el agua.
Si además son varios barcos trabajando en equipo (no es necesario que todos tengan sonar calable, pero estimo que un mínimo de dos en cualquier momento dado) y, además, tienen helicópteros, las ventaja son evidentes.