Norberto, no sabes lo bien que me hacen sentir esas anecdotas, mas que por las bondades del material, que no es poca cosa ( y es esperable porque si hay algo que saben hacer los alemanes son blindados), sino por el amor propio, el compromiso, el sentido del deber y el orgullo de las tripulaciones por sus maquinas. Gracias por esos relatos únicos!!!!!