Denuncian mal mantenimiento de helicópteros presidenciales
LAS DENUNCIAS DEL MECÁNICO DEL HELICÓPTERO PRESIDENCIAL
El problema no es que la despeina
Un suboficial que integró el equipo técnico de la flota de helicópteros de la Presidencia denunció ante la Justicia falencias en el mantenimiento. Asegura que faltan elementos y capacitación. Pide que se dejen de utilizar las naves.
Sin buscarlo, Héctor Luis Vargas encontró un punto para sintetizar sus dos vocaciones: la carrera como auxiliar militar y la abogacía. Tres meses en el cuerpo de mantenimiento de los helicópteros presidenciales fueron suficientes para denunciar irregularidades ante sus jefes, las que, ante la falta de respuestas, desembocaron en una denuncia judicial.
Vargas tiene 34 años, trabajó en la Antártida, en misiones de paz en Chipre y en el Plan Nacional de Manejo del Fuego. En junio de 2007 ingresó al área Mantenimiento de helicópteros de la Presidencia y en agosto fue desplazado. Desde al 4 de abril está sin funciones
“a disposición de la Fuerza Aérea”, luego de haber pasado por varios destinos administrativos ajenos a sus competencias. Esta semana debe presentarse en la sede de la Aeronáutica para que le informen sobre su futuro.
El primer indicio de las falencias que luego denunció llegó a manos de Vargas el 27 de junio de 2007. El director de Mantenimiento, Eduardo Giménez, informaba por nota al jefe de la Agrupación Aérea, Percy Ryberg, sobre la
“falta de capacitación y experiencia en gran parte del plantel de personal” y la ausencia de repuestos para la inspección y el mantenimiento de las aeronaves, le dijo Vargas a Crítica de la Argentina.
Una auditoría del fabricante de helicópteros Sikorsky –empresa que proveyó las aeronaves de la flota presidencial– había detectado
“85 discrepancias que no debieran presentarse en un sistema afectado al transporte de autoridades que opera en el país desde el año 1994”. En criollo, trabajos mal hechos.
Vargas decidió presentar un “informe de situación riesgosa” el 30 de agosto. Allí denunció que “no se cumple con las condiciones generales y especiales de los locales, instalaciones, equipos y productos”. Apuntó la falta de un plan de prevención y que
“se desconocen normas técnicas y medidas sanitarias” en el denominado Módulo de Presidencia de la Nación de la VII Brigada Aérea.
El informe fue enviado al Departamento de Prevención de Accidentes del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea. El mismo día el mecánico fue trasladado a Casa de Gobierno, donde se dedicó a llenar planillas de viáticos. Desde el 4 de abril está
“a disposición de Fuerza Aérea”, sin tareas concretas.
A finales del año pasado, un nuevo episodio con un helicóptero presidencial sumó elementos para la presentación que Vargas haría más tarde ante la Justicia.
Cristina Fernández de Kirchner asistió a un acto en el Colegio Militar, pero el helicóptero Sikorsky que la había llevado no arrancó. Los comentarios sobre el efecto de las aspas en movimiento sobre los peinados femeninos fueron poco relevantes para el mecánico militar que había advertido sobre las deficiencias.
La flota presidencial tiene tres helicópteros: el H01 (de 13 años de antigüedad), el H02 (21) y el recientemente adquirido a Estados Unidos N 7620 S. Pero no es habitual que los tres estén en condiciones de utilizarse en forma simultánea. En ese caso, cio, se pide prestada una máquina a la Fuerza Aérea o se alquila al Grupo Módena.
DE LA FUERZA AÉREA A LA JUSTICIA. El 6 marzo Vargas denunció a sus ex jefes en el Juzgado Federal Nº 5. La denuncia alcanzó al vicecomodoro Ryberg, jefe de la Agrupación Aérea de Casa Militar; al director de Mantenimiento, Eduardo Giménez; al jefe de la Junta Aérea Técnica, Eduardo Cutino, y a Segundo Ernesto Palacios, del Servicio de Mantenimiento Mayor y Menor de Helicópteros.
La denuncia que presentó el abogado y suboficial Vargas pide que se investiguen delitos
“contra la seguridad de los medios de transporte, que involucra a la flota de helicópteros de Presidencia de la Nación, y de abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios públicos”.
Allí especifica que
“el personal no cuenta con las habilitaciones necesarias para realizar tareas de mantenimiento de aeronaves” y que los tripulantes
“se ven obligados a realizar funciones de abordo, bajo la amenaza de ser sancionados”.
“En los vuelos militares siempre hay riesgos, pero éstos no pueden correrse en los viajes presidenciales”, señaló Vargas a Crítica de la Argentina. Con poco para perder, Vargas también pidió que la Secretaría General de Presidencia –de la cual depende la Casa Militar, que vela por la seguridad presidencial–
“prohíba el uso de las aeronaves mencionadas hasta tanto se regularicen las habilitaciones de la totalidad del personal para evitar algún accidente en el que se vería como principal afectada la señora Presidenta de la Nación”.
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