El reemplazo de los F-16 belgas es (otra) buena ocasión para Dassault de vender el Rafale.
El año 2013 fue complicado para las actividades de la rama “Defensa” de Boeing. El F-18 Super Hornet no fue tenido en cuenta por Brasil en el marco de la licitación FX-2, ganada por Saab con su Gripen, el F-15 Silent Eagle, que tenía todas las chances de su lado en Corea del Sur fue descartado casi a último minuto a favor del F-35 de Lockheed-Martin, y también anunció la finalización de la producción del avión de transporte C-17.
Las perspectivas para la rama militar del constructor norteamericano no son muy buenas. Actualmente, 40% de su facturación está asegurada por los helicópteros Apache y los aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon. En cuanto a los aviones de combate, hay una gran incertidumbre. La producción del F-15 SE debería prolongarse hasta el 2018 gracias a un encargo saudita por 84 ejemplares. En cuanto a las líneas de ensamblaje de los F/-18 y E/A-18G, podrían cerrar en 2016, a falta de contratos…
También, el procedimiento que va a establecer la Defensa belga para reemplazar sus aviones F-16 no deja de suscitar el interés del gigante norteamericano. A priori, e incluso si varios funcionarios políticos belgas indicaron su preferencia por el F-35, todavía no se le puede dar ganada la batalla…
La semana pasada, el proceso de adquisición fue explicado a una delegación de Boeing durante una entrevista con los miembros del gabinete del ministro de Defensa belga, Pieter de Crem, y del estado mayor.
En esa ocasión, pudimos conocer que la Defensa belga lanzará varios RFI (Request For Informations), es decir, pedidos de información a cinco empresas susceptibles de estar interesadas por este mercado. Además de Lockheed-Martin y Boeing, ya mencionados, encontraremos en esta lista a Saab con su Gripen, al consorcio Eurofighter con el Typhoon y a Dassault Aviation, que podría encontrar la ocasión de vender el Rafale.
Las chances del constructor francés no son pocas. Ahora, los pilotos de combate belgas son formados en Francia, lo que augura algunas sinergias… Luego, Dassault dispone ya de una filial en Bélgica, a través de la SABCA, lo que sería un triunfo si la compra de los nuevos aviones de combate para el componente aéreo debe traducirse en beneficios económicos para Bruselas. Sería este el caso si se le cree a los responsables de Boeing.
“Los funcionarios de Defensa fueron muy claros: evaluarán las capacidades de los competidores y la participación industrial y los
partenariats (con empresas belgas) será un factor realmente importante”, confió Jeff Kohler, vice-presidente ejécutivo de Boeing encargado de desarrollo y de estrategia.
Y visiblemente, el constructor norteamericano ya afila sus argumentos. “Tenemos la capacidad de proporcionar toda una gama de compensaciones, ya sea en el dominio aeronáutico o espacial, incluso en tecnologías de red, mantenimiento, o los servicios como la logística”, hizo valer Chris Raymond, otro de sus vicepresidentes.
“Hay en ciertos países una voluntad de comprar norteamericano cualquiera sea el precio, cualquiera sea la perfomance del avión”, se había lamentado la semana pasada, Eric Trappier, director general de Dassault Aviation, con respecto al F-35. ¡A sus comerciales probar lo contrario! Después de todo, por el pasado, la fuerza aérea belga es una vieja cliente del constructor francés, particularmente con el Mirage V.
Laurent Lagneau 19 mars 2014
