Durante los años 60 y 70’s las principales aeronaves de combate contaban con cabinas cada vez más complejas: docenas de indicadores radiales y luces de todos los colores posibles que obligaban al piloto a tener su cabeza dentro de la cabina observando y controlando todos los indicadores. Switch, perillas, botones pulsadores, indicadores en escala, indicadores con dos y hasta tres agujas marcadoras realmente complicaban al piloto quien dedicaba más tiempo a controlar los instrumentos que a volar la aeronave.
Cockpit de un CF-104 Starfighter
El primer paso para reducir la carga de trabajo y permitirle al piloto tener más tiempo “la cabeza fuera del cockpit” fue el Head Up Display (HUD) o visor de cabeza alta donde se proyectaba simbología básica de los parámetros de vuelo en un prisma transparente situado por encima del tablero. Así el piloto podía conocer su velocidad, curso, altitud, ángulo de ataque, horizonte artificial y demás datos sin tener que mirar instrumento por instrumento.
El paso siguiente fue sintetizar la información de muchos de los indicadores en uno solo. Así nacieron las primeras pantallas de presentación derivadas de los presentadores de imagen radar de rayos catódicos. Aunque se discute qué aeronave fue la primera en introducir la primera pantalla multifunción, no hay dudas que se trató del F-14A Tomcat en cuyo cockpit delantero (foto inferior) el piloto disponía de la tradicional pantalla radar y de otra conocida como AN/AVA-12 que mostraba simbología de la situación vertical y horizontal del avión, aunque la misma también se podía utilizar para mostrar las imágenes de la cámara de identificación de largo alcance AN/AAX-1.
La evolución de la electrónica provocó una segunda generación de éstas pantallas, con presentaciones de simbología en color e incluso con la posibilidad de proyectar imágenes. Nuevamente fue la US Navy que con el F/A-18 Hornet introdujo tres pantallas multifunción en el cockpit reduciendo de modo considerable la carga del piloto. La llegada de la tecnología de cristal líquido permitió equipos de presentación más livianos y fáciles de mantener con capacidad de proyectar simbología, imágenes de todo tipo e incluso videos.
El Head Up Display sin embargo tenía algunas desventajas: el piloto siempre debía mirar hacia el frente y en un combate aéreo debía mover permanentemente su cabeza para seguir el blanco y a la vez conocer sus parámetros de vuelo. La solución fue simple: instalar en el casco del piloto un visor que reprodujera la información del HUD. Aunque sus primeras aplicaciones fueron en los helicópteros, dicha tecnología rápidamente llegó a las aeronaves de combate y la posibilidad de proyectar por delante de los ojos del piloto cualquier tipo de datos e incluso imágenes ha llevado a que en la próxima generación el HUD desaparezca de los cockpit’s, tal como sucede con el F-35 Lightning II (foto inferior)
El futuro…?
Es difícil predecir el futuro de los cockpit de las aeronaves de combate, la automatización como los cascos con display incorporado están de a poco modificando el diseño y configuración. Hoy un piloto puede accionar distintos controles con sus dedos mediante los mandos HOTAS (botones instalados en el comando de vuelo y la palanca de potencia), también puede hacer uso del llamado “mando oral” donde una computadora reconoce las ordenes verbales del piloto y activa los distintos sistemas.
El nuevo Jedeye de Elbit que permite presentar mapas digitales y videos
El seguimiento de los ojos sería quizás el próximo paso, ya que hay sistemas y software que permiten ver hacia dónde se dirige la mirada y accionan el sistema o equipo que el piloto está mirando. O sea que manos, ojos y voz ya están “ocupados” sin embargo el avance de la tecnología permite que las aeronaves dispongan cada vez de mayor información no sólo proveniente de sus equipos sino también de otros aviones, barcos o unidades terrestres gracias a los sistemas de transmisión de datos.
El ser humano tiene muchos límites y aún con sistemas híper-avanzados su capacidad de recibir múltiples informaciones, procesarlas y tomar decisiones es limitada. No sólo debe volar la aeronave, evitar que lo intercepten sino también buscar el blanco, localizarlo y atacarlo. El segundo piloto o oficial de armas es una opción que ha resurgido con fuerza, no por nada las principales aeronaves de ataque como los Tornado, F-15E/I/K, F-16I y Su-30MK, son precisamente biplazas.
Quizás los cockpits desaparezcan, ya que la tendencia es que el piloto también desaparezca. Quizás entonces se pierda la magia que por años ha significado "ver la cabina" de tal o cual avión. Esperemos que ésa magia no se pierda.