Rusia trata de calmar la tensión por el enclave
Los tiroteos del pasado fin de semana dejaron unos 20 muertos
Un tanque del Ejército de Azerbaiyán se dirige hacia la frontera con Armenia. / Abbas Atilay (AP)
La tensión entre Armenia y Azerbaiyán—enfrentados desde hace más de 25 años— ha aumentado durante los últimos días a causa de periódicos tiroteos que han provocado la muerte de una veintena de ciudadanos en Nagorno Karabaj, un enclave armenio en territorio azerí que cuenta con un corredor de acceso. Las dos partes se acusan mutuamente de violar el alto el fuego que entró en vigor en 1994, tras la guerra que les enfrentó tras la desmembración de la URSS. Está previsto que los líderes de ambos países se reúnan en Sochi (Rusia) durante este fin de semana para distender la situación.
Estos territorios, que formaban parte de Azerbaiyán, quedaron en manos de los armenios después de la sangrienta guerra entre Bakú y Ereván (las actuales capitales de ambos países), que se cobró unas 30.000 vidas y dejó cerca de un millón de personas desplazadas.
Este miércoles, según un comunicado de prensa del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, en las últimas 24 horas los armenios han "roto el régimen de alto el fuego 99 veces en diferentes puntos de la línea de contacto". Un día antes, los armenios aseguraron que fue al revés y que Arzerbaiyán había roto la tregua con "armas de gran calibre".
El resurgimiento de este foco de tensión se produjo hace una semana, con enfrentamientos que hasta el sábado pasado habían dejado al menos 14 soldados azeríes muertos y numerosos heridos. A principios de mes, Armenia había reconocido 18 bajas mortales en los primeros siete meses del año, mientras que Azerbaiyán, 25. En todo el año 2013 los muertos en escaramuzas fueron 7 y 12 respectivamente.
La interpretación realizada por ambos países de lo que está ocurriendo es muy diferente. Si Armenia trata de bajarle el perfil y minimizar lo que ocurre, asegurando que no hay peligro de una nueva guerra, Azerbaiyán hace declaraciones triunfalistas asegurando que las fuerzas armadas azeríes "son las más fuertes de la región" y publica comentarios sobre que Armenia no está en condiciones de soportar una guerra y que teme al poderío militar de Azerbaiyán.
Alí Hasánov, jefe del Departamento de Política de la Administración de Azerbaiyán, además de ensalzar la potencia militar de su país, pidió sanciones para Armenia. Según él, deberían haberle sido impuestas "antes que a Rusia", por su "política agresiva y no cumplir con las resoluciones de la ONU". Además, les acusó de "ocultar" sus bajas.
Rusia, que tiene intereses en ambos países y es copresidente del Grupo de Minsk de la OSCE para el Alto Karabaj —junto con Estados Unidos y Francia— está interesada en una disminución de las tensiones. Como anunció el ministro de Exteriores del Kremlin, Serguéi Lavrov, este fin de semana está previsto que el presidente, Vladímir Putin, se reúna por separado en Sochi con los líderes armenios, Serzh Sargsián, y azerbaiyano, Ilham Alíyev, para tratar la situación. Según el jefe de la diplomacia armenia, Hovik Abrahamián, habrá también un encuentro directo entre Alíyev y Sargsián.
"Por supuesto que conversaremos con nuestros socios de Azerbaiyán y Armenia sobre cómo se puede ayudar a reforzar la confianza y disminuir los riesgos de confrontación", señaló Lavrov el lunes. Lo que realmente quisiera el Kremlin es que, junto con París y Washington, lograran encontrar la fórmula mágica para "resolver los problemas que todavía obstaculizan la firma de un documento que establezca los principios políticos" para resolver el conflicto.
elpais.es
Los tiroteos del pasado fin de semana dejaron unos 20 muertos
Un tanque del Ejército de Azerbaiyán se dirige hacia la frontera con Armenia. / Abbas Atilay (AP)
La tensión entre Armenia y Azerbaiyán—enfrentados desde hace más de 25 años— ha aumentado durante los últimos días a causa de periódicos tiroteos que han provocado la muerte de una veintena de ciudadanos en Nagorno Karabaj, un enclave armenio en territorio azerí que cuenta con un corredor de acceso. Las dos partes se acusan mutuamente de violar el alto el fuego que entró en vigor en 1994, tras la guerra que les enfrentó tras la desmembración de la URSS. Está previsto que los líderes de ambos países se reúnan en Sochi (Rusia) durante este fin de semana para distender la situación.
Estos territorios, que formaban parte de Azerbaiyán, quedaron en manos de los armenios después de la sangrienta guerra entre Bakú y Ereván (las actuales capitales de ambos países), que se cobró unas 30.000 vidas y dejó cerca de un millón de personas desplazadas.
Este miércoles, según un comunicado de prensa del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, en las últimas 24 horas los armenios han "roto el régimen de alto el fuego 99 veces en diferentes puntos de la línea de contacto". Un día antes, los armenios aseguraron que fue al revés y que Arzerbaiyán había roto la tregua con "armas de gran calibre".
El resurgimiento de este foco de tensión se produjo hace una semana, con enfrentamientos que hasta el sábado pasado habían dejado al menos 14 soldados azeríes muertos y numerosos heridos. A principios de mes, Armenia había reconocido 18 bajas mortales en los primeros siete meses del año, mientras que Azerbaiyán, 25. En todo el año 2013 los muertos en escaramuzas fueron 7 y 12 respectivamente.
La interpretación realizada por ambos países de lo que está ocurriendo es muy diferente. Si Armenia trata de bajarle el perfil y minimizar lo que ocurre, asegurando que no hay peligro de una nueva guerra, Azerbaiyán hace declaraciones triunfalistas asegurando que las fuerzas armadas azeríes "son las más fuertes de la región" y publica comentarios sobre que Armenia no está en condiciones de soportar una guerra y que teme al poderío militar de Azerbaiyán.
Alí Hasánov, jefe del Departamento de Política de la Administración de Azerbaiyán, además de ensalzar la potencia militar de su país, pidió sanciones para Armenia. Según él, deberían haberle sido impuestas "antes que a Rusia", por su "política agresiva y no cumplir con las resoluciones de la ONU". Además, les acusó de "ocultar" sus bajas.
Rusia, que tiene intereses en ambos países y es copresidente del Grupo de Minsk de la OSCE para el Alto Karabaj —junto con Estados Unidos y Francia— está interesada en una disminución de las tensiones. Como anunció el ministro de Exteriores del Kremlin, Serguéi Lavrov, este fin de semana está previsto que el presidente, Vladímir Putin, se reúna por separado en Sochi con los líderes armenios, Serzh Sargsián, y azerbaiyano, Ilham Alíyev, para tratar la situación. Según el jefe de la diplomacia armenia, Hovik Abrahamián, habrá también un encuentro directo entre Alíyev y Sargsián.
"Por supuesto que conversaremos con nuestros socios de Azerbaiyán y Armenia sobre cómo se puede ayudar a reforzar la confianza y disminuir los riesgos de confrontación", señaló Lavrov el lunes. Lo que realmente quisiera el Kremlin es que, junto con París y Washington, lograran encontrar la fórmula mágica para "resolver los problemas que todavía obstaculizan la firma de un documento que establezca los principios políticos" para resolver el conflicto.
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