Destruida la tumba de Sadam Husein en los alrededores de Tikrit
El extravagante mausoleo donde reposaban los restos del dictador iraquí Sadam Husein ha quedado reducido a una montaña de escombros. Fuentes de seguridad han asegurado que el lugar, abierto en 2007 en el pueblo natal del autócrata, ha sido alcanzado por las refriegas que libra el ejército iraquí, apoyado por milicias chiíes, contra combatientes del autodenominado Estado Islámico en la ciudad de Tikrit.
Sin embargo, los severos daños que sufre la tumba sugieren que ha sido víctima de una voladura. El inmueble -una antigua sala de recepciones construida en 1988- se había convertido en un lugar de peregrinación de los nostálgicos del "presidente", como le llaman aún los vecinos de Al Ouya, la aldea a 13 kilómetros al sur de Tikrit donde nació el suní que gobernó Irak durante 24 largos años. Habitada por la tribu de Sadam -los Al Bu Nasir-, la villa contaba con unos 3.000 habitantes antes del avance del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés).
En declaraciones a Ap el capitán Yaser Numa, portavoz de una milicia chií involucrada en la ofensiva contra el IS, ha explicado que los yihadistas se concentraron en los alrededores del mausoleo y plantaron de explosivos la zona para frenar el avance de las fuerzas gubernamentales, que la pasada semana lograron acceder a Tikrit y desde entonces se enfrentan barrio a barrio con los acólitos del califato.
El final de la sepultura de Sadam es aún una incógnita. En verano la organización que dirige Abu Bakr al Bagdadi y controla un tercio de Siria e Irak aseguró que la tumba de Sadam había sido destruida. Las autoridades, sin embargo, señalaron que aunque había sido víctima de un saqueo y un incendio, el inmueble había sufrido daños menores. En junio, por temor a la destrucción, la familia trasladó el cadáver de Sadam a una localización desconocida.
Hasta entonces, tal y como relató en EL MUNDO Javier Espinosa en agosto de 2010, el panteón había sido un quebradero de cabeza para el Gobierno del chií Nuri al Maliki. A pesar de haber prohibido las visitas organizadas, el peregrinaje no cesó. "Recibimos una media de 50 personas al día, pero a veces llegan autobuses con 100 ó 200 personas. Y en las fechas señaladas, su cumpleaños o el día de su muerte pueden llegar a ser miles", explicó a este diario Idris Ismael, un escritor local vinculado a los responsables del mausoleo.
Intramuros, el nicho de Sadam solía estar cubierto por una bandera de Irak y decorado con flores de plástico y retratos, tapices y tallas de madera del otrora presidente iraquí. El museo contaba además con dos pequeñas estancias en las que se exhibían una cama donde supuestamente durmió el vecino más ilustre de Al Ouya y su despacho. Este lunes, en cambio, por las ruinas del complejo despuntan banderas de las milicias chiíes y fotografías de sus líderes y del general iraní Qasim Suleimani, líder de la fuerza de élite Quds y urdidor de la liberación de Tikrit.
En el jardín contiguo a su sepultura se hallaban además las tumbas de sus hijos, Uday y Qusay, y de otros tantos jerarcas del antiguo régimen, entre ellos, Hasan al Majeed, conocido como Alí el Químico. Sadam fue capturado por las tropas estadounidenses en diciembre de 2003 y ejecutado en la horca el 30 de diciembre de 2006 tras ser considerado culpable de los crímenes contra la humanidad perpetrados contra chiíes y kurdos durante su régimen.
El pasado miércoles soldados iraquíes junto a milicianos chiíes y miembros de las tribus suníes locales irrumpieron en Tikrit. Desde entonces tratan de purgar por tierra y aire la capital de la provincia de Saladino de los últimos militantes del IS. El Gobierno ha anunciado este lunes que la operación ha tenido que aminorar su ritmo para permitir la evacuación de los habitantes que aún siguen en Tikrit.
Por su parte, el viceministro de Defensa Ibrahim al Ilami ha pedido en declaraciones a Reuters "apoyo aéreo de cualquier fuerza que pueda trabajar con nosotros en contra del IS". La coalición internacional liderada por EEUU, que bombardea desde agosto posiciones del IS en Irak, no participa en la campaña de Tikrit. Sin incidentes sectarios destacados, el éxito de la operación es clave para inaugurar una decisiva fase en la lucha contra las huestes del califato: la reconquista de Mosul, la segunda ciudad de Irak y auténtico bastión del IS en suelo iraquí.
http://www.elmundo.es/internacional/2015/03/16/5506e493e2704ec9758b4572.html