Aprendiendo a vivir sin Gadafi
La vida de los libios ha cambiado radicalmente desde que no está el coronel Muamar Gadafi. El dictador supervisó cada pequeño detalle de la vida cotidiana, la política y la economía desde 1969 hasta su muerte, el 20 de octubre de 2011. Hoy se cumple un año de su ejecucióny muchos ciudadanos se sorprenden cada día haciendo cosas que antes eran impensables.
"Que ¿qué cosas puedo hacer ahora que con Gadafi eran imposibles? Por ejemplo, hablar con un periodista o simplemente, con un extranjero", responde Fathi Hangari, empresario de Zawiya (a unos 30 kilómetros de Trípoli) que participó en la lucha para derrocar al coronel. "Los libios ya no hablamos con mordaza", incide. Antes, ni en una simple tertulia familiar una persona se atrevía a expresar sus opiniones.
Como sus conciudadanos, Hangari colecciona actitudes nuevas: "Afiliarse a un partido político, que la gente te respete, organizar actos culturales, coloquios, organizar colectas de ayuda para los refugiados sirios...", enumera. "Antes sólo por pensar en algo de esto te detenían", agrega.
Sin tabúes
En la Libia de hoy, casi todos los días hay actos de partidos políticos. Esta semana, por ejemplo, se ha celebrado el primer festival del movimiento de los Hermanos Musulmanes en Trípoli, una organización prohibida y perseguida por Gadafi. "Ya no hay ningún tabú. Tenemos pluralidad", afirma Hangari.
Los exiliados están volviendo a su país. La economía local se está reactivando con iniciativas propias. Abrir una tienda o un restaurante era un acto tortuoso sujeto a la voluntad del clan Gadafi y de sus acólitos. Hoy la gente no tiene miedoy, sobre todo, ya no tiene que pagar las cuantiosas mordidas que exigían los esbirros del régimen.
Poco a poco, el pensamiento único y el miedo desaparecen. Y también la uniformizaciónque impuso aquel dictador del pelo anillado, 'Bushafshufak', como lo llamaba el pueblo despectivamente. Hasta en la forma de vestir. En los años 80, todos los libios tenían que vestir igual. Gadafi controlaba la importación de ropa y su reparto entre la población a través de cooperativas. Aquella imposición física era también mental.
'Crear cerebros'
Yusef el Uheshi, el ministro de Transporte del nuevo Gobierno libio, lo resume para elmundo.esen esta frase: "Nuestro reto ahora es crear un sistema, sabiendo que lo más difícil es crear cerebros". Calcula que el país necesitará 10 años para alcanzar un nivel de reconstrucción –política, económica y de infraestructuras– "aceptable".
"Pero entrenar a los ciudadanos para que piensen por sí mismos nos llevará otros cinco años más", advierte. "Queremos mostrar al mundo que los libios somos un pueblo civilizado y que no estábamos representados [con Gadafi]", subraya Uheshi.
"Necesitamos tiempo porque esto no se construye de un día para otro. Hay muchas discrepancias, pero llegaremos a la madurez política. Queda un camino muy largo, pero vamos en la buena dirección", concluye Hangari.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/19/internacional/1350678415.html
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La nueva Libia cumple su primer año de vida
"Levantad bien alto vuestras cabezas. ¡Sois libios libres!". Con estas palabras, el entonces vicepresidente del Consejo Nacional de Transición, Abdel Hafez Ghoga, declaraba la liberación de Libia. Hoy el país magrebí celebra el primer año desde que se libró de las garras del coronel Muamar Gadafi.
Una ceremonia multitudinaria en la Plaza Tahrir de Bengasi, la capital de la revolución, daba el pistoletazo de salia para la nueva Libia. Un año después, los ciudadanos siguen celebrando su libertad con pequeños actos cotidianos, conscientes de que la ejecución del dictador abrió un nuevo camino en su historia.
Una transición por comenzar
Poco a poco, las nuevas autoridades encaminan al país hacia una transición política que ponga en marcha una democracia. Las elecciones que se celebraron en Julio fueron ejemplaresy recientemente se eligió a un nuevo primer ministro, Ali Zidan, abogado defensor de los derechos humanos y disidente del régimen que tuvo, como otros muchos, que exiliarse.
"El proceso ha sido muy interesante, pero aún está ahí el reto de responder a las necesidades sociales. La transición aún no ha comenzado y si se alarga puede cundir la frustración con la nueva clase política", estima Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcanoy experto en el Magreb y Oriente Próximo.
La prioridad para Zidan en los 20 meses que ejercerá como primer ministro en este periodo transitorio será nombrar un nuevo gobierno, restaurar la seguridad e imponer la autoridad del nuevo Estado frente a las milicias que lucharon contra la dictadura y que reclaman grandes contrapartidas políticas.
El nuevo Estado en construcción necesitará también descentralizar el poder y establecer un sistema en el que los gobernantes tengan un mayor contacto con la población y se repartan los recursos de manera justa.
Integrar a las milicias
Libia necesita crear una fuerza militar y policial que asegure la autoridad del Estado. Aunque los 'checkpoints' que antes plagaban las calles y los accesos a las principales ciudades ya han desaparecido, las milicias siguen siendo la única 'policía' efectiva en muchos lugares. Y esto conlleva que la mayoría se tomen la justicia por su mano.
Pero el asalto al consulado de Estados Unidos en Bengasi, en el que murió el embajador, Christopher Stevens, el pasado 11 de septiembre ha generado una ola de protestas civiles que reclaman el desarme de las milicias. "¡Basta de armas!", gritaron decenas de miles de personas que se manifestaron en Bengasi y Trípoli.
El horror de la muerte de Stevens al menos trajo consigo un resultado positivo: ya son varias las milicias que han entregado las armas, entre ellas Ansar al Sharia, el grupo al que se hace responsable del ataque al consulado. Ahora reclaman ser una asociación política.
La sombra de Al Qaeda
Otra sombra en la transición política, ligada a las milicias armadas, es la presencia de Al Qaeda. El ex comandante de la fuerza de seguridad de EEUU en Trípoli, Andrew Wood, afirmó a principios de octubre que la presencia de Al Qaeda en Libia "crece cada día".
"Libia es ahora un foco de atracción para los grupos islamistas. Ha habido un efecto llamada y han podido campar a sus anchas para poder usar el territorio como base yihadista", considera Amirah Fernández. Pero este experto discrepa de que Al Qaeda esté creciendo en Libia: "Cabría esperar que se hubieran producido más actos violentos de esos grupos y eso no ha ocurrido", concluye.
Los nuevos 'rebeldes' libios
Otro foco de conflicto aún no resuelto un año después de la muerte de Muamar Gadafi es el enfrentamiento con los remanentes gadafistas. Ellos son ahora los 'rebeldes'. La localidad de Bani Walid, que fue la última en rendirse a la autoridad rebelde, sigue desafiando al Gobierno transitorio.
Desde principios de octubre, la ciudad se encuentra rodeada por fuerzas militares y milicianos de Misrata y en los enfrentamientos hay varios muertos, entre ellos niños, según fuentes consultadas por ELMUNDO.es.
El conflicto comenzó cuando el Parlamento autorizó a los ministerios del Interior y Defensa a utilizar la fuerza si era necesario para capturar a los presuntos responsables de torturar y matar a Omar Shaaban, comandante rebelde de Misrata que capturó a Gadafi el 20 de octubre de 2011.
Shaaban había sido secuestrado en julio cerca de Bani Walid y murió tras ser liberado en septiembre a causa de las torturas. El caso ha reavivado las tensiones entre Bani Walid y Misrata, que desplegó a sus milicias y asedia la ciudaddesde entonces.
"La cuestión clave es cómo resolverán las autoridades libias el conflicto con Bani Walid", comenta Amirah Fernández. Tienen dos opciones: "Utilizar la fuerza bruta para aplastar a los gadafistas o negociar a través de los notables para que reconozcan al nuevo gobierno", pondera.
"La reconciliación es la asignatura pendiente y demostrará con qué intenciones actúan las nuevas autoridades del país", concluye.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/19/internacional/1350680101.html