Parte 1
Análisis estratégico del Daesh en Libia
Enviado por
J. Jordán y A. Bueno el Lun, 16/11/2015 - 08:45
Análisis GESI, 23/2015
Desde hace más de un año, el
Observatorio sobre la actividad yihadista en el Magreb/Sahel Occidental del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI) de la Universidad de Granada ha seguido con atención la marcha de los acontecimientos en un área de especial interés para la seguridad española.
Como parte de esta línea de trabajo, iniciamos una nueva serie de documentos que vigilarán la evolución del
autoproclamado Estado Islámico en Libia. Con este fin aplicaremos tres técnicas analíticas estructuradas para el análisis de inteligencia, en concreto: el análisis DAFO, la creación de indicadores y la elaboración de escenarios simples. Estas técnicas nos ayudarán a estructurar buena parte de la información que el Observatorio ha ido recopilando mensualmente sobre la actividad yihadista en el Magreb/Sahel.
En este primer documento explicamos cómo hemos aplicado las tres técnicas a nuestro objeto de estudio. No introducimos las técnicas en sí. Para entenderlas recomendamos la lectura del libro de Richards J. Heuer y Randolph H. Pherson (2011),
Structured Analytic Techniques for Intelligence Analysis.
El Daesh en el mapa del conflicto interno libio
Antes de aplicar las técnicas analíticas es conveniente identificar los principales actores del conflicto libio. El mapa conceptual que aparece a continuación (en sí mismo otra técnica analítica) ayuda a representarlos de manera gráfica.
En otros trabajos anteriores ya hemos hablado sobre
Ansar Al Sharia y el Daesh en Libia y sobre las
ramificaciones del Daesh Libia sobre Túnez. No obstante, si lo que se busca es un análisis más profundo y actualizado de los protagonistas de la guerra civil libia, conviene consultar fuentes adicionales como, por ejemplo, los trabajos del
Instituto Español de Estudios Estratégicos, el
International Crisis Group, el
Institute for Security Studies de la Unión Europea, el
International Institute for Strategic Studies de Londres, la revista
CTC Sentinel, o el
German Institute for International and Security Affairs.
Mapa conceptual de los actores armados del conflicto civil libio
(las flechas indican enfrentamiento entre entidades)
El mapa conceptual representa los principales actores del conflicto armado libio. A la vista de su enorme fragmentación se entiende que el
enviado especial británico, Jonathan Powell se refiriese a Libia como la
Somalia del Mediterráneo. La mayoría de los elementos del mapa no son actores unitarios sino agrupaciones de milicias de adscripción mudable, que de manera consciente no hemos desagregado en el mapa, pues antes que analizar en profundidad la guerra civil, nuestra intención consiste en presentar a grandes rasgos el contexto bélico y político donde opera el Daesh-Libia.
Los
dos principales polos de enfrentamiento son el antiguo Congreso Nacional General (CNG) con sede en Trípoli, cuyo mandato ya ha expirado, y la actual Casa de Representantes (CR) con sede en Tobruk, con mandato también extinto.
El CNG fue resultado de las elecciones de julio de 2012, que dieron la mayoría a los islamistas de Hermanos Musulmanes y a sus aliados tribales de Libia occidental. El CNG creó una milicia política denominada Escudo Libia (
Libya Shield), distinta al ejército libio regular, y aprobó una polémica ley que impedía que quienes hubieran ocupado puestos de responsabilidad en el régimen de Gadafi lo continuaran haciendo en el nuevo gobierno, en las empresas estatales, en el poder judicial y en las fuerzas armadas y de seguridad. Ambas medidas agravaron el clima de tensión e inestabilidad que se había venido prolongando desde la caída de Gadafi. Las elecciones de junio de 2014 permitieron la creación de un nuevo parlamento (la Casa de Representantes) donde Hermanos Musulmanes y sus aliados pasaron a ser minoría (30 de 188 escaños).
La facción islamista, temerosa de sufrir una represión similar a la padecida por Hermanos Musulmanes en Egipto tras el golpe de Al Sisi, utilizaron a sus milicias de Escudo Libia para formar una nueva coalición armada (Amanecer Libio,
Libya Dawn) que tomó el control de Trípoli tras seis semanas de combates. La coalición Amanecer Libio ha aglutinado milicias islamistas y milicias tribales no islamistas, la más poderosa de estas últimas es la de Misrata, que progresivamente se ha ido desmarcando de la agrupación.
Amanecer Libio es por tanto una coalición de circunstancias e inestable a la que une el rechazo a la Casa de Representantes. Al mismo tiempo, no todas las fuerzas que han luchado dentro de la coalición reconocen al antiguo CNG.
Ansar Al Sharia, por ejemplo, lucha contra las fuerzas de la Casa de Representantes pero tiene su agenda política propia, al margen de la del CNG, cuya autoridad tampoco acata.
También actúan por libre otras milicias yihadistas, como por ejemplo, el Consejo de la Shura de los Muyahidin de Darna, que tras aliarse inicialmente con el Daesh en esta población en el otoño de 2014, acabó expulsándole de gran parte de la ciudad en junio de 2015. Por eso aparecen enfrentadas simultáneamente con el Daesh y con la Casa de Representantes.
El otro polo político del conflicto es el que gira en torno a la Casa de Representantes (House of Representatives, HoR en la mayor parte de las fuentes internacionales), como ya hemos dicho con sede en Tobruk. Cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional y con el apoyo militar de Egipto y de Emiratos Árabes Unidos. Emiratos y Qatar están librando una guerra por delegación en Libia apoyando respectivamente al gobierno de Tobruk y al de Trípoli. Y, al menos en el caso de EAU,
violando incluso el embargo de armas establecido por Naciones Unidas.
El mandato político la Casa de Representantes ha expirado en octubre de este año. Se trata de otra coalición inestable que agrupa a milicias del sur, del oeste y, sobre todo, del este del país. En su seno hay monárquicos, nacionalistas libios, y federalistas del este que buscan una mayor autonomía para la Cirenaica.
La coalición también incluye a las milicias de Zintan, las Al Sawa'iq y las de Al Qa'qa al oeste del país, que combaten a las fuerzas de Amanecer Libio en Trípoli. También se adscribe a la coalición la milicia de
Ibrahim Jadhran, conocida como las Fuerzas de Auto-Defensa de la Cirenaica, que controla buena parte de las instalaciones de exportación de hidrocarburos al este del país. Al igual que las otras, con agenda propia y actuando a menudo al margen de las demás milicias.
Uno de los principales jefes militares de esta segunda coalición es el
General Haftar, que en la práctica actúa más por cuenta propia que siguiendo las directrices políticas de la Casa de Representantes. En mayo de 2014 puso en marcha la
operación Dignidad (
Karma en árabe) contra Ansar Al Sharia y otras milicias islamistas en Bengasi, a las que pese a algunos éxitos no ha logrado desalojar por completo de la ciudad. Desde septiembre de 2015 está llevando a cabo la
operación Doom, sin el consentimiento de la Casa de Representantes y en coalición con milicias locales e incluso grupos salafistas (lo cual impide presentar el conflicto libio como una lucha entre dos bandos: el islamista y el secular). Haftar fue un alto responsable militar en la época de Gadafi que desertó en la década de 1980 y al que algunos acusan de querer convertirse en el nuevo dictador del país.
Y en medio de este marasmo político opera el
Daesh. El mapa conceptual nos muestra una clave fundamental en el análisis estratégico de este grupo en Libia y es su
carácter marginal en términos de fuerza y control de territorio. El Daesh es uno más de los actores que compiten a día de hoy en el convulso escenario libio, y lo hace fuera de las grandes coaliciones y en confrontación con todos ellos. La gran ventaja a su favor es precisamente la guerra civil, que desvía la atención y recursos de las diferentes milicias, y que impide el monopolio de la violencia por parte de lo que queda en pie del Estado libio.
En este contexto el Daesh es un actor menor, aunque no irrelevante. A pesar de su debilidad en términos numéricos y de presencia en coaliciones, el Daesh es una organización terrorista capaz, altamente letal, y con una presencia extendida en el norte de Libia. Constituye un asunto grave en términos de seguridad, tanto para Libia como para los países vecinos (
particularmente para Túnez, que ya ha sufrido dos atentados importantes en 2015 vinculados a este grupo). Pero está lejos de representar una amenaza estratégica similar a la que plantea en Siria y en Irak.
Análisis DAFO del Daesh en Libia
El análisis DAFO nos permite identificar los puntos fuertes y débiles del Daesh en Libia, tanto en su dimensión interna (fortalezas/debilidades) como externa (oportunidades/amenazas).
A partir de los resultados del DAFO extraemos los que, a nuestro juicio, serían los cinco ejes estratégicos del éxito o fracaso del Daesh en Libia:
1)
Fortaleza/debilidad del Estado libio. La ausencia de una autoridad estatal fuerte genera un clima permisivo a las actividades y a la expansión territorial del Daesh. El Daesh utiliza el derrumbe del Estado libio para afianzar su presencia en el país.
2)
Fortaleza/debilidad del resto de Estados magrebíes y del Sahel Occidental frente al Daesh. El Daesh es un actor no estatal carente del apoyo directo de otros Estados. Puede competir con otros actores no estatales o contra las fuerzas armadas de Estados débiles, pero su expansión territorial se ve frenada ante ejércitos competentes. En consecuencia, el Daesh es capaz de irradiar inestabilidad al resto de países del Magreb a través del terrorismo, pero no de la conquista territorial.
3)
Despliegue/ausencia de despliegue militar extranjero en Libia. En nuestra opinión una hipotética intervención militar occidental en Libia haría más mal que bien. Ya fuese una misión de
peacekeeping/peacebuilding tras un eventual acuerdo entre las partes contendientes (
tarea que no descartan las autoridades europeas), o una misión de combate directo contra el Daesh. En ambos casos el Daesh podría capitalizar el rechazo social que antes o después acabaría generando la presencia de fuerzas occidentales en territorio libio.
Respecto a una intervención militar de fuerzas terrestres de países árabes, se trata de un escenario por ahora improbable. Ha habido ataques aéreos puntuales por parte de Egipto y de Emiratos Árabes Unidos. Pero, salvo que se produzca un vuelco completo de la situación que convierta al Daesh en el actor predominante del escenario libio, no es de prever una intervención terrestre egipcia, argelina o de otros países de la zona. Egipto tiene graves problemas internos y además al Daesh en la Península del Sinaí. Argelia prefiere dedicar sus fuerzas armadas a combatir el yihadismo en su propio territorio, no fuera de él. Túnez carece de capacidad suficiente como para intervenir en solitario en Libia. Y el resto de países de Oriente Medio se encuentran inmersos en la guerra regional por delegación focalizada en Siria, Irak y Yemen. En cualquier caso las consecuencias de una intervención militar por parte de un país de mayoría islámica sobre el Daesh serían a nuestro juicio ambivalentes. Supondría una amenaza militar para el grupo, pero éste podría lograr apoyos locales frente a la injerencia extranjera.
4)
Unificación/fragmentación de los grupos yihadistas en Libia y en el Magreb/Sahel Occidental. Por el momento, es previsible que continué la fragmentación en el campo yihadista como resultado –entre otros factores– de la estrategia polarizadora del Daesh. En caso de revertirse esta tendencia, se elevaría el perfil de la amenaza terrorista del Daesh en el Magreb, y el Daesh sí que podría lograr conquistas territoriales puntuales en el Sahel Occidental aprovechando la debilidad de Mali y la alianza con grupos yihadistas que operan en la región.
5)
Auge/caída/consolidación del Daesh en Oriente Medio. El Daesh es parte de una organización más amplia y lógicamente lo que suceda en su núcleo, localizado en Siria/Irak y con extensiones en el Sinaí y Yemen, le afectará de manera significativa. Las consecuencias también serían ambivalentes. El derrumbe del Daesh en Siria/Irak dañaría gravemente su marca y atractivo frente a otros grupos yihadistas. Es decir, dificultaría la unificación del frente yihadista en Libia y en las regiones circundantes a no ser que el desastre volviera a los líderes del Daesh más proclives a las alianzas. Pero por otra parte, una eventual pérdida de los territorios que controla a día de hoy en Siria e Irak iría seguido probablemente de un éxodo de militantes a otros lugares donde el Daesh ya está presente, en especial el Sinaí, Yemen y Libia.
Cualquier alteración sustantiva en uno o varios de estos ejes estratégicos tendrá efectos de gran calado sobre la evolución del Daesh en Libia y, potencialmente, en los dos escenarios regionales en los que se inserta el país (Magreb y Sahel Occidental). Por tanto, a partir de estos factores hemos elaborado y vigilado la siguiente relación de indicadores.
http://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/análisis-estratégico-del-daesh-en-libia