El conflicto colombiano como eje regional
Feb-05-08 - por Rosendo Fraga
Desde los EEUU, el proyecto de presupuesto presentado por Bush al Congreso permite advertir las prioridades concretas, ya que aumentan las partidas para combatir la inmigración ilegal y para financiar planes anti-droga en México y Colombia.
A su vez la condena impuesta por la justicia americana de 60 años de prisión a un líder de las FARC, políticamente implica un respaldo a las políticas de Uribe para enfrentar a esta organización guerrillera.
Mientras las FARC anunciaron que suspendían negociaciones para devolver rehenes como respuesta al mencionado fallo de la justicia de EEUU, algo más de un millón de personas se manifestaron en Colombia en rechazo de este grupo guerrillero, siendo la concentración más grande que se registró en la historia del país. Manifestaciones similares se realizaron en diversas ciudades del mundo.
La impopularidad de las FARC dentro del país comienza a trascender al plano internacional. Ello permite a Uribe dejar en segundo plano denuncias que han afectado políticamente a su gobierno, como las supuestas vinculaciones de funcionarios con para-militares y el proceso judicial que se sigue contra el abogado que fuera jefe de la policía secreta durante su primer gobierno. La tensión con Venezuela está causando un daño creciente a las exportaciones colombianas hacia este país, que es el segundo destino de las exportaciones de Colombia después de EEUU, donde Bush intenta lograr el TLC con Bogotá antes de dejar la Presidencia.
Chávez por su parte sigue aumentando la tensión militar con Colombia. Advirtió al gobierno colombiano que las Fuerzas Armadas venezolanas están en alerta por la situación existente en la frontera binacional.
Dada la evolución de la situación, los ministros de defensa de Bolivia y Ecuador tomaron distancia de la alianza militar de los países del ALBA anunciada por Chávez, de acuerdo a su anuncio de que si un país del grupo es atacado por otro, los demás deben concurrir en su defensa. El ministro boliviano sostuvo que el Consejo de Defensa creado por la VI Cumbre del ALBA no es una alianza militar y su colega ecuatoriano -Ecuador no es miembro de este grupo aunque Correa es un aliado político de Chávez- negó que su país integre este tipo de alianza. Sólo el Presidente de Nicaragua (Ortega) hizo una declaración dando cierto respaldo a la posición venezolana frente a Colombia, que sí tiene el apoyo de Cuba.
Todo esto sucede cuando Chávez cumple este mes nueve años en la Presidencia, festeja también los dieciséis del derrotado golpe militar que encabezó en 1992 que lo proyectó políticamente y sufre un fuerte desgaste por la creciente inseguridad pública dentro del país, donde son asesinadas por criminales 12.000 personas por año. El petróleo encima de 90 dólares no parece resultar suficiente para mantener el consenso de otros momentos, situación que lo puede impulsar a utilizar el conflicto con Colombia para intentar unificar el país frente a un enemigo externo.
Brasil busca jugar un rol en la crisis colombiana, proponiendo a Francia reconstituir el grupo de países de apoyo para el canje de los rehenes de las FARC. Este país era el único que lo integraba fuera de América Latina y dada la repercusión internacional que ha tenido el tema, ahora podrían incluirse otros. Paralelamente, Brasil avanza con el gobierno de Sarkozy en una acuerdo en materia de tecnología nuclear destinado al proyecto del submarino a propulsión atómica que el gobierno de Lula quiere que entre en servicio a comienzos de la década próxima. Un acuerdo similar ha sido firmado con Rusia.
En conclusión, las manifestaciones en repudio de las FARC dentro y fuera de Colombia han fortalecido la posición de Uribe; por su parte Chávez aumenta la tensión con dicho país, posiblemente buscando unificar a los venezolanos en momentos que parece perder consenso, y Brasil busca jugar un rol en el conflicto colombiano, proponiendo a Francia cambios en el conjunto de países del grupo apoyo para el canje de los rehenes de las FARC.