Libro 1
Capítulo 1
El comienzo
En enero de 1997 el Ing. B. me ofrece integrar el grupo de trabajo que él mismo dirige dentro de la empresa Ch.
Acepté de muy buen agrado por dos razones básicas: yo conocía a B. desde 1979 en la Dirección de Proyectos y además yo no tenía trabajo ya que el Ministerio de Defensa no renovó el contrato que me vinculaba al él desde 1994 y por el cual, había sido asignado al montaje del VCA. Por entonces ni yo conocía las intenciones de quien fuera a partir de ese momento y hasta el año 2006 mi Director y éste, reservado como siempre, tampoco las menciono en la oportunidad.
En ese momento se me confió en primera instancia la responsabilidad del mantenimiento de la planta de baterías para automotores que la empresa tenia en la localidad bonaerense de Villa Martelli y luego, a raíz de mi experiencia en el rubro acumuladores de ácido-plomo por haber sido responsable de un turno de producción en Inacel SA y una rápida y exitosa amalgama laboral y personal con el Sr. JDL, quien tenia a su cargo la producción de la Planta rápidamente se extendieron mis responsabilidades.
Fue un buen año 1997 pleno de proyectos concretados con éxito en el marco de la consolidación de la compañía como una de las líderes en el mercado en lo suyo, mis responsabilidades como he dicho, se extendieron con rapidez visiblemente lubricadas por la fluida relación que manteníamos con mi Director fruto de tantos años de trabajo anterior con los tanques TAM, pero a la vuelta de las vacaciones mi Director me esperaba con una sorpresa.
El 14 de febrero de 1998, conversaba con JDL en la explanada del sector expedición de los pormenores de los 15 días de vacaciones que recién terminaban, habíamos vuelto de almorzar y lo vimos acercarse a B. impecable, de corbata al tono con el traje como siempre pero en mangas de camisa por la temperatura reinante, y como quien saluda, soltó la noticia: le han asignado a la empresa un contrato para realizar un mantenimiento de cuarto escalón a los TAM de la Primera Brigada Blindada del Ejercito Argentino y yo a partir de ese momento no solo quedaba desafectado de mis tareas habituales sino que además, debía inmediatamente abocarme a secundar a mi Jefe en la reunión de los recursos humanos y materiales para dar cumplimiento a la tarea comprometida.
Además, la tarea debía ser realizada en las unidades del Ejército donde se encontraran los vehículos, por cuanto, debía formarse un grupo de trabajo que de lunes a viernes trabajara en las unidades y contaba conmigo conformando ese grupo de trabajo como responsable del mismo.
Yo creo que “perplejidad” no alcanza para expresar mi sentimiento de ese momento, era un vuelco total, debía dejar a mi familia, vivir solo sin ellos y por otra parte volvía al amor laboral de mi vida: los TAM.
Hacía dos años que se venía negociando esta posibilidad de por primera vez comprometer una empresa privada en el mantenimiento “interno” de equipos en el Ejército Argentino de manera orgánica y con la posibilidad, que de tener éxito esta etapa planteada de un año y 23 vehículos a recorrer, se abriera otra de cuatro años con el propósito de ampliar la tarea a la totalidad de los vehículos TAM de la Primera Brigada Blindada con asiento administrativo en la ciudad de Tandil de la Provincia de Buenos Aires y cuyas unidades de caballería se encontraban localizadas en tiempos de paz, en las ciudades de Magdalena, Azul y Olavaria, todas ellas, dentro de la misma Provincia de Buenos Aires.
Así es que, de inmediato se llevó a cabo una hermética reunión donde quedó organizada la forma en la que debería yo llevar a cabo el traspaso de mis responsabilidades que por entonces no eran pocas: Mantenimiento de la Planta, apoyo del Representante de la Dirección para la aplicación del Sistema ISO de Calidad para la fabricación de acumuladores eléctricos, logística de la expedición de pedidos y apoyo técnico al departamento de Ventas de la Compañía, tarea que en realidad era mucho mas política que técnica en ese momento.
Mi Director siempre ha sido un hombre de no dejar cabos sueltos, al momento de ponerme en conocimiento de la noticia ya había realizado una detallada tarea de rastreo de los técnicos, ex empleados de TAMSE todos ellos que podrían ser necesarios para poner en marcha el proyecto que yo mismo bauticé: Revivir.