Miré, por alguna razón la era de los acorazados finalizó. Es improbable que vuelvan. Las razones son muchas.
¿La era de los cruceros? soy de los que piensan que los más capaces destructores actuales hubiesen sido llamado cruceros en el pasado.
Pero por lo que entiendo de su argumento, ve en el acorazado dos cosas. Primero, la protección. Segundo, el poder de fuego de sus grandes cañones. Supongo que se pueden tratar por separado.
Respecto a la protección. La mayoría de los especialistas consideran que no existe el blindaje capaz de resistir el impacto de un misil o un torpedo actual. La protección pasa por el uso de tecnologías alternativas. Por ejemplo, como usted menciona al principio, la mejor defensa puede ser un cañón anti-misiles. De hecho, los CIWS y algunos misiles como el Sea Wolf, también están diseñados para neutralizar municiones de artillería.
Si estos sistemas funcionan como se debe ¿Para qué invertir en un grueso blindaje?
Dicho esto, los más avanzados destructores ofrecen una buena protección. Tienen sistemas redundantes, tienen blindajes, estructuras de complejos diseños destinados a mejorar la capacidad de supervivencia ante torpedos, etc. Incluso una moderna fragata, como las sudafricanas MEKO A-200SAN, estarían diseñadas para sobrevivir ante la explosión de un torpedo pesado por debajo de su línea de flotación.
Es decir, la necesidad de protección sigue vigente, pero la forma en que se aborda es totalmente diferente a la de los acorazados.
Respecto a la artillería. En cierta medida el arte de los grandes cañones se ha perdido, como parece demostrar los infructuosos intentos de instalar obuses de 155 mm. Algunos consideran que continúa siendo necesario. Se ha visto mejoras en esta materia, como son mejoras en alcance nunca vistas en la historia (ahora pueden superar las 60 millas) y Estados Unidos desarrollo sus Zumbwalt para disfrutar de una mejor artillería embarcada.
Igualmente, la mayoría de los especialistas consideran que a la hora de proyectar poder sobre tierra lo mejor continúa siendo los portaaviones con sus cazas. Un Super Hornet actual, por ejemplo, puede lanzar contra objetivos estratégicos y de interdicción tierra adentro tantas bombas como una fortaleza volante de la Segunda Guerra Mundial, y con una enorme precisión. Ni la mejor artillería puede igualar esto.
Lo mismo se puede decir del combate antibuque. Un misil antibuque moderno supera en alcance hasta a la mejor artillería. Si se quiere disparar aún más lejos un portaaviones con sus cazas puede hacerlo aún mejor. Sin perder de vista que las tendencias en guerra antibuque parece pasar por disfrutar de cada vez mejores submarinos de ataque.