Así entienden todos: un avión es como un ser humano. Si todos los días camina un rato, bebe 3 litros de agua y se alimenta de modo balanceado no tendrá mayores problemas. Pero si vive sentado, no se mueve y come cualquier cosa, en algún momento comenzará a pasarla mal.
Los aviones comerciales son máquinas para generar dinero. Deben volar la mayor cantidad de horas por día y para que eso sea posible sus sistemas, equipos y motores han sido diseñados para eso. Si vuelan mucho menos de lo habitual, los procedimientos de mantenimiento deben ser más profundos, ya que por ejemplo hay lubricantes y fluídos que de no estar en actividad permanente pueden modificar su estado, o componentes que requieren una revisión cada X horas de vuelo.
El T-01 estuvo casi 3 años sin volar y de un día para el otro lo comenzaron a utilizar de modo intensivo. Así muchos check no se cumplieron en tiempo y forma, aparte que lo usaron casi indiscriminadamente y utilizo ése término porque se lo hizo operar en calles de rodaje donde las soplantes quedaban sobre la tierra y aspiraban cualquier cosa, o que en un día recorriera medio país entrenando tripulantes y realizando 6, 8 o hasta 12 aterrizajes y despegues en pocas horas.
Volvemos al ejemplo inicial: si al tipo que nunca se mueve, come, toma y fuma lo ponemos a correr un maratón sin la correspondiente preparación; es obvio que a los 500 metros se cae y no se levanta más.
Y no es por defender o acusar a nadie, pero hasta que llegó De la Rúa, el T-01 estaba 110 puntos, con sus depósitos de largo alcance operativos y todos los check al día.