Sikorsky S-76 para el Presidente
Cambios estructurales y de logística: fortalecen la vigilancia en la Casa Rosada y en Olivos
Refuerzan la seguridad del Presidente
Desde hace meses se trabaja en extremar los cuidados de Kirchner y de su familia; un nuevo helicóptero, entre las novedades
El Gobierno reforzó en secreto la seguridad presidencial. Hace varios meses se trabaja para cuidar mejor al presidente Néstor Kirchner.
Se alquiló un helicóptero nuevo para el Presidente, se aumentó el número de guardias que custodian las sedes del poder, ya están en marcha mayores controles para ingresar en Balcarce 50 y se instalará un sistema con huellas digitales para ingresar en el área presidencial. Además, se realizaron grandes reformas estructurales alrededor de la Casa Rosada para que el público no llegue tan cerca de Kirchner y se preserve su figura.
Hasta se hará un atajo, con semáforo incluido, para que el Presidente cuando baja de su helicóptero no tenga que dar una vuelta grande en auto y llegue más rápido a la explanada donde todas las mañanas lo esperan los granaderos.
Semejante celo en el cuidado de la figura presidencial no es una respuesta al confuso episodio del camión que volcó frente a la casa de Kirchner en Río Gallegos y que el Presidente calificó de atentado.
"Hace meses que trabajamos en los cambios en la seguridad presidencial, pero por obvias razones no se pueden dar a conocer datos precisos", confirmó a LA NACION el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Es el funcionario que tiene a cargo todos los movimientos de Kirchner, y en sus manos está el armado de la agenda presidencial, entre otros temas.
Hace poco, el Gobierno alquiló, con opción a compra, un nuevo helicóptero Sikorsky S-76 para el Presidente. Es uno igual al que usa todos los días para llegar de Olivos a la Casa Rosada, que tiene más de diez años y requiere controles. Con esta adquisición, la flota de helicópteros presidenciales suma tres naves.
El eje de los cambios en la seguridad del Presidente son las nuevas medidas que ya funcionan en la Casa Rosada y en la quinta de Olivos: aumentaron el número de efectivos, federales y bonaerenses, y se crearon nuevos controles internos en ambas sedes.
Es un secreto cuántos hombres más cuidan hoy a Kirchner.
Hay previsión de hacer más controles: el Gobierno hará un llamado a licitación para contratar un sistema de scanner de huellas digitales en el que habrá que registrarse para acceder a determinadas áreas de la Casa Rosada.
También se sumaron efectivos durante los traslados presidenciales.
La clave, por orden de Kirchner, es que la seguridad se note lo menos posible. Los cambios existen y no se evidenciaron porque no son ostentosos, informó a LA NACION uno de los hombres del Presidente.
Olivos y Río Gallegos
En la quinta de Olivos, donde la policía bonaerense y la Gendarmería custodian a la familia presidencial, se puso en marcha un nuevo sistema de comunicación interno.
Esto sí fue en respuesta al episodio en el que un hombre saltó el muro que rodea la quinta e ingresó en los jardines y merodeó por la residencia donde duermen los Kirchner.
Se mejoraron las comunicaciones entre los policías que están fuera del perímetro, los que están en los puestos de entrada, en los jardines y cerca de la casa. "Que intente alguien acercarse", desafió una fuente cuando LA NACION lo consultó sobre la falta de presencia policial en la zona.
En los últimos días se enviaron más gendarmes a custodiar la residencia del matrimonio Kirchner en Río Gallegos y, además, se estima que en los últimos dos meses llegaron cerca de 400 gendarmes a la capital de Santa Cruz por el conflicto docente.
Los cambios que Parrilli confirmó a LA NACION tienen varios meses y se fueron haciendo en forma paulatina.
Desde que llegó al poder, Kirchner dice que sufre amenazas y que puede ser blanco de ataques. Lo cierto es que alrededor del Presidente no se cree que su seguridad sea vulnerable.
Cambios en Balcarce 50
En la Casa Rosada los cambios son evidentes. Hace meses que el Gobierno encaró una reforma total en la sede del poder -ya está casi lista la nueva pintura de la fachada- y se aprovechó esa cuestión para hacer modificaciones en materia de seguridad.
"Trabajamos hace tiempo en la restauración de la Casa Rosada por dentro y por fuera, pero esto también fue una oportunidad para incluir medidas de seguridad que antes no existían", contó Parrilli a LA NACION.
Kirchner hizo rodear toda la Casa Rosada de enormes rejas y se construyó una calle interna para que circulen sólo los autos que llevan al Presidente cuando va hasta el helipuerto, a un lado de la Plaza Colón. El objetivo es preservar a Kirchner, que suele salirse siempre del protocolo y detesta estar rodeado de uniformados.
Ahora si algún grupo quiere saludar a Kirchner, como pasó con los obreros de la construcción la semana pasada, el Presidente se acerca a las rejas y saca la mano. No hace como antes, que se mezclaba entre la gente. En los actos públicos sigue actuando como siempre, pero hay más seguridad.
Además, instruyó a sus funcionarios para que cualquier persona que ingrese en la Casa Rosada quede registrada y, aun cuando haya sido autorizada a pasar al despacho de algún ministro, debe llenar un formulario con dirección y número de documento.
A las áreas clave cercanas al despacho presidencial sólo se accede con tarjetas magnéticas y los que no las tienen son frenados por los policías.
Los autos que llevan a Kirchner y a su esposa (Volkswagen Passat y Audi) están blindados y son renovados por ambas empresas automotrices una vez por año. Según informaron a LA NACION, son entregados en comodato. No está prohibido por ley que los funcionarios reciban dádivas de empresas privadas.
El alquiler del nuevo helicóptero, por el que se pagan 130.000 pesos al mes con opción de compra, es también por seguridad. Se eligió la misma marca del que usa para no cambiar de pilotos. El Presidente, que siempre se resistió a aumentar su seguridad, aceptó los cambios.
Una mañana, mientras hablaba con Parrilli de las modificaciones edilicias y miraba los planos, decidió abrir la ventana que está detrás de su escritorio en el despacho presidencial. "Es todo un símbolo", dijo en su momento. Hacía años que estaba clausurada. Eso, si los vidrios tienen el tratamiento antibalas, como todos los que hay en el despacho.
Al principio de su gestión, Kirchner había evaluado la posibilidad de crear una especie de servicio secreto para la seguridad presidencial al estilo del que funciona en los Estados Unidos. La idea despertó polémica y terminó archivada.
Ahora que en lo más alto del poder se habla de que la candidata para suceder a Kirchner será su esposa, la senadora Cristina Fernández, un ministro dijo a LA NACION que se piensa en reflotar esa idea.
Por Paola Juárez
De la Redacción de LA NACION
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