Conflictos étnicos en África

Shandor

Colaborador
Colaborador
Parón a las adopciones en Nigeria
Los afectados señalan a un informe de Exteriores que alerta de las sospechas sobre venta de bebés, documentación falsificada y orfanatos ilegales
Las adopciones internacionales de niños nigerianos por familias españolas llevan casi dos meses suspendidas. Diez familias que esperaban viajar estas Navidades al país africano para conocer a los menores que les iban a asignar no han podido hacerlo porque España decidió paralizar los trámites el 13 de noviembre a propuesta del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Fuentes gubernamentales no especifican si se ha detectado algún riesgo concreto relacionado con estos expedientes, sino que se limitan a indicar que se han basado en información facilitada por “embajadas, consulados, el Servicio Social Internacional y los servicios de otros países”. Las 50 familias afectadas claman por que se reabran los procesos y arremeten contra un parón que consideran injusto. “Nosotros somos la única opción para estos niños”.
La decisión la tomó la Comisión Interautonómica de Directores Generales de Infancia, formada por representantes de Sanidad, Exteriores y de las comunidades autónomas. Pero la propuesta partió del Ministerio de Sanidad, que ahora está recabando información “que permita conocer el grado de garantías de los procesos de adopción en Lagos” para poder evaluar, en el próximo encuentro que se celebrará este enero o febrero, si mantienen la suspensión o deciden levantarla. Desde el Gobierno insisten en que las adopciones de niños con necesidades especiales —mayores de seis años o con alguna discapacidad o dolencia grave— se han mantenido y que solo se han paralizado los expedientes de adopciones ordinarias.
En retroceso
La adopción internacional por parte de familias españolas ha descendido dramáticamente desde 2004. Mientras que aquel año fueron 5.541 los menores extranjeros adoptados por familias españolas, en 2012 esa cifra se redujo a 1.669. El fenómeno se debe a que los países emisores han reforzado sus reglamentos de protección a la infancia, dejando como último recurso su salida del país.
Marruecos es uno de los países que más restricciones ha puesto por motivos religiosos. Para evitar que menores musulmanes puedan ser educados en otra religión las prohibió en 2012, pero levantó el veto al año siguiente. Malí también ha frenado las adopciones por extranjeros y Rusia paralizó las de los niños destinados a España para evitar que pudieran ser adoptados por parejas homosexuales. España ha firmado un acuerdo con Moscú para reactivarlas.
Los futuros padres y Familias de Colores, la entidad acreditada para la adopción internacional (ECAI) que gestiona desde España los procesos en Lagos, aseguran que la paralización se fundamenta en un informe elaborado por la cónsul española en Lagos, Carolina de Manueles. La directora de la ECAI, Susana Morales, afirma que pudo leer el texto, “de apenas medio folio de extensión”, y que en él se alude a “la corrupción que afecta a todos los niveles de la sociedad y, por tanto, también a las adopciones”; a la obligatoriedad de “residir” en el país durante cinco años para poder adoptar; a la “facilidad” con la que se obtienen documentos falsos; a la existencia de “orfanatos ilegales”, así como de “compra y venta” de bebés.
Morales, sin embargo, critica “los términos generales” en los que está redactado y rebate uno a uno estos puntos. Según afirma, “la legislación en Lagos es muy garantista”; los extranjeros no están obligados a vivir allí para poder adoptar y “nunca se ha podido conectar el tráfico de menores, que lamentablemente sí se ha detectado, con las adopciones internacionales”.
En la Plataforma de Familias Afectadas por la Suspensión Temporal de las Adopciones en Nigeria (Faan), grupo que se formó cuando los adoptantes conocieron la paralización, aseguran que hay unas 10 familias perjudicadas de forma inmediata (esperaban la asignación en estos meses) y otras 40 que ya habían iniciado los trámites para conseguir el certificado de idoneidad. Todas viven en Castilla-La Mancha, la única comunidad autónoma en la que se permitía la adopción en Lagos (para menores con necesidades especiales también está acreditada la Comunidad de Madrid desde el pasado verano).
Y este es uno de sus argumentos para afirmar que el proceso se lleva a cabo “con todas las garantías”. “Solo acreditan a una ECAI por país. Únicamente permiten, precisamente para evitar colapsos y prisas a la hora de la tramitación, que haya 10 expedientes de adopciones por vía ordinaria simultáneamente; hasta que no se resuelva uno, no entra el siguiente”, afirma Begoña Dorado, integrante de Faan. Ella y su marido fueron los primeros en firmar con Familias de Colores, la ECAI acreditada en junio de 2012 para la adopción. “Nuestro expediente lleva más de un año allí y aún no teníamos un menor asignado, ¿cómo va a haber una irregularidad si aún no hay asignación?”, se pregunta.
En 2009 y 2010, 13 niños de Nigeria llegaron a España. Y, según las familias y la ECAI, las adopciones se tramitaron sin ninguna irregularidad. Por eso critican insistentemente el informe que atribuyen a la cónsul española en Lagos. Fuentes de la Oficina de Información Diplomática señalan que los documentos que se manejan en la Comisión Interautonómica de Directores Generales de Infancia son de uso interno, por lo que su contenido es confidencial. En la Embajada de Nigeria en España, sin embargo, confirman que la decisión se tomó en base a un informe del consulado español, aunque declinan ofrecer detalles sobre su redacción o cualquier otro aspecto relacionado con las adopciones.
La directora general de Familia de Castilla-La Mancha, Silvia Valmaña, explica que el citado informe se solicitó desde su comunidad autónoma. “La ECAI nos pidió que la acreditáramos para Anambra [otro Estado de Nigeria]. Entonces trasladamos este reclamo al ministerio para que recabara información”, señala. Y continúa: “No ha saltado ninguna alarma. La suspensión es una medida cautelar muy común. Necesitamos poder tomar decisiones con seguridad y certeza de que prima el interés del menor”.
La decisión deja en vilo a 50 familias que pretendían prohijar en ese país
Según datos del Ministerio de Sanidad, en los últimos 15 años se han producido 32 suspensiones. Darío Alfaro y su mujer las han sufrido. “Iba camino del trabajo cuando escuché por la radio que había habido un golpe de Estado en Malí y en ese momento supe que se paralizaría nuestro proceso de adopción”, cuenta. Begoña Dorado explica que este es uno de los riesgos que se asume cuando se inicia un proceso de este tipo: “Es así. En ese caso no hay ninguna duda de que deben paralizarse. Pero ahora no estamos, ni muchísimo menos, en esta situación. Si hay cualquier irregularidad, lo entenderé perfectamente, pero nadie nos ha dicho que haya ocurrido nada”.
Estos futuros padres reiteran que Lagos es muy garantista. “Para que un niño sea declarado adoptable tiene que tener más de un año y dos jueces revisan su expediente. En caso de que sea abandonado, indagan en la zona en la que fue encontrado. Si fallece su familia directa, investigan su entorno con la intención de que pueda retornar con algún familiar”, apunta Dorado. “En África la comunidad suele hacerse cargo de los críos. Y la adopción nacional funciona, aunque con niños pequeños y sanos. Los que nosotros adoptamos son algo mayores y suelen padecer algunas enfermedades, sobre todo infecto-contagiosas”, añade. “¿Que ha habido noticias de compraventa de bebés en Nigeria? Desgraciadamente así es, pero estos hechos no están relacionados con la adopción internacional. En Lagos hay 22 orfanatos acreditados por el Ministerio de la Juventud y es ahí donde residen los niños que son dados en adopción; hay un control sobre ellos”, dice Alfaro, que también hace alusión a que países como Francia, Italia, Dinamarca, Holanda, Suecia y Bélgica adoptan en Nigeria.
El afán de estas familias por que se reanuden los procesos las ha llevado a reunirse con distintos grupos parlamentarios, las autoridades de Castilla-La Mancha, el Ministerio de Sanidad y a iniciar una recogida de firmas por Internet (han recabado más de 4.700). También están recopilando información que enviarán a las partes que se sentarán en la próxima reunión en la que se decidirá si reanudar o no las adopciones. “No podemos quedarnos quietos. Tocaremos todas las puertas”, resumen.
elpais.es
 

Barbanegra

Colaborador
Levantamiento islámico en Nigeria puede extenderse
Una alarmante advertencia de viajes de Estados Unidos indica que el levantamiento islámico en Nigeria puede extenderse desde el norte advierte no viajar a 16 de las 37 naciones de Africa Occidental donde estadounidenses han sido víctimas de delitos violentos como secuestro, violación e invasión de morada.

La advertencia publicada en el portal del Departamento de estado y con fecha de 8 de enero indica a los ciudadanos que no deben esperar mucha ayuda de las autoridades de esos países, conocidas por acosar y sacar dinero a extranjeros y nigerianos en los puntos de control, y explica que misioneros estadounidenses en el norte de Nigeria han recibido "cartas nocturnas", amenazas específicas por escrito contra su seguridad.

La invasión de morada sigue siendo una amenaza y ladrones armados han penetrado incluso complejos de viviendas vigilados, indicó.

AP
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Mugabe liberó a 2 mil presos por falta de espacio y alimento
El presidente de Zimbabwe busca reducir el brutal hacinamiento en las cárceles, donde en 2013 murieron más de cien personas por hambre y enfermedades. Los beneficiados son mujeres y jóvenes.

Entre los presos, que serán liberados hoy, no se incluirá a quienes cumplan condena por "asesinato, traición, violación o cualquier delito sexual", manifestó este lunes el vicecomisario de prisiones zimbabuense, Agrey Machingauta.
El Gobierno redujo las raciones de comida por la falta de fondos
"Instamos a la nación a aceptar a los liberados, a darles una segunda oportunidad. No queremos que sean estigmatizados", afirmó Machingauta en declaraciones al diario gubernamental Herald.
Las 42 cárceles de Zimbabwe tienen capacidad para albergar a 17.000 presos,número que había aumentado a 18.980 hasta el pasado viernes, según cifras oficiales.
El grupo activista Abogados de Zimbabwe por los Derechos Humanos (ZLHR, por sus siglas en inglés) denunció el pasado diciembre que las cárceles del país se habían convertido en "trampas mortales" después de que el Gobierno redujera las raciones de comida por la falta de fondos.
Para paliar la situación, el Ministerio de Justicia zimbabuense solicitó 1,2 millones de dólares para pagar las raciones a los presos, si bien finalmente sólo recibió 300.000 dólares.
Así, en diciembre de 2013 eran ya un centenar los presos que habían muerto de hambre y por enfermedades.
Mugabe dictador de zimbabwe 1170 (1).jpg

Mugabe junto a la presidente de Malawi, Joyce Banda
En su orden de "clemencia", Robert Mugabe -que gobierna el país desde 1987- concede la amnistía de las penas para las mujeres presas, independientemente del delito cometido, salvo por las condenadas a cadena perpetua y a pena de muerte, precisó Machingauta.
La medida no rige para los condenados a muerte o cadena perpetua
Todas las mujeres reas, excepto tres en la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, en las afueras de Harare, serán liberadas tras la publicación de la orden.
También serán puestos en libertad todos los encarcelados menores de 18 años y los enfermos terminales, que no podrán sobrevivir el tiempo que les queda de condena.
La mortalidad penitenciaria más elevada de los últimos años se registró en 2009, cuando unos 1.000 presos murieron en los primeros cuatro meses del año en el país surafricano.
El Gobierno de Zimbabwe sufre de falta de liquidez tras años de crisis económica que, según la oposición, ha sido alimentada por las polémicas políticas económicas del presidente del país y su partido, ZANU-PF, que han ahuyentado a inversores y compañías extranjeras.
Entre ellas, se destaca el programa de indigenización,una apropiación -a veces sin compensación- de tierras y empresas de propietarios blancos por parte de los negros.
infobae
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Condena de por vida para los homosexuales de África
Nigeria y Uganda se situán al frente de la persecución contra la homosexualidad con dos leyes que incluyen penas de cárcel
La religión está entre los acicates de la homofobia en el continente


El mensaje de móvil decía lo siguiente: “Estoy muy enamorado de ti”. Salió del teléfono de Roger Jean Claude Mbede, joven camerunés muerto el pasado 10 de enero, a la edad de 34 años. El receptor del sms era un amigo al que conoció a finales de 2010, mientras cursaba un máster en filosofía de la educación en la Universidad de Centroáfrica, en Yaundé, capital de Camerún. El individuo del que Roger se había enamorado trabajaba en la administración de la Presidencia de la república, ocupada desde hace más de 30 años por Paul Biya. El 2 de marzo de 2011, este joven telefoneó a Mbede para invitarle a su casa tras llegar a su buzón telefónico la declaración de amor. Allí aguardaban al invitado por sorpresa dos policías en lo que, según llegó a concluir Mbede posteriormente, era una emboscada orquestada por su anfitrión y supuesto amigo. Siete días después entraba en la prisión de Kondengui con una condena de tres años y un estigma que le llevarían a la muerte: era homosexual.
“Sus últimos días fueron un infierno”, admite en un intercambio de correos uno de los abogados de Mbede, el también camerunés Michel Togué, acosado y amenazado en su tierra por defender en los tribunales a un homosexual —se ha visto incluso obligado a enviar fuera del país a su familia. “La mediatización de su caso le ha expuesto a la homofobia de la sociedad camerunesa y de su familia”, continúa el letrado que junto a Alice Nkom y Saskia Ditisheim trataron de sacar del penal al joven camerunés. Ni los suyos pudieron resistirse a condenar a Mbede por su orientación sexual. “Le veían como un servidor del diablo”, señala Togué. Y por eso, como apuntan activistas que han seguido el caso hasta el triste final, le dejaron morir muy enfermo en su localidad natal, Ngoumou, cerca de Yaundé.
Caza al homosexual
Pero no siempre fue así. “Antes de que se revelase que era homosexual”, recuerda Togué, “Roger tenía una vida normal con su entorno, pero tras su condena, esa armonía se convirtió en una discriminación salvaje y una estigmatización total”.
Mbede no es un caso excepcional, aunque por llegar su pena al Tribunal Supremo de Camerún se convirtiera en un símbolo, un ejemplo del maltrato, sentencia y marginalización de los homosexuales en ese país, que ha traspasado fronteras. La muerte de Mbede coincide con la reciente aprobación en dos países africanos de leyes que encierran a los gais entre rejas por serlo, mostrarlo o unirse en pareja; dos polémicas normas que persiguen a cualquiera que anime la homosexualidad —se haga como se haga eso— o participe en organizaciones o forme parte de clubes gais.
Primero llegó Uganda, en diciembre, con el visto bueno parlamentario de un paquete legislativo que prevé incluso la cadena perpetua por actos homosexuales. El presidente ugandés, Yoweri Museveni, bien por la fuerte presión internacional —azotada por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch— o bien porque no aceptaba alguna coma del texto, se negó a firmarlo en primera instancia y la ley está por el momento bloqueada. Un portavoz de Museveni admitió no obstante a la agencia de noticias AFP que el mandatario mantenía que los homosexuales están enfermos, pero que no por eso había que matarles o condenarles de por vida.
fue aprobada ya en el Senado en 2011— ni la homofobia pilla por sorpresa a los nigerianos. Según pudo saber la ONG Amnistía Internacional, las autoridades del Estado de Bauchi, uno de los 36 que forman Nigeria, contaban ya con una lista de 168 personas sospechosas de ser homosexuales. Bauchi es, en cualquier caso, uno de los nueve Estados en los que rige la sharía (ley que aplica con rigor los dictados del islam) y juzga por tanto ilegal la homosexualidad —el pasado 17 de enero, la cadena BBC informaba de la condena en este Estado a 20 latigazos a un joven, Mubarak Ibrahim, por haber mantenido relaciones sexuales hace siete años.
Pew Research Center trató de analizar en un informe datado el pasado mes de junio la aceptación que la homosexualidad tiene en el mapa del mundo. En bruto, el estudio concluía que allí donde la religión no tenía presencia en la vida de la gente, la homosexualidad contaba con mayor aceptación en la sociedad. También coincidía esta tendencia con aquellos países en los que la hucha anda algo más llena a final de mes. En los que caen del lado del globo más pobre y con una influencia de la religión notable —con excepciones, una cosa lleva a la otra—, pocos creen que la homosexualidad deba ser aceptada.
Las cifras asustan, pero explican: en el África subsahariana, el 98% de los nigerianos consultados, el 96% de los senegaleses, ghaneses y ugandeses, y el 90% de los kenianos consideran que la homosexualidad es inaceptable. Dando la vuelta a los porcentajes, el exiguo visto bueno al colectivo gay resulta escalofriante: dos de cada cien en Nigeria, cuatro de cada cien en Senegal… Tampoco resulta muy diferente en el norte africano arabo-musulmán, y tan solo es algo menos inquietante en el sur, en uno de los países más desarrollados del continente, bandera de la lucha contra el racismo: Sudáfrica. Según el Pew Research Center, el 61% de los preguntados para el estudio rechazan la homosexualidad. Y eso que es legal y su discriminación pasa por ser inconstitucional.
El empuje de la religión, de las religiones, iglesias, confesiones, etc. es también uno de los argumentos que el escritor keniano Binyavanga Wainaina, de 43 años y bien conocido en su país, trae a la charla cuando es preguntado por qué tantos africanos dan la espalda a los gais. Él es homosexual. Lo hizo público en su último cumpleaños, el pasado 18 de enero, en un texto personal y demoledor que ha sacudido el país y el continente bajo el título “Mamá, soy un homosexual”. Wainaina lo escribió como un capítulo perdido de su libro Un día escribiré sobre este lugar. Y lo escribió para afirmar que era gay ahora que sus padres, fallecidos, ya no podían escucharle.
Activistas e intelectuales culpan a la religión de alentar la homofobia
“Lo hice justo el día de mi cumpleaños”, relata en conversación telefónica y a ritmo acelerado el autor keniano, “para provocar una discusión entre los africanos y ver qué pasaba”. Admite que no sabía cómo explicarse, pero que la muerte de un amigo con sida hace ocho meses y las leyes aprobadas en Uganda y Nigeria dieron la puntilla a sus ganas de contarlo.
“Nadie, nadie en mi vida ha escuchado esto antes. Nunca, mamá”, dice el texto publicado por el escritor en la Red (webs Africa is a country y Chimurenga Chronic). “No me fiaba de ti, mamá. Y. Yo. Cogí aire con fuerza y lo llevé hasta mi ombligo para dejarlo salir lento y firme, limpio y sin golpes, alto y claro por encima del hombro y hacia tu oído. Soy un homosexual, mamá”. Ya en Internet su canto de libertad, el perfil del escritor en Twitter empezó a recibir decenas de mensajes de agradecimiento y coraje, aunque también alguna salida de tono.
Porque no todo en el vasto continente se tiñe de homofobia. El propio Wainaina rompe una lanza por una de las tierras que él más quiere, Nigeria. “Es un país que amo, precioso, con gente adorable y de mucho talento”, dice el autor keniano. Y dicho esto, al grano: según el autor de Cómo escribir sobre África, el “poder, dinero y apoyo” de esos que él llama “elementos conservadores y reaccionarios”, en otras palabras, las diferentes ramas religiosas que vertebran las creencias africanas, tiene mucho que ver en la homofobia que recorre su tierra. “Manipulan a la población”, sentencia. Wainaina recuerda, no obstante, que en los años sesenta y setenta, la tolerancia hacia la homosexualidad era mayor en África. Llegó la descolonización y nuevas iglesias, como el pentecostalismo o el evangelismo, se hicieron fuertes ante la incapacidad del cristianismo, llevado al continente por el hombre blanco, para afrontar los nuevos retos, para servir al ciudadano de esa experiencia espiritual que entonces necesitaba. Y de la calle, con un tufillo muy conservador, llegó a los Gobiernos.
"No tengo miedo",
dice el escritor Wainaina
tras hacer público que es gay
“Nuestra libertad ha crecido”, reconoce Wainaina, “pero muchos Gobiernos quieren mantener el control; es importante que el mundo escuche las voces de libertad que vienen de África, de sus intelectuales, escritores, artistas… Necesitamos libertad para discutir”. Pero las voces se topan con la ley. Kenia también criminaliza los actos homosexuales. ¿Tiene miedo a las repercusiones de hacer pública su orientación sexual? “No, en absoluto”, se ríe con cierta sorpresa el autor keniano, “mi gente no es así”.
La gente que se encontró Roger Jean Claude Mbede en la prisión de Kondengui sí era de la que hace imposible la vida a un homosexual. Las agresiones y malos tratos, de reclusos y funcionarios, acompañaron a Mbede en un penal en el que la falta de salubridad deja libres a las enfermedades. La hernia empezó entonces a hacer la vida imposible al joven camerunés. Tras varios recursos y por su enfermedad, Mbede obtuvo a los 16 meses de entrar en la cárcel la libertad provisional. Ingresó en un hospital, pero su familia decidió que no era lugar para él, que esa maldición debía morir en casa. Y así fue. Lo sacaron y se lo llevaron a Ngoumou.
¿Por qué tanto odio? “Creo que tiene que ver con ideas ya recibidas”, contesta Togué, el letrado de Mbede. “Porque esas personas que ven en el homosexual al diablo ignoran lo que es en realidad tener una orientación sexual diferente a la de la mayoría”.
elpais.es
 

Barbanegra

Colaborador
Islamistas matan a 47 personas en ataque en Nigeria: policía
Hombres armados del grupo islamista Boko Haram de Nigeria mataron el miércoles a 47 personas en un ataque contra la ciudad de Bama, en el noreste del país, dijo la policía, en una nueva ofensiva letal de los insurgentes esta semana.

El comisionado de la policía del estado de Borno, Lawal Tanko, confirmó la cifra de muertos, agregando que los asaltantes también quemaron parcialmente un palacio tradicional de Borno.

REUTERS
 

Barbanegra

Colaborador
Atribuyen 115 muertes a rebeldes en Nigeria
El ataque más reciente atribuido a extremistas islámicos en el noreste de Nigeria dejó 115 personas muertas, más de 1.500 edificios arrasados y unos 400 vehículos destruidos, dijeron el jueves testigos, al tiempo que un gobernante tradicional acusó a las fuerzas armadas de tener miedo de enfrentarse a los rebeldes.

Sentado entre las ruinas humeantes de su palacio, el shehu, o rey, de Bama, Kyari Ibn Elkanemi, acusó al gobierno de "no actuar en serio" con respecto a detener la insurrección islámica en una región que cubre una sexta parte del país, lejos de los campos petrolíferos que hacen de Nigeria el mayor productor africano de crudo.

El ataque ocurrido la noche del miércoles contra el poblado de Bama, un centro agrícola y comercial, ocurrió el día en que el líder de la red terrorista Boko Haram advirtió a políticos musulmanes nigerianos y a líderes religiosos y tradicionales que sus combatientes los atacarían por ir en seguimiento de la democracia y la educación al estilo occidental.

En un mensaje en video, enfatizado por el crepitar de disparos de armas automáticas, Abubakar Shekau dijo: "La razón por la que los voy a matar es porque son infieles; ustedes van detrás de la democracia. ... Quienquiera que va detrás de la democracia es un infiel y mi enemigo".

Shekau habló en las lenguas locales hausa y kanuri en el video, el cual fue obtenido el jueves por The Associated Press a través de canales que han proporcionado comunicaciones previas.

Hay mucho más musulmanes que cristianos entre las miles de personas muertas en los cuatro años de la rebelión de su Boko Haram —nombre que significa "la educación occidental está prohibida"_, el cual busca transformar Nigeria en un estado islámico a pesar de que la mitad de los más de 160 millones de ciudadanos son cristianos.

El ataque verbal del shehu al gobierno y las fuerzas armadas ocurrió en la semana en que el Ministerio de Defensa de Nigeria se ha estado defendiendo después de que Kashim Shettima, el gobernador de Borno, el estado más afectado por la insurrección, dijo al presidente Goodluck Jonathan que los de Boko Haram están "mejor armados y mejor motivados" que las fuerzas de seguridad.

Según el shehu Ibn Elkanemi, el "Boko Haram ha establecido campos reconocidos que mucha de nuestra gente conoce, pero la seguridad está temerosa de acercárseles. Cada vez que la JTF (fuerza de vigilancia civil) quiere ir, la seguridad no se los permite".

El general de brigada Chris Olukolade, vocero del Ministerio de Defensa, dijo esta semana en un comunicado que los ataques recientes han sido perpetrados por extremistas que están huyendo de los bombardeos aéreos de las fuerzas armadas y ataques de seguimiento por tierra sobre escondites en la selva.

Olukolade dijo que tienen en fuga a los rebeldes.

Ataques como el ocurrido en Bama parecerían contradecir eso.

AP
 

Barbanegra

Colaborador

Una oleada de atentados causa al menos 69 muertos, la mayoría cristianos, en Nigeria
Nigeria, el país más complejo, corrupto, superpoblado, sobreexplotado y uno de los más divididos y violentos de África, sigue sangrando, sobre todo en su cara norte, la zona musulmana. Este jueves han muerto un mínimo de 69 personas, casi todas ellas cristianas, en varios atentados. Como en otras ocasiones, los objetivos han sido ametrallados.

Aunque en un principio las autoridades habían informado que se trataba de los hombres de Boko Haram, parece que estas muertes son atribuibles a la guerra que mantienen los pastores fulani de origen musulmán y los agricultores cristianos, muchos de ellos de etnia haussa. Los fulani se extienden cada año hacia el sur buscando pastos verdes para sus vacas, lo que hace que entren en las zonas controladas por los agricultores. Conflictos como este se dan en otras zonas de África, como Chad y Sudán.

Se trata de enfrentamientos que, si bien no tienen un origen religioso, siempre acaban enfangando las relaciones entre comunidades. "Entre las víctimas son hombres, mujeres y niños. Los equipos de rescate siguen buscando a la vegetación circundante, en busca de otros cuerpos", añadió el comisionado de la policía de Estado de Katsina, Hurdi Mohammed.

En toda la zona noreste, en la que se aplica la sharia (ley islámica) Boko Haram lleva años persiguiendo a personas de religión cristiana, un conflicto que ha provocado la huida de decenas de miles de personas hacia el centro y sur de Nigeria. Boko Haram, traducido del haussa, idioma hablado en una porción importante del Sahel, significa 'La educación occidental es pecado' y eso es lo que hacen: reprimir cualquier signo de occidentalización en Nigeria, ya sea religioso, social o cultural.

La secta yihadista de Mohamed Yusuf, fundador del grupo en 2001, ha asesinado a más de 10.000 personas en ataques similares. Los momentos de mayor violencia se dan en festividades religiosas cristianas: en 2011, Boko Haram atacó con bombas varias iglesias el día de Navidad. Si el genocidio es un delito internacional que comprende "cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal", lo que está haciendo Boko Haram con los cristianos encaja a la perfección en esa etiqueta.

Informe de AI
Amnistía Internacional denunció en un completo informe presentado el pasado año las actividades de este grupo radical y el enorme daño que sufren las poblaciones civiles, tanto directa como indirectamente en esta zona norte. Grupos de cristianos han sido asesinados en templos, otros han caído por fuego cruzado con la policía. Ahora, se suma este conflicto étnico entre agricultores y ganareros en una región con más de 250 pueblos diferentes.

Mientras, millones de personas pagan la comida mucho más cara por culpa de la inseguridad en las carreteras, que eleva el precio de los alimentos básicos. En el sur de Níger, la situación de crisis alimentaria del pasado verano se agravó porque las mercaderías llegadas del norte de Nigeria, casi la totalidad, habían subido un 60% y muy pocos podían pagarlas.

El problema es que las fuerzas de seguridad nigerianas, según el mismo informe, han fracasado en su lucha contra este grupo armado y, probablemente, han alentado aún más el odio en la región. Boko Haram comenzó su actividad como una secta religiosa desarmada, pero las torturas y la matanza de inocentes por los dos bandos han acabado radicalizando a todos en el norte de Nigeria.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/03/13/5321deb0e2704e59718b4581.html
 
Marchando dos marfileños a los banquillos de la CPI...


Costa de Marfil autoriza el traslado a la CPI del segundo responsable de la violencia que sacudió el país en 2011.

Charles Blé Goudé, un hombre cercano al ex presidente Laurent Gbagbo, fue trasladado el sábado a la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes contra la humanidad, anunció el gobierno de Costa de Marfil en un comunicado leído en la televisión nacional. Blé Goudé, ex jefe de los “jóvenes patriotas”', un movimiento pro-Gbagbo extremadamente violento, fue detenido en enero de 2013 en Ghana después de más de un año y medio de fuga constante luego de la detención de Laurent Gbagbo.
“El gobierno informa a la comunidad nacional e internacional que el señor Charles Blé Goudé fue trasladado a la CPI en La Haya este sábado, 22 de marzo de 2014”, según este comunicado leído en la cadena pública. El Consejo de ministros había aceptado el jueves el traslado de Blé Goudé, de 42 años, cuya orden de detención, emitida el 21 de diciembre de 2011, había sido hecha pública por la CPI en octubre. (Continúa...)


http://analisis-global.blogspot.com.ar/2014/03/costa-de-marfil-envia-la-corte-penal.html

.
 

Barbanegra

Colaborador

Musulmanes atrapados en República Centroafricana
En Boda hay un solo vecindario donde los musulmanes están a salvo de las balas y los machetes de los milicianos cristianos. Muchos de los que se aventuraron a salir terminaron degollados o sus carros quedaron rociados de balas.

Hasta los muertos deben atenerse a la situación: los cadáveres de los musulmanes los entierran detrás de un viejo almacén porque no pueden llegar al cementerio musulmán tradicional.

En Boda vive una de las mayores comunidades musulmanas que quedan en la República Centroafricana. Unos 4.000 musulmanes atrapados aquí dicen que están sufriendo y que quieren irse después de meses de ataques de los milicianos y esa situación se ve en otras partes del país.

Aliou Alidu se queda dentro de los límites de la comunicad musulmana de Boda mientras su hijo de 18 años sufre de fuertes dolores por las fuertes quemaduras en las piernas y brazos. Días antes, una muchedumbre cristiana incendió su casa y el joven sobrevivió saltando por una ventana, pero en Boda no hay medicamentos para aliviarle el dolor y los únicos médicos de la zona viven en la parte cristiana de la localidad, un viaje que dice lo mataría con más facilidad que las quemaduras.

Antes había un hombre que podía acercar a los dos vecindarios, un cristiano que se convirtió hace mucho al cristianismo, pero ahora está muerto y con él han desaparecido las esperanzas de que estas dos comunidades puedan reconciliarse.

"Durante generaciones, nuestras familias vivieron juntas, incluso había matrimonios de las dos comunidades. ¿Y ahora nos quieren matar a todos?", se lamenta Mahamat Awal, el alcalde de Boda, uno de los atrapados en este pueblo ubicado 160 kilómetros al sureste de la capital.

El alcalde se reúne con frecuencia con las fuerzas francesas destacadas allí y los combatientes cristianos conocidos como los antibakala. En cada reunión los milicianos dejan su postura en claro: todos los musulmanes tienen que salir del pueblo sin excepción, entre ellos el alcalde.

Casi 300.000 personas han huido de la violencia sectaria que hizo erupción en la República Centroafricana a principios de diciembre de 2013, cuando hubo una ola de furia contra los rebeldes musulmanes conocidos como Seleka, que derrocaron el gobierno. Cuando huyeron del poder a finales de enero, los civiles comenzaron a atacar a sus vecinos musulmanes, acusándolos de haber colaborado con el brutal régimen.

A pesar de las evacuaciones masivas, la ONU advierte que unos 15.000 musulmanes siguen bloqueados "en una situación extremadamente peligrosa e insostenible" como en Boda.

Como resultado, las fuerzas de paz y las entidades humanitarias enfrentan "dilemas terribles como escoger entre cooperar a regañadientes con la 'limpieza' de las poblaciones confinadas de musulmanes, o dejarlos —contra su voluntad— en lugares donde están en un peligro real de ser asesinados en masa", dijo Navi Pillay, alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, tras una reciente visita a la capital.

En Bangui, la capital, los varios miles de musulmanes que quedan dicen que no salen de los pocos vecindarios que les quedan y que incluso así a algunos los han asesinado a varios cientos de metros de la mezquita de la zona. Y en el suroeste, unos mil musulmanes siguen refugiados en una iglesia católica, donde viven demasiado asustados para dejar salir a sus hijos a jugar afuera, temerosos de que un balón perdido pudiera llevarlos afuera, donde quizás sean atacados por milicianos cristianos.

AP
 

Sebastian

Colaborador
Ruanda acusa y veta a Francia

El presidente Paul Kagame carga contra París e impide al embajador galo participar en el vigésimo aniversario del exterminio de 800.000 tutsis


Miguel Mora París 7 ABR 2014 - 19:36 CET3


El presidente Paul Kagame durante su discurso este lunes en conmemoración del genocidio. / S. M. (AFP)

En 100 días, entre el 7 de abril y el 4 de julio de 1994, 800.000 hombres, mujeres y niños fueron exterminados en Ruanda. La razón: pertenecían a la etnia tutsi o intentaron oponerse a las matanzas.
Al genocidio más rápido de la historia le siguieron dos décadas de cicatrices, impunidad y ocultación. Francia protegió a numerosos sospechosos de haber planificado y ejecutado las masacres, manipuló pruebas y desvió la atención sin pedir excusas.
En marzo, una primera condena judicial trató de apaciguar las relaciones bilaterales, y hay 30 casos más en espera de ser juzgados en la Fiscalía del Genocidio en París. Pero Ruanda, el país de las mil colinas, ha vetado la presencia francesa en el 20º aniversario de su tragedia nacional.

El presidente Paul Kagame aprovechó este lunes el discurso oficial del 7 de abril, pronunciado ante 30.000 personas en el estadio Amaharo de Kigali, para afirmar por tercera vez en dos semanas que Francia jugó un papel protagonista en las masacres. Kagame ha concedido entrevistas a la revista Jeune Afrique y al diario Libération. En la segunda afirmó: “Francia y Bélgica tuvieron un papel nefasto en la historia de Ruanda, y contribuyeron al surgimiento de una ideología genocida”.

Pero la acusación más dura estaba en la primera entrevista, del 27 marzo: “Las potencias occidentales querrían que Ruanda sea un país normal. Pero es imposible. Vean el caso de Francia. Veinte años después, el único reproche que admite es que no hizo lo suficiente para evitar el genocidio. Es un hecho, pero esconde lo esencial: el papel directo de Bélgica y Francia en la preparación política del genocidio, y la participación de esta última en su ejecución.

Pregunten a los supervivientes de la masacre de Bisesero en junio de 1994, y les dirán lo que hicieron los soldados franceses de la Operación Turquesa. Cómplices seguro, en Bisesero y en la llamada zona humanitaria segura. Pero también actores”.

Las palabras de Kagame, el presidente que encarna la victoria contra los genocidas y el nuevo despertar de Ruanda, han abierto una nueva crisis diplomática entre Kigali y París. El conservador Alain Juppé, ministro de Exteriores en 1994 con François Mitterrand; y Laurent Fabius, el ministro socialista actual, han expresado su malestar, demostrando que el bloque formado por la derecha y la izquierda para silenciar las aberraciones cometidas en Ruanda sigue vigente. El periodista Patrick de Saint-Exupéry, que reveló cómo el Ejército francés toleró tres días de asesinatos masivos en Biserero, tituló su libro sobre aquel episodio con una fórmula elocuente: “Lo inconfesable”.

Kagame tiene razones para estar enfadado con París. El presidente ruandés había invitado a François Hollande a acudir a la conmemoración, que durará, como las matanzas, 100 días. Pero París decidió mandar, contra toda lógica institucional, a Christiane Taubira, ministra de Justicia y única persona de raza negra del Gabinete. Mientras Bélgica no alteró sus planes y enviaba a su ministro de Exteriores, París replicó al ataque de Kagame dejando que fuera su embajador en Kigali quien asistiera a los actos oficiales.

Pero este lunes las autoridades locales indicaron que la presencia del embajador no era “deseada”. Poco después, el Elíseo emitió una nota en la que se suma al “pueblo ruandés para honrar la memoria de las víctimas”, y presume de que “la prevención de los genocidios es un elemento central de la acción exterior de Francia”.

Los cascos azules fueron retirados de Ruanda en el momento en que más se les necesitaba”
Ban ki-moom​

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que sí estaba en Kigali, reconoció que el genocidio es “una vergüenza” para la ONU: “Debimos hacer más, los cascos azules fueron retirados de Ruanda en el momento en que más se les necesitaba”.

La ausencia de Francia erosiona la imagen de libertador de África que ha intentado construirse Hollande tras intervenir militarmente en Malí y República Centroafricana. Edwy Plenel, director de Mediapart, ha recordado que Francia tardó medio siglo en asumir su responsabilidad directa en el Holocausto, y se ha preguntado por qué Hollande no ha ido a Ruanda a “presentar excusas, pedir perdón y decir la verdad”, admitiendo que “Francia —es decir su presidencia, su Gobierno, su Estado y su ejército—, fue cómplice del genocidio”.

Bélgica hizo ese ejercicio de contrición en el año 2000, y lo repitió en 2004. En 2010, Nicolas Sarkozy reconoció la “ceguera” de Francia, sin ir más allá. Ahora, al no hacer una cosa ni otra, la Francia oficial, dice Plenel, “ha deshonrado al pueblo francés”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/04/07/actualidad/1396892211_429672.html
 

Sebastian

Colaborador
Parte 1
Genocidio en Ruanda: "El hombre más valiente que conocí"

Mark Doyle
Kigali, BBC
Lunes, 7 de abril de 2014


Esta es la historia del hombre más valiente que haya conocido nunca.

He cubierto muchas guerras y he visto muchos actos de coraje. Pero, por sus agallas y su determinación, nunca he conocido a nadie que se compare con el capitán Mbaye Diagne, un integrante de las fuerzas de paz de Naciones Unidas en Ruanda.

Estuve ahí en 1994, cuando se dio muerte a 800.000 personas en 100 días, y regresé para reconstruir la historia de este notable y carismático oficial de Senegal, país de África occidental.

Ruanda cayó en un estado de guerra y genocidio el 6 de abril de 1994, cuando el avión que transportaba al presidente ruandés, miembro de la mayoría hutu, fue derribado. Todas las personas a bordo murieron. En pocas horas, extremistas hutus tomaron el poder y una ola de asesinatos se desató contra la minoría tutsi y contra cualquiera que se atreviera a defenderla.

El ejército fue en busca de la primera ministra Agathe Uwilingiyimana aquella primera noche.

En medio de una lluvia de balas, sus cinco hijos, el menor de sólo tres años, se escabulleron a través de una defensa para esconderse en la casa de un vecino.

Presas del miedo, tomaron refugio en la casa de ladrillos de un solo piso, por cuya ventana se asomaban ocasionalmente. Ahí vieron a los soldados entrar por sus padres.

"Hubo más disparos", dice Marie-Christine, hija de la primera ministra, quien tenía 15 años entonces.

"Después escuchamos a los solados gritar de alegría. Y después de eso, no hubo más que un espeluznante silencio".

Agathe Uwilingiyimana era una hutu moderada, pero la mataron porque estaba dispuesta a compartir el poder con los tutsis. Si los asesinos hubieran encontrado a los niños, también los habrían matado.

Horas después, cuando soldados de la ONU llegaron para recoger a trabajadores de organismos humanitarios de un complejo ubicado detrás de la residencia de la primera ministra, descubrieron a Marie-Christine y a sus hermanos todavía ocultos en la casa.

Comenzó una discusión feroz sobre qué hacer con los niños. No estaba claro si los soldados de la ONU estaban autorizados a trasladarlos, dice Adama Daff, uno de los trabajadores. "Pero sobre la base de argumentos humanitarios, definitivamente no podíamos dejarlos ahí", agrega.


Los milicianos hutus de Interahamwe tenían la misión de matar a tutis con machetes, cuchillos y palos.

Era extremadamente peligroso moverse a cualquier parte. Los radicales hutus ya habían colocado varias barricadas, y los vehículos blindados que se suponía recogerían a los trabajadores humanitarios para ponerlos a salvo no habían aparecido.

Al final, dice Daff, se decidió que el capitán Mbaye, un observador militar no armado, los llevaría en su automóvil normal a la relativa seguridad del cercano Hotel des Mille Collines, resguardado por la ONU.

"Decidió cargar con los niños", dice el general Romeo Dalliare, el comandante canadiense de la fuerza de pequeña y mal equipada fuerza de la ONU. "Los escondió bajo una lona y simplemente salió manejando como loco".

"Una acción increíblemente valiente. No hay límites para describir cuán corajudo había sido".

Los niños fueron los primeros de muchos que Mbaye llevó al Hotel des Mille Collines, un edificio común y corriente de vidrio y concreto ubicado en lo alto de una montaña que daba hacia la capital, Kigali, pero también uno de los pocos santuarios para los tutsis en la ciudad.

El capitán Mbaye Diagne tenía unos 35 años, provenía de un pequeño poblado del norte de Senegal y era un hombre inmensamente encantador. Alto, de dientes separados y lentes oscuros de aviador, su humor hacía que la gente se relajara en medio de uno de los capítulos más sombríos de la historia moderna.

2. Sin refugio
Los primeros y sangrientos días del genocidio se sintieron como un pandemonio.

Había plomo caliente volando en todas direcciones y cuerpos regados, algunas veces apilados, a ambos lados de las calles.


La iglesia de Sainte Famille fue refugio de muchos tutsis. Pero incluso ahí no estaban seguros.

Las temibles barricadas eran atendidas principalmente por la milicia hutu de Interahamwe. La palabra significa "aquellos que trabajan juntos". La labor consistía en matar a tutsis con machetes, cuchillos y palos. Una vez vi a un hombre atacar a otro golpeándolo en la cabeza con un destornillador.

Las estaciones de radio los instigaban, pidiendo la muerte de las "cucarachas tutsis".

El derribo del avión presidencial había reavivado una guerra civil entre el ejército y fuerzas rebeldes del Frente Patriótico Ruandés (RPF, por sus siglas en inglés), que había entrado en una breve pausa tras un acuerdo de paz tentativo. Liderado por el tutsi Paul Kagame, el RPF avanzaba sobre la capital, diciendo que iba a detener la masacre.

En medio de los dos bandos se encontraba la asediada fuerza de la ONU. A veces su vehículos eran atacados por los hutus, especialmente si la milicia creía que había tutsis adentro.

En las primeras 48 horas, muchos observadores desarmados como Mbaye -especialmente aquellos fuera de la capital- se esfumaron. "Nos tomó casi un mes encontrar a algunos que habían ido a diferentes países", dice Dallaire. "Algunos terminaron en Nairobi".

Virtualmente desamparados, decenas de miles de tutsis buscaron refugio en iglesias, pero incluso ahí no estaban seguros. Uno de ellos, Concilie Mukamwezi, fue con su esposo e hijos a la iglesia Sainte Famille, un complejo religioso grande en el centro de Kigali. Ella recuerda ese período con claridad.

"Acababa de comprar un poco de jabón para lavar de un puesto en la calle cuando un sacerdote en uniforme militar se me acercó", dice.

"Lo acompañaban cuatro milicianos y estaba armado con un rifle Kalashnikov, una pistola y granadas. El sacerdote me acusó de colaborar con los rebeldes".

"Me apuntó con su Kalashnikov de esta manera -continúa, recogiendo un palo del piso y empuñándolo como un rifle- y dijo que iba a disparar".
Aunque pueda parecer increíble, algunos clérigos hutus estaban colaborando con el genocidio. Algunos de ellos incluso participaron directamente.

Uno de los trabajos de Mbaye era ser los ojos y oídos de la misión de la ONU en Ruanda, y se dedicó á la tarea de chequear ocasionalmente cómo se encontraban los refugiados en Sainte Famille.

Conocía a Concilie de vista, porque antes del genocio había trabajado en la oficina de la compañía nacional de teléfonos, Rwandatel, donde pagaba su cuenta telefónica. Por casualidad, iba hacia la iglesia en el momento en que ella más lo necesitaba.

"El capitán Mbaye corrió y se interpuso entre el cura y yo", dice Concilie. "Gritó: '¿Por qué están matando a esta mujer? No deben hacerlo, porque si lo hacen se va a enterar el mundo entero'". El sacerdote retrocedió.

No hubo una masacre dentro de Sainte Famillia en parte debido a los esfuerzos de Mbaye y otros integrantes de la fuerza de paz de la ONU, aunque muchos fueron asesinados enfrente de ella.

En muchas iglesias donde la gente había buscado refugio, soldados y milicianos irrumpieron y masacraron a las personas en los bancos.


"El capitán Mbaye corrió y se interpuso entre el cura y yo. Gritó: '¿Por qué están matando a esta mujer? No deben hacerlo, porque si lo hacen se va a enterar el mundo entero'"
Concilie Mukamwezi, auxiliada por Mbaye en el momento de mayor necesidad

3. Huida
Otros ruandeses desesperados intentaron aprovechar las operaciones de rescate organizadas por la comunidad de expatriados.
Ancilla Mukangira, una ruandesa que trabajaba para una organización humanitaria alemana, se dirigió al Club Americano creyendo, erróneamente, que los estadounidenses le darían un puesto en uno de los automóviles que abandonaban el país.

"Fui a registrarme con el convoy", me dice, en las afueras del viejo club, hoy convertido en restaurante de comida china. "Pero dijeron que no se permitían ruandeses y me ordenaron salir".


En hotel de Milles Collines (en una foto de 2014) los refugiados terminaron tomando el agua de la piscina.

Ancilla estaba de pie, llorando, en el pavimento, cuando Mbaye se le acercó.
"¿Qué haces aquí", le preguntó. "Si te ven, te matan".
Le contó que la habían echado. Estaba consternado y apenas podía creerlo, dice Ancilla. Entonces ofreció ayudarla él mismo.

"Mbaye estaba conmocionado por el comportamiento de los wazungu (blancos)", afirma Andre Guichaoua, un académico que se quedaba en el Hotel des Mille Collines y quien conoció a Mbaye durante los primeros días del genocidio.

Tropas francesas, belgas e italianas estaban volando a Kigali, pero sólo para salvar a sus propios connacionales.
Para un hombre que era soldado de la ONU esta evacuación de europeos por parte de europeos era un escándalo absoluto.

"Porque si hubieras puesto a los soldados franceses y belgas junto a las tropas de Naciones Unidas, hubiera sido perfectamente posible confrontar al ejército y la milicia, que estaban directamente involucrados en las masacres", dice Guichaoua.


"Me vio leyendo la Biblia. Me dijo que debía rezar por mi país, pues cosas horribles estaban ocurriendo"
Ancilla Mukangira, rescatada por Mbaye

"No había coordinación y esto horrorizaba profundamente a Mbaye".

De hecho, había muy poca coordinación dentro del sistema de Naciones Unidas. Mientras oficiales como Mbaye estaban protegiendo valientemente a aquellos que podían, los jefes de la ONU en Nueva York seguían discutiendo cómo, e incluso si debían, apoyarlos. De hecho, poco después de que comenzaron las hostilidades, redujeron el número de soldados de la ONU en el terreno, de 2.500 a menos de 300.

Mientras tanto, Estados Unidos estaba decidido a evitar tener que enviar tropas al terreno. Habían pasado apenas seis meses desde un humillante incidente de sus fuerzas en Somalia, en el que 18 de sus rangers murieron en un episodio que pasó conocerse como "Black Hawk Down".
Así que Mbaye llevó a Ancilla Mukangira al Hotel des Milles Collines, frente a cuya puerta estaban apostados milicianos que esperaban para matar a los tutsis adentro.

Le dijo que se quedara en su habitación y no le abriera la puerta a nadie. No volvió hasta tarde en la noche, con un colchón extra para ella.
"Me vio leyendo la Biblia", recuerda Ancilla. "Me dijo que debía rezar por mi país, pues cosas horribles estaban ocurriendo".
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/04/140406_ruanda_genocidio_valiente_yv.shtml
 

Sebastian

Colaborador
Parte 2

Genocidio en Ruanda: "El hombre más valiente que conocí"

4. El día que me salvó la vida

Yo mismo llegué a conocer a Mbaye un poco. Normalmente los soldados tratan con recelo a los periodistas, pero en esto, como en otras cosas, él era diferente.

Un día fuimos juntos en su carro blanco de Naciones Unidas a recabar información sobre un orfelinato en un suburbio de la ciudad llamado Nyamirambo, donde se creía que varios cientos de niños vulnerables se escondían.

En el camino nos detuvimos en un punto de control de la milicia. Uno de los milicianos se acercó al auto y se asomó por la ventana con una granada de mango china en la mano. Parecía un viejo destapador de inodoros, pero en vez que tener un chupón de goma en el extremo de un palo, tenía una bomba.

El miliciano me hizo un ademán.
"¿Quién es este belga?", preguntó, amenazante.


Mbaye (con la gorra azul) lograba hacer reír incluso en una situación tan dramática como la que vivió Ruanda en 1994.

Los milicianos consideraban a los belgas -país que ejerció poder colonial en Ruanda- sus enemigos. Recientemente habían matado a 10 soldados belgas que pertenecían a la fuerza de Naciones Unidas, calculando que esto haría que todo el contingente de soldados belgas en la ONU abandonara el país. Como en efecto ocurrió.

Estaba aterrado. Estaba a punto de morir. Pero Mbaye miró al hombre, sonrió e hizo una broma.

"Soy el único belga en este vehículo, ¿ves?", dijo, con un ligero pellizco en la piel -negra azabache, característica de los senegaleses- de su brazo. "¡Senegalés negro!".

La broma rompió la tensión del momento. Entonces Mbaye le ordenó que se apartara y el miliciano obedeció instintivamente. Así seguimos nuestro camino.

"Le encantaba bromear con la gente, le encantaba conversar", dice uno de su excompañeros de la misión de la ONU, Babacar Faye, ahora coronel del ejército senegalés.
"Usaba su sentido del humor para pasar las barricadas".

Mbaye era un musulmán devoto, pero llevaba alcohol en su 4x4 de la ONU para comprar la vida de la gente que hacía pasar a través de los mortíferos puestos de control.


"Le encataba bromear con la gente, le encantaba conversar. Usaba su sentido del humor para pasar las barricadas"
Babacar Faye, excompañero de misión de Mbaye

"En el carro -dice Faye- frecuentemente tenía cajas de cerveza, botellas de whisky y muchos paquetes de cigarros. Y también tenía fajos de billetes".

Una vez vi una lista de nombres en un pedazo de papel que se le había caído del bolsillo. Era una lista de nombres de pila: "Pierre", "Marie", con sumas de dinero escritas al lado: US$10, US$30, y así sucesivamente.

Esos eran sus registros de las cantidades que había pagado, muchas veces en nombre alguien más, para lograr que personas superaran los controles.

A veces, incluso, entregaba sus raciones militares de alimentos. Y cuando sus colegas se enteraban, donaban las propias para sumar al valioso alijo oculto en el asiento trasero de su auto.

"Cuando lo detenían en las barricadas, los milicianos le decían 'jefe, tengo hambre', o 'jefe, tengo sed', de manera que les diera un cigarro. Si se trataba de uno de los jefes le daba una cerveza o una botella de whisky", dije Faye.

"Esto le permitía ir a todas partes sin enfurecer a los milicianos. Y así es como salvaba la vida a la gente que la milicia quería matar: de cinco a seis personas en su vehículo por vez".

5. Intento de fuga

El convoy organizado por Mbaye no logró su objetivo de llegar al aeropuerto:
pero al menos estaban vivos.

Con el tiempo, la guerra dividió a Kigali en dos zonas: una controlada por el gobierno y otra por el RPF.

El Hotel des Mille Collines se encontraba en la zona controlada por el gobierno, al lado de unas barracas donde algunos líderes milicianos estaban basados. Pero gracias a que estaba resguardado por personal armado de la ONU, muchos tutsis y hutus moderados hacían todo lo que podían por entrar. Muchos tenían que tener dinero o contactos.

Los hijos de la primera ministra fueron sacados de "contrabando" del hotel pocos días después de haber llegado, escondidos bajo maletas en la parte trasera de un vehículo de la ONU. Los niños fueron llevados al aeropuerto y enviados a un lugar seguro, todavía vestidos con los pijamas que tenían puestas cuando escaparon de casa.

Pero a medida que más y más gente llegaba al hotel las condiciones empeoraban. El suministro de agua fue suspendido, forzando a sus habitantes a tomar agua de la piscina. Primero la hervían, pero cuando la electricidad también fue cortada, se acabó esta posibilidad.

En una ocasión, Mbaye y otros oficiales de la ONU intentaron organizar un convoy de camiones desde el Mille Collines al aeropuerto. Una doctora, Odette Nyiramilimo, iba a bordo de uno de los camiones con su familia, mientras que Mbaye viajaba en el primer vehículo.


La doctora Odette Nyiramilimo se salvó de la muerte cuando Mbaye intercedió por ella y los otros viajeros de un convoy de la ONU interceptado por milicanos.

El convoy logró pasar de las puertas del hotel, pero unos cientos de metros más allá fue detenido por una multitud de milicianos.

La radio de propaganda del gobierno se había hecho con una lista de las personas en los camiones, y estaba leyéndola al aire, enardeciendo a los milicianos.

"Trataban de jalarnos del camión -recuerda Nyiramilimo-, mientras gritaban 'maten a las cucarachas'".
"Entonces el capitán Mbaye corrió hacia nosotros. Se paró entre el camión y los milicianos extendiendo los brazos", relata.
"Gritó: 'No pueden matar a estas personas, son mi responsabilidad; no permitiré que les hagan daño, tendrán que matarme primero"".

Eventualmente, Mbaye y otros oficiales senegaleses lograron disuadir a la milicia de no matar a quienes iban en el convoy. Pero la multitud era demasiado grande como para atravesarla, así que tuvieron de devolverse al hotel. No habían logrado llegar al aeropuerto y salir del país, pero estaban vivos.

"El capitán Mbaye corrió hacia nosotros. Se paró entre el camión y los milicianos extendiendo los brazos Gritó: 'No pueden matar a estas personas, son mi responsabilidad; no permitiré que les hagan daño, tendrán que matarme primero'"
Odette Nyiramilimo​

De regreso en el Mille Collines, mientras la doctora administraba primeros auxilios a los pasajeros que habían sido arrastrados afuera de los vehículos y atacados, Mbaye se le acercó.

"Parecía conmocionado", dice Nyiramilimo. "Decía: 'casi te mataron, ¿sabes?, realmente querían hacerlo'. Y estaba alterado, casi llorando".
"Lo que realmente me impresionó fue que parecía más preocupado por nosotros que por él mismo. Era un héroe", recuerda la doctora.

Nyiramilimo y Ancilla Mukangira eventualmente abandonaron el hotel en otros convoys. La ONU organizó "intercambios" con tutsis atrapados en un lado de la frontera con hutus varados en el otro. De esta manera, miles fueron salvados.

6. Una última barricada

La suerte Mbaye se acabó el 31 de mayo de 1994. Y la ONU no tenía dinero ni para enviar su cadáver a casa en un ataúd.

Nunca sabremos exactamente cuántas personas le deben la vida a Mbaye.

Su viejo amigo, el coronel Faye, lo cifra en "400 o 500 personas, como mínimo". Cree que todos los refugiados en el Hotel des Mille Collines habrían sido asesinados si no hubiera sido por el papel fundamental que Mbaye jugó en su defensa.

Una estimación oficial del departamento de Estado en Washington, que en 2011 le otorgó a Mbaye el certificado de "Homenaje a personas de gran coraje", dice que la cifra llegaría a unas 600.

Pero el académico Richard Siegler, quien vive en Ruanda y planea publicar un libro sobre Mbaye, cree que el número correcto podría ser 1.000 o más.

"El alcance de las acciones del capitán Mbaye todavía no ha sido reconocido, porque quienes lo vieron en acción sólo vieron una pequeña parte de lo que estaba haciendo", dice Siegler.

"Cuando lo unes todo, se vuelve claro que fue uno de los grandes actos morales de nuestros tiempos".

Sería erróneo sugerir que Mbaye fue el único que salvó vidas en Ruanda en 1994. Hubo incontables casos de valentía extrema llevados a cabo por los propios ruandeses.


Mbaye y su esposa Yacine, antes de su envío a Ruanda.

Pero en todos estos años desde el genocidio, los investigadores han estudiado a fondo los detalles de lo ocurrido, y ninguno ha encontrado a alguien que haya estado involucrado en tantos rescates como el capitán Mbaye Diagne.

La suerte se le acabó la mañana del 31 de mayo de 1994.

Para entonces, el RPF se estaba imponiendo, pero las fuerzas del gobierno estaban ofreciendo resistencia en el centro de Kigali. Casi todos los días había grandes batallas en la ciudad, luchas tan intensas que el sonido de las armas inviduales se fundía para crear un ruido ensordecer, como el del trueno.

En uno de esos días se le pidió a Mbaye que le llevara un importante mensaje escrito del jefe del ejército, Augustin Bizimungu, al comandante de la ONU, Romeo Dallaire, quien se encontraba en la zona controlada por el RPF.

Mbaye tenía que abandonar el área controlada por el gobierno y pasar por un puesto del ejército.
Se detuvo en el puesto y una ronda de mortero explotó en la vía, a poca distancia de su vehículo.
Las esquirlas atravesaron la carrocería.

Mbaye fue alcanzado y murió instantáneamente.

"Fue un día muy, muy difícil", dice Dallaire, ahora senador del Parlamento canadiense. "Hubo tantas (muertes), pero la suya destacó porque perdimos una de esas luces brillantes, uno de esos modelos que influencian a los demás".

Mbaye había formado parte de un pequeño grupo dispuesto a arriesgar la vida propia para salvar la de otros, dice Dallaire.


Los hijos de Mbaye y Yacine, ahora adultos, sólo tenían dos y cuatro años respectivamente.

"Tenía un sentido de humanidad que iba más allá de órdenes, mucho más allá de ningún mandato. Andaba al menos medio paso más rápido que todo el mundo".

Y estaba a punto de volver a casa.

"Sólo quedan 12 días antes de que mi papel en esta misión termine", le había dicho a su esposa, Yacine, al teléfono, tres días antes de morir. "Entonces volveré a Senegal. Así que debes rezar por nosotros".

En esa última llamada a casa en Dakar, habló mucho sobre la muerte. "Eso realmente me molesta", dice Yacine. "Nunca había hablado así antes. Creo que las cosas que vio lo afectaron profundamente".

Sus dos hjos -un varón, Cheikh, y una hembra, Coumba- sólo tenían dos y cuatro años respectivamente cuando su padre murió. Pasarían dos años antes de que Yacine reuniera valor para decirles la verdad. "Papá vendrá a casa cuando se termine su misión", les decía.

Le pregunté a Yacine cómo se había guardado la tragedia por dentro y no la había compartido con sus hijos.

"Sí, fue difícil, pero ellos no hubieran entendido", dice. "Fue lo correcto: protegerlos hasta que pudieran entender".

La hija de la primera ministra asesinada, Marie-Christine Umuhoza, está ahora casada y con dos hijos.

Ella y sus hermanos fueron enviados a Francia, pero ese país, que había dado albergue a la esposa y familia del presidente asesinado, rechazó a los niños de la primera ministra asesinada. En consecuencia, terminaron como refugiados en Suiza.

Marie-Christine vive en Lausanne, donde trabaja como enfermera psiquiátrica. Nunca había hablado antes públicamente de los eventos de 1994, pero me contó su escalofriante historia con gran compostura y dignidad.

Pareciera que hubiera logrado poner esa parte trágica de su vida a un lado y seguir adelante.

"Cuando accedí a hablar contigo, lo hice en parte para poder rendirle tributo a la memoria del capitán Mbaye", dice.


EE.UU. otorgó un reconocimiento por valentía a Mbaye en 2011.

"Es -era- una buena persona. Le debo la vida. Si no hubiera estado allí, yo no estaría aquí ahora".

Me enteré de la muerte de Mbaye después de notar una inusual cantidad de intercambios en la red de walkie-talkies de la ONU. Escuché a soldados que hablaban de un serio incidente en una barricada del gobierno en la que un observador militar de la ONU había muerto.

"Oh, Dios, espero que no sea Mbaye", dijo un trabajador humanitario de la ONU. Pero estaba en estado de negación. Sabía que era Mbaye.
Corrí a la barricada con un oficial canadiense que también lo sabía, pero que no tenía el valor de decirlo.
Cuando encontramos el auto, el cuerpo había sido retirado. Había sangre en el asiento y en el piso.

"'Soy un soldado -me dijo el capitán Tall- pero usted es un periodista. Usted debe contar la historia del capitán Mbaye Diagne'. Entonces, el capitán Tall y yo rompimos en llanto"

Al día siguiente, su cadáver era subido a un avión para su repatriación en Senegal, pero no había ningún ataúd disponible. La misión de la ONU estaba tan corta de dinero, había sido tan abandonada por el resto del mundo, que Mbaye fue envuelto en un pedazo grande de plástico azul que la ONU usa normalmente para cobijar a refugiados.

Encima, se colocó una bandera de la ONU.

Justo antes de que el cuerpo fuera embarcado, uno de los otros observadores militares senegaleses, el capitán Samba Tall, se me acercó.

"Soy un soldado -me dijo el capitán Tall- pero usted es un periodista. Usted debe contar la historia del capitán Mbaye Diagne".

Entonces, el capitán Tall y yo rompimos en llanto.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/04/140406_ruanda_genocidio_valiente_yv.shtml
 

Barbanegra

Colaborador
Nigeria: Extremistas islámicos se atribuyen ataque
Extremistas islámicos de Nigeria se responsabilizaron de la masiva explosión de esta semana en una concurrida estación de autobuses que dejó al menos 75 muertos en la capital Abuja.

En un mensaje por video, el líder de la red Boko Haram amenazó con lanzar más ataques diciendo "estamos en su ciudad, pero no saben dónde".

Abubakar Shekau no mencionó nada sobre el secuestro de más de 100 jovencitas que fueron sacadas de una escuela en el norte del país. Las autoridades dicen que varias niñas han logrado escapar, pero 85 siguen desaparecidas.

Padres y habitantes de la localidad han unido fuerzas con las autoridades para buscar en el peligroso bosque Sambisa a las menores raptadas.

Boko Haram dice que la educación e influencia de Occidente han corrompido a los africanos y que sólo la ley islámica puede salvar a Nigeria.

AP
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Radio Mil Colinas' en Sudán del Sur
  • Los rebeldes provocan una limpieza étnica de cientos de civiles dirigidos por una emisora
  • Los milicianos separaron a los civiles de cada etnia y ejecutaron a los de la enemiga
  • El escenario, además de las propias calles, fue una iglesia, un hospital y una mezquita

Miembros del Ejército blanco, la milicia Nuer que combate a las tropas del Gobierno ZACHARIAS ABUBEKER AFP



El pasado día 15 crepitó la voz del odio en Radio Bentiu FM. Había que matar a los enemigos dinka y a aquellos hermanos nuer que se negaran a empuñar las armas. Ese era el mensaje, tan similar a otro que hace 20 años sirvió para iniciar una matanza de dimensiones bíblicas: el genocidio ruandés. La radio Mil Colinas extendió el odio y organizó las masacres pueblo a pueblo y barrio a barrio. Hoy sus responsables siguen en prisión con cadena perpetua.

Al día siguiente los militares de la misión de Naciones Unidas (UNMISS) encontraron cientos de cadáveres desparramados por las carreteras de tierra roja, una mezquita, un hospital y una iglesia de Bentiu, la capital petrolífera de Sudán del Sur. Los rebeldes separaron a los civiles por etnias antes de ejecutarlos a tiros. Aquel que se negó a participar fue asesinado también, aunque fuera de la misma etnia que los milicianos.

La matanza, por la brutalidad y las características, recuerda a Ruanda,donde las milicias hutus mataron a 800.000 tutsis y hutus moderados en 100 días de primavera de 1994. No se trata de un combate entre grupos armados, sino una venganza contra los civiles, que están entre dos fuegos.

En un comunicado, la UNMISS explicó que entre las víctimas mortales hay sursudaneses y también extranjeros, aunque no se conocen sus nacionalidades ni su número, y que los insurgentes perpetraron la matanza basándose en criterios étnicos y de nacionalidad.

Al menos 200 personas murieron y 400 resultaron heridos solo en la mezquita de Kali-Ballee, donde habían buscado refugio numerosos civiles. Dos días antes, decenas de inocentes habían muerto también en la ciudad de Bor (Estado de Jonglei) al asaltar una turba una base de Naciones Unidas con miles de refugiados dinkas.

En estas sedes de Bentiu también acabaron con la vida de un número indeterminado de civiles que se habían refugiado en ellas, según informa Efe.

Al capturar esta ciudad petrolera, los insurgentes -el Ejército Popular de Liberación de Sudán en la Oposición- tuvieron como blanco a distintas tribus sursudanesas y ciudadanos procedentes de la región sudanesa de Darfur.

El conflicto que estalló en Sudán del Sur en diciembre pasadoadquirió pronto un tinte étnico debido a que el presidente, Salva Kir, pertenece a la tribu Dinka, y el exvicepresidente y líder rebelde, Riak Machar, a la Nuer.

Sin embargo, los rebeldes también atacaron en Bentiu a civiles Nuer, entre ellos mujeres y niños, que se negaron a participar en las celebraciones por la victoria insurgente.

La UNMISS explicó que ha ayudado a cientos de civiles a huir de Bentiu y que miles fueron escoltados hasta la base del organismo internacional en la zona, donde están refugiadas actualmente 12.000 personas.

El conflicto, en el que han muerto miles de personas, ha puesto al borde de la guerra civil al joven país, independizado de Sudán en 2011, después de que en diciembre pasado el presidente acusara a Machar de intentar dar un golpe de Estado.

¿A partir de qué número de muertos un conflicto pasa a guerra civil? ¿Cuánta gente de un determinado pueblo debe morir para que de limpieza étnica se transforme en Genocidio? El país más joven del mundo se desangra en silencio, ante la sordera internacional, la inquina de sus milicias y la indefensión de sus civiles.
ELMUNDO.ES
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Guerras civiles y otros conflictos minaron el sistema sanitario africano
Las razones detrás de la sorpresiva expansión de la enfermedad

El virus atacó totalmente por sorpresa. África occidental jamás se había visto afectada por el peligroso ébola, que fue identificado a mediados de los 70 en Zaire (actual República Democrática del Congo). Hasta ahora, el virus siempre se había propagado en países muy alejados como Uganda o Sudán.
Parte de la explicación es que muchos países de África occidental sufren aún las consecuencias de sangrientas guerras civiles y graves altercados políticos que minaron sus sistemas sanitarios.
Pese a la ayuda internacional, puede pasar tiempo hasta que estas naciones sean capaces de reaccionar ante una epidemia.
Según testigos, los ciudadanos intentan protegerse utilizando guantes de plástico y desinfectantes. La demanda es tan elevada que apenas quedan existencias en las tiendas, informa el diario “Daily Observer” de la capital de Liberia.
Sin embargo, en las áreas más apartadas, donde los vecinos confían en curanderos tradicionales, las cosas son muy distintas. “Pese a las campañas informativas, muchos siguen dudando incluso de la existencia de la enfermedad”, cuenta Katherine Mueller, portavoz de la Cruz Roja en África, tras visitar durante varias semanas distintas zonas afectadas por el Ebola en Sierra Leona.
Por eso, entre las labores de ayuda también figura la de explicar a los curanderos en qué consiste el virus, de modo que ellos puedan transmitirle los consejos a sus pacientes. ”Además, para los liberianos el concepto de cuarentena es algo totalmente ajeno. Lo asocian con prisión”, explica Stephanie SalaMartu Duncan, de la organización Liberians Against Ebola (liberianos contra el Ebola). “Y a ello se suma que hay que deshacerse inmediatamente de los cadáveres, por lo que los familiares no puedan velarlos a la manera tradicional”, añade.
Con unas cifras que ya superan los mil muertos, según el último informe de la OMS, los hospitales están saturados. Algunas clínicas están llegando a tales niveles que incluso rechazan a posibles pacientes de Ebola. “Un conocido que llevaba dos días vomitando constantemente y con sangre en la orina quiso hacerse las pruebas”, cuenta una vecina de Monrovia. “Pero le dijeron que el médico encargado de hacerlas no estaba. Así que le hicieron las de la malaria y el tifus y lo mandaron a casa con antibióticos”, relata.
El hospital St. Joseph podría cerrar luego que se contagiaran otros dos empleados. Muller, de la Cruz Roja, dijo que en Kailahum, Sierra Leona, estuvo en 4 entierros en un mismo día. Y los fallecidos tenían entre 11 y 21 años. ”Los enterraron en un nuevo cementerio para víctimas del Ebola, sin familiares, amigos ni sacerdotes”, relata. “Un equipo de voluntarios vestidos con trajes protectores como si salieran de una película de ciencia ficción se encargó de depositarlos en sus tumbas
clarin
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Casi 3.000 violaciones en lo que va de año al este del Congo
Un reciente informe ya aseguraba que al menos 1.100 mujeres eran agredidas sexualmente cada día en el país africano

El silencio y la infamia continúan violando el este de la República Democrática del Congo. Solo en los primeros ocho meses del año y en las regiones de Kivu norte y Maniema, se han producido al menos 2.829 agresiones sexuales, según denuncia la organización Heal Africa, que gestiona un hospital en la localidad de Goma. Es importante, no obstante, recordar que la cifra tan solo corresponde a los casos constatados en este centro médico (1.573 de ellos tratados directamente allí), por lo que su valor absoluto sería mucho mayor.
Pero esto a nadie sorprende. Recientemente, Wassy Kambale, portavoz de la propia organización, ya denunciaba a este diario que, «aunque es cierto que hay cierta influencia de grupos armados como el M23, cada vez nos encontramos con más civiles que cometen actos de violencia sexual. Esto se explica por una cierta banalización de la violencia en la comunidad, lo que fomenta este tipo de ataques».
Los números demuestran la tesis. En 2011, la organización de Kambale documentó hasta 9.404 violaciones en su centro médico, mientras que ese mismo año, un informe del American Journal of Public Health aseguraba que al menos 1.100 mujeres eran agredidas sexualmente cada día en el país africano. En el análisis, centrado en el periodo 2006-2007, se narraban las vejaciones sufridas por más de 400.000 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Sin embargo, Naciones Unidas tan solo reconoció 15.000 casos.
«En mis 40 años de vida, nunca vi algo parecido. Antes de 1994 [cuando el genocidio de Ruanda], la violencia sexual en nuestra región era prácticamente una anécdota. Sin embargo, ahora, las violaciones son utilizadas como arma de guerra. Instrumentos de venganza donde se implican todas los actores del conflicto, desde el Ejército a los rebeldes provenientes de Ruanda», aseguraba en este sentido el doctor Alumeti Munyali Désiré, especialista en cirugía del Hospital Panzi, en la región de Kivu Sur.
También hombres
En este sentido, Dominique Vidale-Plaza, analista del mismo centro médico, va más allá. «De 1999 a junio de 2010, al menos 25.441 mujeres han sido tratadas en el Hospital Panzi por enfermedades ginecológicas, la mayor parte de ellas, graves traumas de violencia sexual. De igual modo, en el centro, se han practicado cerca de 2.500 operaciones de reparación de fístula (los atacantes suelen utilizar con asiduidad objetos como botellas o palos en sus agresiones)», aseguraba a este diario el analista durante las últimas elecciones celebradas en el país africano.
Y no solo mujeres. Un reciente informe estimaba que el 24 por ciento de los hombres de las regiones de Ituri, Kivu Norte y Sur (todas al este del Congo) habían sido expuesto a algún tipo de violencia sexual (de nuevo, el tabú sobre estas prácticas impide una mayor precisión sobre el concepto de «algún tipo de violencia»).
abc.es
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Asesinan a tres monjas italianas en África
Pertenecían a la congregación de los Saverianos.Las tres ancianas fueron degolladas en el convento de Burundi en el que vivían. Investigan si fue un delincuente o si es un acto más de la creciente intolerancia y persecución de los cristianos en varias partes del mundo.

Aunque una versión señala que el asesino fue un ladrón desequilibrado, el salvaje degüello ayer de tres ancianas monjas italianas de la congregación de los Saverianos en Burundi, Africa, agrega preocupación al Papa y al mundo católico por la creciente intolerancia y persecución de los cristianos en varias partes del mundo. Un funcionario local dijo que las circunstancias y motivaciones del triple asesinato "resultan oscuras".
La diócesis de Parma, donde se encuentra la central de la orden saveriana, y el ministerio de Relaciones Exteriores italiano, confirmaron esta mañana que las hermanas Lucía Pulicidi, de 75 años, Olga Raschietti, de 83, y Bernadetta Boggian, murieron en dos momentos distintos ayer en el convento de Kamenge, donde habitaban, en un barrio septentrional de Bujumbura junto a la parroquia Guido María Conforti.
Golpeado por la tragica muerte de las tres monjas, el papa Francisco se comunicó a través de una carta con la superiora de las religiosas. Allí auspició que "la sangre derramada se convierta en semilla deesperanza para construir la autentica fraternidad entre los pueblos".
El padre Mario Pulcini, superior de los misionarios saverianos en Burundi, contó a la agencia de prensa misionera "Misna" que en la tarde de ayer, domingo, la monja Bernadetta "vino a mi oficina pidiendo noticias de las hermanas Lucía y Olga. Dijo que preocupaba que no hubiera señales de vida dentro de la casa. La hermana Bernadetta logró entrar por una puerta lateral que estaba abierta y las encontró a ambas en el piso, degolladas con heridas profundas de puñal en el cuello.
La policía, que se suponía debía vigilar los edificios religiosos, señaló que el asesino había empleado "una brutalidad particular" y que se había visto huir a un joven de la parroquia una hora después de los degüellos de las dos monjas.
Pero pese a la vigilancia policial y a la versión de la huida del criminal, presunto ladrón, en la madrugada otras tres monjas que habían quedado en el convento escucharon gritos y encontraron en su habitación, también degollada, a la hermana Bernadetta, la que primero había denunciado que algo raro estaba ocurriendo al padre Mario Pulcini.
Las monjas llamaron con sus celulares al convento de los padres saverianos en una misión vecina. "Nos sentíamos seguras porque afuera estaba la policía, pero no sirvió para nada", dijo sollozando una de las tres monjas sobrevivientes.
La ministro de Relaciones Exteriores italiana, Federica Mogherini, expresó sus condolencias "en mi nombre y del gobierno italiano".
"Otra vez asistimos al sacrificio de quién, con dedicación total, ha pasado la propia vida a aliviar los demasiados sufrimientos que aún existen en el continente africano", agregó.
La canciller Mogherini señaló que el gobierno italiano "espera que las autoridades de Burundi establezcan la verdad sobre lo ocurrido y permitan el regreso a Italia cuanto antes de los restos de las religiosas".
clarin
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Somalía: soldados violan a mujeres y niñas a cambio de ayuda humanitaria
Denuncia de Human Rights Watch.Son efectivos de la Unión Africana. Un informe sostiene que abusan de sus víctimas, todas desplazadas internas del conflicto somalí, cuando acuden a las bases en busca de medicinas o agua.

Soldados de la Unión Africana desplegados en Somalía violan a las mujeres y a la niñas que acuden a sus campamentos para solicitar ayuda humanitaria, reveló una investigación, difundida en una denuncia de la organización Human Rights Watch (HRW).
La mayoría de las mujeres que fueron abusadas vivían en campos de desplazados luego de huir de la hambruna y la violencia que desangra al país desde 2011.
En un informe hecho público en rueda de prensa en Nairobi, HRW urge a la Unión Africana (UA) a tomar medidas para atajar estos abusos y garantizar la justicia de las víctimas.
El documento, titulado "El poder que estos hombres tienen sobre nosotros: Explotación Sexual y Abusos por las Fuerzas de la UA en Somalia", revela las violaciones a mujeres y niñas en dos sedes de AMISOM (Misión de la Unión Africana en Somalía) en la capital somalí desde 2013.
"La Unión Africana ya no puede ignorar los abusos en las bases de la AMISON mientras mina la misma credibilidad de la misión", sentención Liesl Gerntholtz, director de los derechos delas niñas en HRW.
La investigación cuenta con el testimonio de 21 mujeres y niñas, algunas de apenas 12 años, que describieron haber sido violadas o explotadas sexualmente por soldados de Uganda o de Burundi de la fuerza de la UA. Un solo caso, en el que la víctima es una nena, llegó a la justicia militar de Uganda, en Kampala.
"Algunos soldad usaron la asistencia humanitaria, proporcionada por la misión, para forzar a las mujeres y niñas vulnerables a tener sexo", dice HRW.
"Un número de mujeres y niñas entrevistadas para este informe dijeron que fueron inicialmente abordadas por sexo a cambio de dinero o violadas mientras buscaban asistencia médica o agua en las bases de AMISON, particularmente en la base del contingente de Burundi".
Un soldado de Burundi el dio a una niña de 15 años 10 dólares después de violarla. "Primero me arrancao mi hijab (velo) y luego me atacó", contó la víctima. La chica había ido hasta la base a buscar medicinas para su madre que estaba enferma.
Todas las mujeres somalíes entrevistadas habían llegado a la capital procedentes de comunidades del sur y centro de Somalia, zonas de hambruna o controladas por el grupo terrorista Al Shabab de las que han huido decenas de miles de personas en los últimos años.
"Una joven fue a la base a pedir un medicamento y, cuando la llevaron a la habitación de un soldado, se dio cuenta de la situación. En ese momento quería huir, estaba aterrorizada, pero tenía hambre y no podía hacer nada", explicó la investigadora de África en HRW, Laetitia Bader.
Somalía sufre de una violenta inestabilidad desde la caida del dictador Siad Barre, en 1991. La AMISOM -integrada por tropas de Uganda, Burundi, Kenia, Etiopía, Yibuti y Sierra Leona- se desplegó en 2007 para proteger las instituciones y el Gobierno somalí y favorecer la distribución de ayuda humanitaria.
(Fuente: Agencias)
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Una 'bomba demográfica' amenaza seriamente el futuro de Burundi
  • Este país tiene la segunda mayor densidad de población de África, algo muy preocupante
  • Las autoridades trabajan para revertir la situación, ante la escasez de tierras para cultivo


Joachim Sinzobatohana y Clotilde Niyonkuru tienencuatro hijos y una parcela de tierra que no llega a la media hectáreaen las colinas de Ngozi, al norte deBurundi. En ese minúsculo pedazo cultivan legumbres, maíz y un poco de café y con lo que sacana duras penas consiguen dinero suficiente para dar de comer a toda la familia. Su precaria vida no es en nada distinta a la de la mayoría de los burundeses, que subsisten como pueden en un país que tiene lasegunda mayor densidad de población de África(350 hab./km2) y cuya población, que a día de hoy se estima en 10,2 millones de personas, crece a un ritmo insostenible.
Desde el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) describen la situación como una "bomba demográfica" y advierten de las graves consecuencias que tendrá para el país. "En este momento la planificación familiar es una prioridad tanto para UNFPA como para el Gobierno", explica un consultor que prefiere mantenerse en el anonimato para no comprometer su trabajo. "La tasa de fertilidad de Burundi es de 6,4 hijos por mujer, la cuarta más alta del mundo, pero la extensión de tierra es y seguirá siendo la misma. Si no se revierte esta tendencia será una tragedia".
Disputa por las tierras
El 90% de la población deBurundivive enzonas ruralesy depende de la agricultura para generar ingresos. Con una media de seis niños por hogar,la propiedad de la tierra se ha convertido en un motivo de disputa dentro de las familias, ya que las diminutas parcelas como la de Joachim son demasiado pequeñas para que puedan dividirse entre todos los hijos.
Además, losAcuerdos de Paz de Arusha, firmados en el año 2000, han permitido el regreso demiles de refugiados que huyeron del paísa causa de las múltiples crisis políticas que han golpeado Burundi desde su independencia en 1962. La mayor parte de los refugiados han vuelto a sus casas para descubrir que sus tierras habían sido entregadas a otras personas, las cuales las han explotado durante 20 o 30 años y ahora las consideran suyas, lo cual ha generado más tensión.
De hecho, el 70% de los casos abiertos en los tribunales está relacionado con disputas sobre la propiedad de la tierra. Y aunque el Gobierno todavía no ha encontrado una fórmula para resolver la cuestión de los refugiados, la estrategia para aliviar la presión demográfica es clara:reducir la tasa de fertilidad a la mitad en los próximos 10 añosa través de programas de sensibilización que mejoren la utilización de métodos anticonceptivos. "El uso deanticonceptivosha pasado del 2% al 30% en los últimos 15 años", señala el director del Programa Nacional de Salud Reproductiva, eldoctor Juma Ndereye. "Y nuestro objetivo es que supere el 55% antes de 2025".
El tabú de la sexualidad
No es una tarea fácil, ya que como en muchos otros países africanosel tema de la sexualidad es un tabú que costará erradicar. "A las barreras culturales se le añade que la mayoría de los métodos anticonceptivos son utilizados por mujeres", explica la ministra de Sanidad,Sabine Ntakarutimana. "El problema subyacente es la emancipación sexual de la mujer. Una mujer puede querer tres hijos, por ejemplo, pero ella no es la que tiene la última palabra, por lo que al tratar el tema de la planificación se puede crear un conflicto dentro de la familia".
Tal y como reconoce el presidente de la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento de Burundi,Norbert Ndihokubwayo, "la mujer ha sido la gran ignorada de las políticas de salud, ya que no se ha tenido en cuenta el impacto de una mujer sana en la economía familiar". En la mayor parte de las familiasla mujer es la encargada de labrar la tierra, por lo que los constantes embarazos y los problemas de salud que estos pueden acarrear suponen una pérdida de productividad y, en consecuencia, una disminución de los ingresos familiares.
Elotro gran obstáculo de la planificación familiar es la religiónen general y, aunque el Gobierno no lo dice abiertamente, la Iglesia católica en particular. Su resistencia a aceptar los métodos anticonceptivos modernos supone un freno a la expansión de los programas de salud reproductiva, aunque al menos ha aceptado firmar una especie de pacto de no agresión con el Gobierno. "La Iglesia católica es nuestra aliaday aunque no defienda el uso de métodos anticonceptivos modernos, al menos no lucha en su contra", defiende Ntakarutimana.
Sin embargo, y aunque eso pueda ser cierto a nivel de las altas jerarquías, que han firmado diversas declaraciones y documentos remarcando la necesidad de apoyar la planificación familiar, no ocurre lo mismo a pie de calle. "Todavía hay muchos párrocos que critican el uso de condones o de implantes anticonceptivos", revela un funcionario gubernamental de Kayanza, una de las provincias más densamente pobladas. "En sus discursos hablan de la bendición de tener muchos hijos y difunden rumores sobre los efectos secundarios de utilizar anticonceptivos".
elmundo.es
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Caos en Burkina Faso por la "eterna" reelección de su dictador
África.El país está sumergido en la violencia. El parlamento fue incendiado por cientos de manifestantes. Se oponen a una reforma constitucional para un nuevo mandato de Blaise Compaoré, en el poder desde hace 27 años.

Burkina Faso se sumergió este jueves en la violencia, con el incendio del Parlamento, entre otros destrozos, y un muerto, forzando al gobierno a anular el voto de una reforma constitucional que permitiría prolongar el mandato del presidente, Blaise Compaoré, tras 27 años en el poder.
Los manifestantes incendiaron el Parlamento en la capital, Uagadugú, donde los diputados debían votar por la mañana la polémica reforma. Un periodista de la AFP vio arder la fachada y varias oficinas, como la del presidente del Congreso, cuyo hemiciclo fue saqueado.
Cientos de personas entraron paralelamente en los locales de la Radiodifusión Televisión de Burkina (RTB), cerca del Congreso, y saquearon material a la vez que causaron destrozos en autos.
Durante los incidentes en la capital, una persona fue hallada muerta con una herida en la sien, a 300 metros del domicilio de François Compaoré, hermano del jefe del Estado, dijo un testigo.
A la vez, centenares de manifestantes eran mantenidos a distancia del palacio de Compaoré por militares de la guardia presidencial que multiplicaban los disparos de advertencia, constató la AFP.
En la segunda ciudad del país, Bobo Dioulasso, la alcaldía y la sede del partido de Compaoré fueron incendiados, señal de que las manifestaciones se están extendiendo más allá de la capital.
Las protestas comenzaron hace dos días, cuando miles de burkineses se manifestaron en Uagadugú al grito de "Veintisiete años es suficiente". Los participantes en la protesta alcanzaron el millón según fuentes de la oposición, aunque la Policía los cifró en "miles".
Los incidentes llevaron al gobierno a anular el voto previsto este jueves de la reforma, que busca revisar el artículo 37 de la ley fundamental. Este cambio permitiría a Compaoré, que debe abandonar el poder en 2015, presentarse de nuevo a las elecciones presidenciales hasta tres veces, y de este modo extender su mandato 15 años más.
El presidente, que llegó al poder en 1987 con un golpe de Estado, acabará el próximo año su segundo quinquenio (2005-2015) tras haber efectuado dos septenios (1992-2005).
Compaoré "sólo se irá como consecuencia de la movilización porque así ocurre con los dictadores y en los regímenes dictatoriales", declaró el presidente del Movimiento burkinés de Derechos Humanos, Chrysogone Zougmoré, al finalizar la manifestación.
El proyecto de reforma constitucional es una "amenaza grave para el país y las libertados democráticas". Su objetivo es el "reinado vitalicio" del actual mandatario, afirmó Zougmoré.
clarin
 
Arriba