Noticias de Libia

Barbanegra

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La ONU y los Veintiocho presionan a Libia con un embargo de crudo
Las presiones y amenazas de sanciones económicas y de embargo en la compra de petróleo se han acrecentado en las últimas horas por parte de la comunidad internacional sobre Libia para que se inicie al fin el diálogo cara a cara entre las dos facciones políticas enfrentadas en el país mediterráneo, clave en la producción mundial de hidrocarburos. La ONU y la Unión Europea han trasladado abiertamente esa advertencia, tras comprobar este pasado fin de semana que las batallas entre las distintas milicias armadas se han recrudecido pero ahora y por primera vez con ataques aéreos entre los dos bandos y en torno los principales puertos petrolíferos.

El nuevo intento de comenzar las primeras conversaciones políticas entre los representantes del Parlamento elegido el pasado 25 de junio, reconocido internacionalmente y asentado en la ciudad costera de Tobruk, con los dirigentes del antiguo congreso en Trípoli, respaldado inesperadamente este octubre por el Tribunal Supremo del país, debía tener lugar este miércoles en la ciudad de Ojalaa, al sureste. Esa cita, auspiciada por el representante especial de la ONU, el español Bernardino León, no se celebrará. El encuentro sí podría organizarse mañana jueves, pero aún no está claro dónde ni en qué condiciones. Portavoces del gobierno autoproclamado en Trípoli han propuesto tras sus reuniones de este martes que se efectuara la cumbre pero en Houn, al sur.

Esa reunión es básica. Internamente, para impulsar en Libia una hoja de ruta en la que las conversaciones políticas sustituyan a las armas, los muertos y las amenazas pero también para la comunidad internacional. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea, reunidos el lunes en Bruselas, fueron informados de nuevo por León de que el proceso está enquistado y de que puede afectar y desestabilizar a los países vecinos, como advirtió este martes la enviada especial a la región del Sahel, Hiroute Gebre Selassie.

El ministro español, José Manuel García Margallo, fue bastante claro a la salida del cónclave. Amenazó con sanciones, embargo petrolífero y con prohibir a los países y compañías internacionales comprar petróleo libio. Varios países europeos están en esa tesis. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, repitió este martes esa advertencia. Margallo estuvo cinco horas hablando este lunes con León y sigue respaldando su intento de cuadrar un diálogo entre los dos bandos políticos en Libia, pero con mucho escepticismo.

Los responsables de la UNSMIL (la misión especial de la ONU) han comprobado que justo cuando estaba a punto de cerrarse la cita, de admitir los dos parlamentos que podrían verse las caras y hablar sin reconocerse mutuamente ninguna legitimidad y hasta de nominar a sus cuatro representantes, estos tres últimos días han saltado de nuevo todas las alarmas con una escalada de la violencia.

La Compañía Nacional de Petróleo (NOC) tuvo que cerrar dos grandes refinerías en el golfo de Sirte, tanto Es Sider (la primera del país) como Ras Lanuf (la tercera), tras los ataques registrados durante el fin de semana, que contabilizaron 17 muertos. Se enfrentaron las milicias de Misrata que tenían tomadas allí posiciones contra las tropas del general Jalifa Hifter, que respalda el gobierno de Tobruk. Las fuerzas de Hifter atacaron con un avión y dos helicópteros. El lunes, las milicias respondieron por primera vez con un contraataque aéreo. Esas centrales petrolíferas, que tienen capacidad para producir 550.000 barriles diarios, quedaron selladas y redujeron la producción del país de casi 800.000 barriles que llegaron a alcanzar en octubre a menos de 200.000 ahora, pero en un momento de clara debilidad en el precio mundial del petróleo.

Los bombardeos también se constataron en la zona fronteriza con Túnez de Ras Jedir, con los partidarios de las milicias de Amanecer Libia y del general Jifter disputándose aún hoy ese enclave. Túnez cerrará de nuevo la frontera con Libia ante esta situación de cara a las elecciones presidenciales del domingo.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/16/actualidad/1418751656_774123.html
 

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Milicias islamistas de Libia se apoderan de una base aérea al sur del país
Las milicias islamistas de Fayer Libia (Amancer de Libia) se han hecho con el control de la base aérea militar de Brak al Chati, en el sur de Libia, informaron hoy a Efe fuentes de seguridad en Trípoli.

Según las fuentes, las milicias islamistas, fieles al gobierno de Trípoli, sitiaron ayer la base aérea situada a unos 700 kilómetros al sur de Trípoli y lograron imponer su control sobre ella sin causar vícitmas.

Fuentes de Fayer Libia dijeron a Efe que se hicieron con el control de esta base por temor a que sea "capturada por extremistas (islamistas radicales) o por las tropas de Jalifa Hafter", en alusión al general sublevado contra el gobierno de Trípoli y contra las distintas milicias islamistas.

Las milicias de Fayer Libia y las divisiones militares aliadas a Hafter están protagonizando desde hace meses combates sin tregua en varias regiones del país.

La crisis de Libia se remonta a la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi en 2011, y desde entonces no se ha conseguido restablecer el orden y la seguridad en el país.

En Libia actualmente hay dos gobiernos y dos parlamentos, en Trípoli y Tobruk, que compiten por el poder, además de diferentes milicias rivales que intentan imponer por la fuerza su voluntad sobre el terreno.

EFE
 

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Al menos 8 periodistas muertos en Libia este año, según Centro libio
Al menos ocho periodistas fueron asesinados en lo que va de 2014 en Libia, en medio de un caos político y de seguridad, según datos presentados hoy por el Centro Libio de Libertad de Prensa, que registró 126 agresiones en total.

El presidente de este centro, Mohamed Nayem, que presentó hoy los resultados de un estudio con datos no exhaustivos, dijo que estas cifras suponen el doble de las agresiones cometidas contra los periodistas e instituciones mediáticas libios el año pasado.

Nayem subrayó que este año el centro ha registrado 8 asesinatos, 17 intentos de asesinato o amenazas de muerte y 8 casos de secuestros y torturas, aunque dio a entender que hay más casos de todos ellos.

Además de éstos, el centro constató que 13 periodistas fueron maltratados u obstaculizados en el ejercicio de su trabajo, entre ellos el corresponsal libio de la agencia EFE, que fue objeto en tres ocasiones de un intento de agresión.

La mayoría de agresiones o asesinatos se cometieron en la localidad oriental de Bengasi, que según Nayem es “la peor ciudad y la más peligrosa para los periodistas debido a la intensidad de la violencia”, lo que llevó a decenas de informadores a abandonarla y al cierre de al menos 13 instituciones mediáticas, agregó.

“Desgraciadamente, calificamos 2014 como el peor año en términos absolutos para la prensa desde la revolución de febrero de 2011 (…). Es un asunto muy grave que demuestra la falta de libertad de prensa y expresión en el país”, advirtió Nayem.

El presidente del Centro libio añadió que su organismo está trabajando sobre un proyecto para documentar en un informe anual todas las acciones violentas cometidas en 2013 contra los periodistas libios y las diferentes instituciones de prensa.

Nayem apeló a los reporteros a respetar los códigos deontológicos de la profesión, a no alinearse con ninguna de las partes en conflicto, ni hacer propaganda política, ni instigar a las facciones enfrentadas.

La crisis de Libia se remonta a la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi en 2011, y desde entonces no se ha conseguido restablecer el orden y la seguridad en el país.

EFE
 

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Cinco países de Sahel piden una fuerza internacional de intervención en Libia
Cinco países del Sahel (Mauritania, Mali, Níger, Chad y Burkina Faso) han pedido al Consejo de Seguridad de la ONU la formación de una "fuerza internacional de intervención" en Libia ante el estado de caos que vive el país.

La petición oficial ha sido formulada también a la Unión Africana, según reveló anoche en rueda de prensa en Nuakchot el presidente mauritano, Mohamed uld Abdel Aziz, tras una cumbre entre los jefes de estado de los cinco países sahelianos, varios de ellos fronterizos con Libia.

Estos países argumentan que esa fuerza internacional debería servir para "proteger las instituciones y el pueblo libio", explicó Aziz, sin dar más detalles sobre su eventual tamaño o composición.

Sin embargo, sí aseguró que "los responsables libios están de acuerdo" con esa intervención internacional, aunque no precisó si se refería a las autoridades de Trípoli o las de Tobruk (extremo este del país), salidas de las elecciones del pasado julio.

En este momento hay dos gobiernos y dos parlamentos paralelos, uno en cada ciudad, sostenidos a su vez por milicias diferentes: a las instituciones de Trípoli las apoyan las milicias islamistas (moderadas) de Fayr Libia, y a las de Tobruk las del general sublevado Jalifa Hafter, pero además de ellas hay decenas de grupos armados cuya lealtad es cambiante.

http://www.eldiario.es/politica/Sahel-fuerza-internacional-intervencion-Libia_0_337016411.html
 

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Libia señala que en dos años podría convertirse en "la próxima Siria"
El ministro de Asuntos Exteriores de Libia, Mohamed Dayri, ha pedido ayuda a la comunidad internacional para hacer frente a la crisis política que atraviesa el país y ha advertido de que, de seguir así, el país corre riesgo de convertirse en "la próxima Siria" en un plazo de dos años.

"Si no hacemos lo correcto ahora, en un plazo de dos años podemos tener --esperemos que no-- una repetición de lo que ha sucedido en Siria en 2014 al no reaccionar la comunidad internacional de forma correcta", ha afirmado Dayri este martes en una entrevista a Reuters.

Libia vive su peor crisis de seguridad desde la caída del Gobierno de Muamar Gadafi, el 20 de octubre de 2011. Actualmente tiene dos gobiernos y dos parlamentos, aunque solamente unos reconocidos por la comunidad internacional, y distintos grupos armados con apoyo de uno u otro bando luchan por el control de Trípoli y Benghazi.

Dayri forma parte del Gobierno reconocido por la comunidad internacional y ha incidido en la dificultad a la que se enfrenta su Ejecutivo al sufrir ataques por parte de la coalición islamista Amanecer Libio,m que se hizo con el control de Trípoli en agosto.

Amenaza de terrorismo
Además, el ministro ha subrayado en que varios de estos ataques contra instalaciones petroleras han sido perpetrados por miembros de Ansar al Sharia, considerada organización terrorista por Estados Unidos y la responsable del ataque conra la embajada estadounidense de Benghazi en 2012.

En este sentido, el responsable de la diplomacia libia ha reconocido sentirse "preocupado" por el hecho de que la situación del país no se encuentre entre las principales preocupaciones en la política exterior del gobierno estadounidense, liderado por Barack Obama.

Por ello, Dairy ha indicado que durante su intervención ante Naciones Unidas y durante su reunión con autoridades estadounidenses ha incidido en la necesidad de la atención de la comunidad internacional para hacer frente a las "crecientes amenazas de terrorismo internacional en Libia.

Conversaciones de paz
Estas declaraciones han tenido lugar el mismo día en el que el enviado especial de Naciones Unidas a Libia, Bernardino León, ha informado al Consejo de Seguridad de que las facciones libias han llegado a "un principio de acuerdo" para celebrar una nueva ronda de conversaciones con el inicio de 2015.

Al parecer, el enviado especial habría apuntado a "tres aspectos clave para la 'hoja de ruta': estabilizar Libia mediante un alto el fuego, crear un Gobierno de unidad nacional y redactar una nueva Constitución".

Naciones Unidas tenía previsto que la segunda ronda de negociaciones entre las facciones libias tuviera lugar la semana pasada, pero finalmente se pospuso debido a los continuos enfrentamientos sobre el terreno.

http://www.eleconomista.es/africa/n...rse-en-la-proxima-Siria.html#.Kku8A5Tl7OAB4G1
 

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París teme la conexión del EI con los yihadistas del Sahel, primero en Libia
Francia considera que el principal riesgo de la amenaza terrorista es que se produzca una conexión entre el "ejército" que ha conseguido formar el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria y los grupos yihadistas del Sahel, lo que podría producirse en Libia.

Este es el análisis del ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que en una entrevista publicada hoy por "Le Journal du Dimanche" advierte de que "el sur de Libia se ha convertido en una plataforma terrorista y que habrá problemas en ese país.

Por eso Le Drian considera que en 2015 la Unión Africana, la ONU y los países vecinos tendrán que abordar ese problema "candente de seguridad".

Preguntado por la posibilidad de bombardear a los terroristas en Libia, el ministro francés puntualiza que "es estéril" hacerlo "sin solución de salida política", y recordó que Libia es un país independiente, pero que Francia también vigila el establecimiento de lazos entre los yihadistas allí y los del grupo Boko Haram de Nigeria.

En ese sentido, recuerda que París tomó la iniciativa para ayudar a Nigeria, Camerún, Chad y Níger para dotarse de medios de respuesta frente a Boko Haram, cuyo líder ha proclamado el "califato" en toda esa región, imitando a EI.

"Lo que tememos es una fusión de movimientos que hasta ahora se enfrentaban: lo que hemos combatido en el Sahel, salidos de Al Qaida, y los que se han agrupado desde junio bajo el califato de Daech", el nombre en árabe del EI.

Le Drian se muestra satisfecho de la operación militar Barkhane que su país dirige en el Sahel, "que asocia a todos los países de la zona" y durante la que "se ha matado a 200 yihadistas, de los cuales una docena de dirigentes".

El titular francés de Defensa justifica su negativa a extender la acción de los cazas de Irak a Siria en que "la situación política no es la misma en los dos países".

"No queremos asumir el riesgo de apoyar a Bachar el Asad (el presidente sirio), ni siquiera indirectamente, pero seguimos entregando armas y continuamos formando a la oposición no yihadista para conseguir algún día una solución política", indica Le Drian.

EFE
 

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Combates en Libia destruyen dos días de producción de petróleo en el país
Un incendio provocado por enfrentamientos en el puerto libio de Es Sider destruyó más de dos días de la producción de petróleo del país, dijeron el domingo funcionarios, mientras aumentaban los choques entre las facciones que luchan por el control de la nación perteneciente a la OPEP.

Un misil impactó un tanque de almacenamiento en Es Sider durante los combates entre las fuerzas aliadas a dos distintos gobiernos y el incendio posterior destruyó 800.000 barriles de crudo, dijo el domingo la petrolera estatal National Oil Corp (NOC).

En una aparente respuesta al ataque en Es Sider, fuerzas leales al Gobierno libio reconocido internacionalmente -que ahora opera en el este tras ser obligado a abandonar Trípoli en el verano boreal- lanzaron el domingo ataques aéreos sobre objetivos en la ciudad occidental de Misrata.

Ese fue el primer ataque de ese tipo sobre una ciudad aliada a la milicia que tomó Trípoli, y cuyas fuerzas han estado intentando hacerse de puertos petroleros en el este en manos del Gobierno reconocido, dijeron funcionarios y residentes de la zona.

Libia ha estado envuelta en una lucha entre dos bandos, cada uno con su propio Gobierno y Parlamento y ansiosos de asegurar una porción de las mayores reservas de petróleo de África.

Un portavoz de NOC dijo que tres tanques de almacenamiento de petróleo en Es Sider aún estaban en llamas el domingo, mientras que bomberos pudieron controlar el incendio en otros tres tanques.

La producción total de crudo de Libia permanece en los 385.000 barriles por día, agregó la entidad, mientras que las exportaciones de gas natural desde el emprendimiento conjunto de Mellitah han caído a cerca de un 60 por ciento de su capacidad.

National Oil Corp se asoció con la italiana ENI en el emprendimiento conjunto de Mellitah.

REUTERS
 

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Al menos 17 muertos en un ataque a un puesto de control en Libia
El ataque de un grupo de hombres armados a un puesto de control cerca de la ciudad de Sukna, en el oeste de Libia, se saldó el viernes con la muerte de 17 personas, entre ellas tres civiles, informó este sábado la agencia Xinhua citando una fuente militar.

Además, los atacantes se apoderaron de tres vehículos militares.

De momento, ningún grupo ha asumido la autoría de la agresión.

La semana pasada los extremistas pertenecientes a la coalición Amanecer de Libia atacaron una base militar que protegía una de las centrales eléctricas de la ciudad de Sirte matando a 19 efectivos.

Desde la intervención militar de la OTAN que resultó en el derrocamiento y muerte de Muamar Gadafi, Libia ha estado sumida en la violencia y la inestabilidad política. Las fuerzas liberales se oponen a los representantes de partidos islámicos, apoyados por insurgentes.

Las fuerzas gubernamentales comenzaron el pasado 16 de mayo una campaña militar contra los grupos islamistas denominada 'Operación Dignidad'.

En respuesta, los grupos extremistas como Ansar al-Sharia, Al Qaeda y los Hermanos Musulmanes formaron la coalición Amanecer de Libia y lanzaron una contraofensiva. Últimamente sus integrantes comenzaron a coordinar sus acciones con el Estado Islámico.

http://mundo.sputniknews.com/africa/20150103/1033023293.html
 

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Fuerza Aérea de Libia bombardeó buque petrolero de Grecia
La Fuerza Aérea de Libia informó que sus aviones bombardearon un buque petrolero de Grecia en el puerto oriental de Derna.

Según la Guarda Costera griega, dos tripulantes de la embarcación, un griego y un filipino, murieron en el ataque del domingo.

Un portavoz militar libio dijo que se le había advertido al buque no atracar sin permiso. Aseguró que el petrolero transportaba combatientes islamistas hacia Libia.

La empresa naviera dijo que no se había producido derrame de petróleo de la embarcación.

Entretanto, la Liga Árabe sostendrá una reunión de emergencia para discutir cómo terminar con meses de enfrentamientos que han costado la vida de cientos de personas en Libia.

http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2015/01/150105_ultnot_libia_barco_griego_ataque_wbm
 

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'Misrata es la ciudad que más armas tiene, pero es la más estable'
Cuando aviones de la OTAN bombardearon en Libia objetivos militares de Gadafi, los incendios provocados arrasaron cientos de artículos de armería. Algunos de los esqueletos de aquellos fusiles turcos, chinos y rusos han ido a parar, tres años después, al garaje donde Ahmed (nombre ficticio) juega a encajarlos de nuevo. Es su 'hobby': pule el metal chamuscado, desatasca los cañones y sustituye lo que fueron embellecedores de madera, tuneándolos a gusto del consumidor. "La gente los trae para que los arreglemos".

La chatarra militar en Misrata ha tomado entidad más allá de los amasijos de acero que se ven por alguna cuneta. Igual que en el garaje de Ahmed, a las puertas de llamado Museo de la Guerra, o de los Mártires, se amontonan los restos inservibles de los tanques que mantuvieron la ciudad bajo asedio durante tres meses. Hasta un barco, con el óxido subiendo por el casco como un tatuaje, luce entre el escaparate de acorazados y municiones expuestos a los viandantes en plena calle Trípoli.

Un millar de muertos en el asedio
Más de 1.000 personas murieron durante los tres meses de asedio a los que las tropas de Gadafi sometieron a la ciudad entre marzo y mayo de 2011. En noviembre de 2013, milicias de la ciudad ya protagonizaron los primeros enfrentamientos fuertes contra brigadas de Zintán por el aeropuerto internacional de Trípoli. Más de 40 manifestantes murieron. Ambas fuerzas volvieron a enfrentarse en agosto de este año, dando lugar a la guerra que acosa desde verano los alrededores de la capital.

"Misrata es la ciudad que más gente perdió durante la guerra (de 2011)", señala Mohamad el Tumi, miembro del Consejo Municipal de la ciudad, cuyos tentáculos se extienden más allá de la gestión local, "es la clave que nos ha hecho empezar a construir nuestra ciudad y nuestro país".

Hoy, las fuerzas misratíes constituyen la espina dorsal de Fayer Libia, la coalición paramilitar sobre la que se sustenta el "Gobierno de Salvación Nacional", con sede en Trípoli y no reconocido por la comunidad internacional. Sus milicianos, los mismos 'héroes' de la revolución que tumbó a Muammar Gadafi, son ahora protagonistas de los enfrentamientos que han pintado en Libia, de nuevo, un escenario guerracivilista.

No les ha salido barato. La violencia entre fuerzas afines a Trípoli y Misrata y los leales al Parlamento de Tobruk y al general rebelde Jalifa Haftar han llegado a la ciudad. "Misrata es la ciudad que más armas tiene, pero es la más estable", reconocía El Tumi, también secretario del Círculo de Empresarios en la ciudad. La racha que había permitido despegar a la ciudad, que aspira a exportar su modelo económico ajeno al petróleo a todo el país, se ha acabado con dos ataques aéreos en menos de una semana. Jets del ejército nacional comandados por Haftar han bombardeado por primera vez desde 2011 el aeropuerto de Misrata, el único que opera vuelos internacionales de forma regular en el país, y el complejo metalúrgico que constituye una de las principales instalaciones industriales del país.

Escalada entre ambos bandos
La ofensiva se enmarca en una nueva escalada de ataques entre ambos bandos que se ha extendido por todo el Golfo de Bengasi, desde la ciudad oriental hasta Sirte, donde se ubican algunos de los más importantes puertos de petróleo, y constituye una respuesta directa a las embestidas que los milicianos misratíes han perpetrado en las últimas semanas contra las instalaciones petrolíferas de Es Sider, Ras Lanuf y Brega.

"Tenemos contacto (con las milicias de Misrata)", confirma El Tumi, "lo que aportamos como ayuntamiento es algo de logística: ropa, comida...". "Somos una institución civil", apostilla, "tenemos reuniones y si hay alguna decisión importante nos consultan: '¿Queremos ir o nos detenemos? Al fin y al cabo, son nuestras fuerzas".

El panorama que ahora se dibuja deja intuir una nueva fase de guerra total, según El Tumi. "Podrían cambiar las cosas (si nos atacan) y llevar nuestras fuerzas al este contra Haftar", remata el concejal, "nosotros usamos nuestra fuerza cuando creemos que debe ser usada, para detener cualquier división del país; (...) pero nunca, nunca, llegaremos tan lejos como si quisiéramos ser los líderes".

El fantasma de la amenaza 'yihadista'
Libia se sume en un estado de guerra total, con combates concentrados en torno a Sirte y el Golfo de Bengasi, mientras se acentúa la amenaza 'yihadista'.

La detención de una veintena de obreros coptos en Sirte -ayer fueron liberados 12 de ellos- ha hecho saltar las alarmas. Diversas fuentes apuntan como responsables a milicianos de Ansar al Sharia, señalado como grupo terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y aliados del 'Gobierno de Salvación Nacional' en Trípoli, según 'Libya Herald'.

Trabajadores egipcios sin papeles, cristianos coptos o musulmanes, son a menudo objeto de detenciones arbitrarias por su condición de 'ilegales'. En 2014, sin embargo, se han registrado varios ataques contra coptos que hacen temer el inicio de una campaña de ataques sectarios perpetrados por elementos islamistas radicales.

El secuestro del petróleo libio
Naciones Unidas ha contestado esta semana al bloqueo de las conversaciones entre ambos bandos con la amenaza de imponer nuevas sanciones sobre el petróleo nacional. La medida sigue a la ofensiva liderada por las tropas de Fayer Libia en torno a las instalaciones petrolíferas de Es Sider y Ras Lanuf, con una capacidad de producción de unos 300.000 barriles diarios. El 'Gobierno de Salvación Nacional', acusado de bombardear ambas localizaciones, ha negado cualquier intervención aérea y se ha desquitado so pretexto de "levantar el sitio al que han sido sometidos los puertos por parte de grupos criminales", según ha respondido un portavoz militar en referencia a la milicia liderada por Ibrahim Yadran, cuyo bloqueo entre 2013 y 2014 hizo perder al país unos 35.000 millones de dólares en menos de un año.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/06/54aaa75022601dc4148b4578.html
 

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Los yihadistas afirman haber matado a dos periodistas de Túnez en Libia
La filial del Estado Islámico en Libia emitió este jueves un comunicado en el que informa del asesinato de Sofiene Chourabi y Nadhir Ktari, dos periodistas tunecinos secuestrados el pasado mes de septiembre, “en aplicación de la ley de Alá”. La noticia, que no ha podido ser verificada, llega tan solo un día después del brutal atentado en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo, que fue acogido con satisfacción por miembros y seguidores del EI en las redes sociales.

El comunicado que informa de la decapitación de los dos reporteros está firmado por el “servicio de comunicación de la provincia de Barqa”, en referencia al antiguo nombre de la provincia oriental de Libia, en la que se cree que el EI ha instalado su base de operaciones en ese país. El documento justifica la acción por el hecho de que los dos periodistas trabajaban “para un canal por satélite que insulta la religión”. Junto al texto, reproducido en varias webs yihadistas, se incluye una foto de los dos reporteros junto a un hombre armado con la cara cubierta.

Paradero desconocido
Chourabi, un informador y bloguero que se mostró especialmente activo durante la revolución de 2011, y Ktari, un fotógrafo, desaparecieron el pasado 8 de septiembre en la región de Ajdabiya, en el este de Libia.

El incidente ocurrió poco después de que la pareja de reporteros fuese detenida durante unas horas por parte de una milicia en la ciudad de Brega. Desde entonces no se ha tenido noticia de su paradero. Libia se sumergió en el caos después de la guerra civil de 2011 que provocó la caída del régimen del dictador Muamar Gadafi, y en la que participó la OTAN. Desde entonces, el país se ha convertido en una especie de reino de taifas controlado por decenas de milicias y sin que el Estado pueda imponer su ley. Además, desde el pasado verano existen dos Parlamentos y dos Gobiernos.

La ONU, representada en Libia por el diplomático español Bernardino León, ha intentado buscar una salida negociada al conflicto. Sin embargo, sus esfuerzos han resultado hasta el momento infructuosos, pues las sesiones de diálogo entre las partes se han aplazado en diversas ocasiones. León se reunió ayer con el general Jalifa Haftar, quien la pasada primavera lanzó una cruzada contra las milicias islamistas en el este del país.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/08/actualidad/1420751759_859685.html
 

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Una filial libia del IS secuestra a 21 cristianos egipcios en Sirte
Una filial libia del autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) ha reivindicado este lunes el secuestro de 21 cristianos egipcios, que trabajaban en la ciudad oriental de Sirte, controlada por milicias islamistas, y permanecían desaparecidos desde hace varias semanas.

"Urgente. Soldados del Estado Islámico capturaron a 21 cristianos cruzados", explica un breve comunicado publicado por la "Provincia de Trípoli", un grupo yihadista libio que ha jurado lealtad al IS y su califa Abu Bakr al Bagdadi, que administra amplias zonas de Siria e Irak.

La nota -localizada por la página web 'Site', que rastrea las comunicaciones de los movimientos yihadistas- incluye tres fotografías de los raptados pero no cita ninguna demanda para su liberación. Los 21 hombres serían de nacionalidad egipcia y habrían caído en manos de los yihadistas en sendos sucesos acaecidos en las últimas semanas. Como decenas de miles de egipcios, trabajaban en la turbulenta Libia, la mayoría en el sector de la construcción.

Las autoridades egipcias han confirmado que 20 nacionales se hallan secuestrados en la vecina Libia, testigo desde hace meses de las violentas escaramuzas de milicias rivales que se disputan el control del país. El primer incidente tuvo lugar el 27 de diciembre cuando siete cristianos coptos -seguidores de la Iglesia Ortodoxa Copta, que representa al 10 por ciento de la población egipcia- fueron detenidos en un puesto de control islamista tratando de abandonar la ciudad de Sirte.

El 3 de enero, una semana más tarde, la comunidad copta volvió a sufrir un ataque. Según el diario estatal egipcio 'Al Ahram', 13 trabajadores cristianos egipcios fueron secuestrados en un complejo residencial de Sirte. En plena madrugada un grupo de hombres armados y encapuchados asaltó el lugar y obligó a los residentes a identificarse. Cuando localizaron a los cristianos, los esposaron y capturaron.

En Trípoli, Bengasi o Sirte -zonas controladas por milicias islamistas que no reconocen al primer ministro, Abdalá al Zani, respaldado por la comunidad internacional y refugiado en la ciudad oriental de Tobruk- las acometidas contra los cristianos han aumentado en los últimos meses. A principios de diciembre una familia copta fue hallada muerta en Sirte. La hija del matrimonio fue secuestrada. Su cadáver fue encontrado poco después. Entre las milicias que controlan Sirte figura Ansar al Sharia, incluida el mes pasado en la lista de organizaciones terroristas de la ONU.

Precisamente el sábado la misión de la ONU en Libia (UNSMIL) anunció la celebración de una nueva ronda de diálogo entre las facciones rivales en la sede de Naciones Unidas en Ginebra. El representante Especial para Libia de la ONU, el español Bernardino León, trata de impulsar el establecimiento de un "gabinete de unión nacional que goce de amplio apoyo" y sea el encargado de redactar una nueva constitución.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/12/54b41bd8ca4741b0268b4574.html
 
Llegan desde Irak y Siria gente de Daech/EI para ayudar al control de la producción petrolera en Libia, habrán desahuciado al califato en el Levante?


Libia sigue inmersa en una guerra civil en gran parte del territorio y se suman los jihadistas de Daech/EI para controlar la producción petrolera

Confrontadas a la ofensiva del ejército libio, aliada a las fuerzas del general Khalifa Haftar, apoyadas por Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, las milicias islamistas libias, cuya estrategia está orientada en la defensa de las ciudades que controlan y en las grandes rutas generales, se pusieron en movimiento.
En el curso de los últimos quince días, movimientos como Ansar el-Islam, Jound el-Islam, y otros grupos que habían jurado fidelidad al Estado Islámico se aliaron a las milicias de Misrata, con el fin de extender su control sobre la región llamada la “medialuna petrolera”, que comprende las terminales de Sidra, Ras Lanuf y Brega, las más importantes del país, hasta el puerto de Zuitina, más al este, que se extiende sobre 180 km y asegura el 65 % del crudo libio. Lo que privaría a las autoridades libias reconocidas por la comunidad internacional de una gran parte de las rentas del petróleo.
Las diferentes milicias islamistas consideran que el control de estas zonas petroleras les aseguraría una cierta impunidad, porque las consideran como un santuario, al amparo de cualquier bombardeo aéreo por parte del ejército libio como de los occidentales. En ningún caso querrían tomar el riesgo de destruir las infraestructuras de los sitios petroleros.
El último mes, las milicias lanzaron un asalto para tomar el control de la terminal de Sidra, defendida por las fuerzas gubernamentales, y el 25 de diciembre, un cohete lanzado sobre uno de 19 depósitos de la terminal provocó un incendio enorme, cuyos daños se elevarían a más de 300 millones de dólares.
Desde hace unas semanas, las informaciones hacen referencia a la llegada al puerto de Misrata de grupos armados ligados al Estado Islámico procedentes de Siria y de Irak, a través de Turquía, con la perspectiva de una conquista de las instalaciones petroleras. Hombres que particularmente tendráin el conocimiento sobre la explotación de las refinerías.
Para remarcar, por otra parte, la constitución de una rama del Estado Islámico en Benghazi, al mando de Mohammed al-Dorsi, que había sido liberado en abril de 2014 a cambio del embajador de Jordania en Libia, Fawaz Al-Itan. Esto ocurre unos días después del anuncio de la constitución de la rama del Estado Islámico en Sirte, donde ya está instalado Ansar al-Charia.
Sin embargo, la diplomacia norteamericana se habría inquietado por esta estrategia de alianza entre islamistas "moderados" y jihadistas, y la embajadora de Estados Unidos, Deborah Jones, habría protestado contra las milicias de Misrata para que tomen distancia con los otros grupos. Todos estos sucesos empujaron a la Liga Árabe a pedir una reunión en El Cairo.
Por su parte, los 200 soldados franceses estacionados en el fuerte Madama (Níger), a una centena de kilómetros de la frontera libia, están en estado de alerta.


http://analisis-global.blogspot.com.ar/2015/01/libia-sigue-inmersa-en-una-guerra-civil.html?spref=tw

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Una explosión junto a la embajada argelina en Libia no deja víctimas
Una explosión junto a la embajada argelina en la capital libia, Trípoli, ha dañado algunos vehículos aunque no ha dejado víctimas, según dijeron el sábado residentes y testigos.

Argelia y la mayoría de los demás países evacuaron a sus diplomáticos en verano durante la lucha entre facciones rivales que está teniendo lugar por el control del país norteafricano, y que comenzó tres años después de la caída de Muammar Gaddafi.

También hubo explosiones en noviembre junto a las embajadas de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos en Trípoli, una ciudad que desde el verano ha permanecido en manos de una facción llamada Amanecer Libio.

REUTERS
 

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Misrata da la batalla por Libia
Tres violentas explosiones interrumpen a Mohamed Sawan. El líder de los Hermanos Musulmanes no termina su frase sobre la feroz lucha por el poder que divide Libia en dos bandos irreconciliables. Su asistente sale corriendo y vuelve tras unos minutos con gesto preocupado: la aviación del general Jalifa Heftar acaba de bombardear la ciudad; un MiG de fabricación rusa ha atacado el aeropuerto, el puerto y la planta siderúrgica, la mayor de África. Parece que no hay víctimas.

La guerra se asoma de nuevo a Misrata. La “ciudad mártir” que desafió a Muamar el Gadafi en 2011 y fue sometida durante tres meses a un brutal asedio que dejó 1.500 muertos, vuelve a estar en el epicentro de un conflicto que estalló hace seis meses y divide el país en dos partes, cada una con su Gobierno, su Parlamento y su Ejército. Al oeste, el primer ministro Omar al Hassi y el Congreso General Nacional, ambos en Trípoli, la capital. Al este, la Cámara de Representantes y el Gobierno de Abdulá al Thinni, asentados respectivamente en las ciudades de Tobruk y Al Baida, bajo la protección del general Heftar.

Más de mil kilómetros separan las sedes políticas de los dos bandos, que se disputan también los yacimientos de petróleo del inmenso sur desértico. Allí, en esa tierra de nadie, se han replegado organizaciones yihadistas vinculadas a Al Qaeda o el Estado Islámico, lo que ha desatado las alarmas en las capitales europeas. Ante la amenaza terrorista, la comunidad internacional ha optado por el Gobierno de Al Thinni y la Cámara de Tobruk, por considerarlos más solventes. Sin embargo, una sentencia de la Corte Suprema de Libia los ha invalidado posteriormente y legitima implícitamente el Gobierno de Trípoli.

En este contexto, la Unión Europea bendijo ayer la vía de diálogo abierta entre las distintas facciones en un encuentro en Génova con la mediación de la Minsul (la misión de Naciones Unidas en Libia) para intentar diseñar un Gobierno de unidad nacional. Las conversaciones se espera que continúen la semana próxima y que relajen los enfrentamientos. Es la única señal esperanzadora en un cuadro de continua degradación.

En medio del caos político y jurídico que se ha apoderado de Libia tras la revolución de 2011 y la caída del régimen del coronel Gadafi, Misrata es la única ciudad del país que mantiene una sorprendente normalidad. El suministro de agua y de electricidad sufre pocas interrupciones, el puerto es el más concurrido de Libia, aunque ha perdido parte de su tráfico; la planta siderúrgica y la fábrica ultramoderna de lácteos funcionan a buen ritmo, el comercio se ha levantado con la reconstrucción de los locales destruidos por los bombardeos de Gadafi, y el aeropuerto se mantuvo abierto hasta el 6 de enero, cuando Turkish Airlines interrumpió sus vuelos por los ataques aéreos.

Misrata es sin duda el lugar más seguro de Libia, y también el más próspero pese a la guerra. A falta de tarjetas de crédito, que nunca han sido muy populares por aquí, la gente va por la calle con fajos de billetes y los deja en la guantera del coche, como un paquete de kleenex. Las joyerías repletas de oro, agrupadas en un barrio céntrico, mantienen sus puertas abiertas sin vigilancia. “Nunca hemos tenido un asalto”, se ríe Hassan, mientras pesa a la vista del público fajos de 10.000 dólares en una balanza digital. “100 billetes de 100 dólares dan 101 o 102 gramos. Los contamos una vez y, después, los pesamos para confirmar”. El negocio no va mal a pesar de la situación. “Claro”, reconoce, “si los jóvenes no estuvieran en los frentes de guerra, tendríamos más bodas y por tanto más ventas”.

Hoy Misrata es la ciudad que más tropas suministra a Fajr Libia (Amanecer de Libia), la coalición de milicias que lucha contra el ejército de Jalifa Heftar, un general retirado de 71 años que estuvo con Gadafi, se exilió a Estados Unidos, volvió a su país para participar en la revolución y ahora se presenta como salvador de la patria con su Operación Dignidad. Misrata es el enclave mejor defendido, sus baterías antiaéreas mantienen a raya a los aviones que la sobrevuelan todos los días, pero es también uno de los que más bajas ha sufrido en los frentes.

Ya van más de 200 muertos desde el inicio de los combates, en julio. La ciudad vive al ritmo de los funerales organizados al aire libre, en una calle céntrica para que todos puedan acudir. Hoy han llegado los restos mortales de Tareq Shanina. Este albañil, al mando en una brigada de voluntarios, fue alcanzado por un bombardeo aéreo en las afueras del puerto petrolero de Es Sider, a 430 kilómetros al este de Misrata. Su cadáver cubierto por la bandera libia reposa en una caja de madera abierta sobre el asfalto. Mientras el imán recuerda la entrega de este padre de cinco hijos por defender la ciudad y la revolución, cientos de hombres de pie guardan silencio.

Al terminar la oración, los amigos de la familia cargan la caja al hombro y se dirigen en procesión hacia uno de los cementerios que cada tribu mantiene en su barrio. Luego, todos irán a presentar sus condolencias a la familia, que ha montado una carpa y alquilado mesas y sillas de plástico para servir té y pasteles.

A diferencia de lo ocurrido en la revolución de 2011, cuando la protección aérea y naval de la OTAN impidió que Gadafi acabara con la población, Misrata no goza ya de la simpatía de la prensa internacional y de los Gobiernos occidentales que tanto alabaron su resistencia ejemplar. Esta urbe laboriosa de medio millón de habitantes —casi el doble actualmente con los refugiados de la guerra civil—, que ha desarrollado una industria moderna y sofisticadas redes internacionales de comercio, es ahora señalada como una aliada del terrorismo yihadista a las puertas de Europa.

La clase política y el pujante sector comercial de Misrata no entienden por qué se les percibe desde fuera como la nueva capital del islamismo radical. “Los países occidentales les tienen mucho miedo a los islamistas, y nuestros adversarios, que han desarrollado estrechas relaciones con Europa —curiosamente, también con Egipto y Arabia Saudí—, les dicen que somos extremistas y nos convierten en el enemigo”, lamenta el diputado independiente Fathi Bashagha, que se ha implicado en la búsqueda de una salida negociada a un conflicto que está destruyendo las infraestructuras del país, uno de los mayores productores de petróleo del mundo.

Su compañero Abdurrahman Swehli se indigna cuando se les vincula a los islamistas. “Nada más lejos de la realidad”, clama el diputado, herido de bala en una pierna cuando una milicia ligada al general Heftar intentó disolver el Parlamento en Trípoli. Fue en mayo pasado, al inicio de la Operación Dignidad, que muchos en Libia comparan con el golpe, casi un año antes, del general Abdelfatá al Sisi en Egipto. “Al Sisi y Heftar se han aliado para destruir nuestra revolución y acabar con la primavera árabe”, asegura el influyente legislador de Unión por la Patria, un partido con mucha presencia en Misrata.

Según el nieto de Ramadán Swehli, que lideró la guerra contra la metrópoli italiana y fundó una república autónoma en Misrata en 1918, la revolución libia tiene un defecto de origen que le impide consolidarse. “Nuestra revolución ha sido dirigida desde el inicio por renegados del régimen de Gadafi. Ellos sólo querían reformar algunas cosas; nosotros queríamos cambiar todo y crear una nueva Libia. Por eso aprobamos en 2013 Ley de Aislamiento, que prohíbe que por diez años participe en política cualquiera que ocupase un cargo con Gadafi”.

Esta medida ha sido muy criticada dentro y, sobre todo, fuera de Libia porque afecta a personalidades muy cercanas a los Gobiernos occidentales y supuestamente indispensables para llevar la transición a buen puerto. “La comunidad internacional se opone a la ley porque la estabilidad política es su prioridad absoluta en Libia”, se queja Swehli.

El diputado de Misrata, que ha vivido 15 años en Londres, se describe como un “hombre moderado”, como la mayoría de la población de esta ciudad. “Aquí estamos en contra de los islamistas, que quieren un sistema político similar al de Arabia Saudí. Nosotros queremos escoger nuestros gobernantes a través de elecciones libres”.

Los misratíes son en general conservadores y muy practicantes, pero los predicadores violentos no son bienvenidos, y tampoco los militantes de organizaciones radicales como Ansar al Sharía. “Hemos detenido a un pequeño grupo de gente que iba por la calle con las banderas negras de Ansar al Sharía”, recalca el alcalde, Mohamed Eshtwi. “Cuando asumí mis funciones en agosto, dije que no toleraríamos la presencia de esa gente peligrosa en la ciudad, y he pedido a nuestro Gobierno, en Trípoli, que desmantele ese grupo en todo el país”.

La petición del alcalde no ha sido atendida hasta ahora por las autoridades de Trípoli y su coalición de milicias, Fajr Libia. “Es una cuestión de prioridad: tenemos que vencer primero a Heftar y luego deshacernos de la gente de Ansar al Sharía”, explica Hisham Dow, director del canal privado Misrata TV y excombatiente en la guerra contra Gadafi.

“Combatimos el mismo enemigo pero no somos aliados”, matiza Fathi Bashagha. “Pasó algo similar en la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban contra Hitler, y luego fueron enemigos acérrimos”. Además, según este diputado, se ha exagerado el peligro porque Ansar al Sharía no tiene más de 200 o 300 combatientes, que han sido duramente golpeados en Bengasi por la aviación de Heftar y estarían a punto de replegarse hacia Derna, una ciudad portuaria en el este. “Derna sí es un problema porque está controlada por extremistas, pero eso es un asunto que resolveremos más adelante”, agrega.

Los misratíes son muy pragmáticos, tanto para los negocios, que se les dan muy bien, como para la guerra. Hace tiempo ejercían el liderazgo económico del país, ahora han asumido además el poder militar y político. El mando de Fajr Libia y la mayoría de los combatientes son originarios de Misrata —unos 15.000 milicianos, según un responsable local— pero no pueden estar en todos los frentes en un territorio cuatro veces más grande que España, con una población de apenas 6 millones de habitantes. Se han quedado con lo más importante en términos estratégicos: la capital, el petróleo y las fronteras. En cambio, no se han acercado a Bengasi, donde no se los aprecia demasiado. Allí, en la segunda ciudad del país, convertida hoy en campo de batalla, las tropas del general Heftar luchan contra una coalición de brigadas locales, el Consejo de la Shura, que incluye Ansar al Sharía y otras milicias no islamistas.

En cambio, las brigadas misratíes de Fajr Libia controlan Trípoli y sus dos aeropuertos, que siguen cerrados al tráfico a raíz de los violentos combates el pasado verano y de los bombardeos de la aviación del general Heftar. Están también en el frente de la cordillera de Nafusa, cerca de la frontera con Túnez, y mucho más al sur, donde han reconquistado hace poco el mayor yacimiento de petróleo del país, Al Sharara, explotado por Repsol pero hoy paralizado.

Un nuevo frente se ha abierto a mediados de diciembre, cuando los misratíes intentaron tomar las terminales portuarias en el golfo de Sirte. Tuvieron que suspender la ofensiva cuando un misil alcanzó un depósito y provocó un gigantesco incendio que destruyó unos 850.000 barriles de crudo. Desde entonces, las exportaciones de petróleo, única fuente de divisas del país, han caído otra vez a mínimos, dejando al Estado sin los recursos necesarios para financiar el gasto corriente.

Los dos bandos están empatados pero ninguno quiere ceder. Hoy, Saleh ha vuelto del frente para asistir a la boda de su prima. Le han dado permiso sólo por unas horas. El veinteañero, que ha dejado sus estudios en la Universidad de Misrata, volverá esta noche a Kikla, un pueblo de la cordillera de Nafusa que ha cambiado de manos varias veces en las últimas semanas. Han muerto decenas de civiles bajo los erráticos misiles Grad disparados por las milicias de la vecina Zintan, aliada con el general Heftar.

Cuando llega la hora, las mujeres de la familia se despiden de Saleh y le entregan comida y ropa para los combatientes. Antes de cerrar los paquetes, han colocado mensajes manuscritos dando las gracias a los que se sacrifican por el país y, sobre todo, por su ciudad. “Si no fuera por ti, Misrata ya no existiría”, dice uno de ellos. Ni un solo lamento.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/17/actualidad/1421526877_883316.html
 

Barbanegra

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Las milicias y partidos de Libia pactan un alto el fuego
Las partes políticas y militares que llevan meses en conflicto en Libia han cerrado en las últimas horas la primera declaración creíble para detener el fuego en los distintos frentes abiertos en el país y se han citado para iniciar esta semana una ronda de conversaciones con el objetivo de pactar un Gobierno de unidad. La novedad se ha precipitado tras las charlas mantenidas bajo el auspicio de la ONU la semana pasada en Ginebra por representantes de varios partidos y milicias.

Durante el fin de semana se han sumado al acuerdo las fuerzas armadas oficiales comandadas por el general renegado Jalifa Heftar y la coalición de guerrillas rebeldes e islamistas de Trípoli y Misrata encuadradas bajo la coalición Fajr Libia (Amanecer de Libia).

Libia vive en el caos permanente y la violencia diaria casi desde la caída hace más de tres años del dictador Muamar Gadafi, forzada por una operación de la OTAN. Pero el último año ha sido especialmente duro y difícil. Tras el verano, el enredo político derivó en conflicto armado en un país ya acostumbrado a funcionar sin estructuras de Estado y con una gran importancia petrolífera pero con dos Gobiernos, dos Parlamentos y varias milicias dominando las ciudades, puertos y aeropuertos más importantes.

Los intentos de pacificación y las conversaciones han sido constantes y frustrantes. El último, impulsado en la sede de la ONU en Ginebra por el diplomático español Bernardino León, enviado especial de la ONU para Libia, ha avanzado más que ninguno y ha logrado, por primera vez, una serie de compromisos aceptados por todos los actores implicados.

Entre el miércoles y el jueves se reunieron en Ginebra 19 dirigentes de distintos partidos y de colectivos sociales de diversas zonas del país. Las charlas se desarrollaron en buena sintonía con dos objetivos: pactar un alto el fuego permanente y empezar a pensar en un Gobierno común aceptado por todos. A Ginebra acudieron representantes del Gobierno libio reconocido internacionalmente y con base en Tobruk, a 1.400 kilómetros al este de la capital, pero no del Congreso General Nacional con sede en Trípoli, teóricamente sin legitimidad tras las elecciones celebradas el 25 de junio pasado pero que volvió a entrar en escena este otoño tras un recurso aceptado por el Tribunal Supremo del país.

Tras las bambalinas y las salas de reuniones de Ginebra , Bernardino León, mantuvo otro tipo de reuniones. El viernes viajó a Ankara para citarse en secreto con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente del Congreso General Nacional libio, Nuri Abu Sahmain. Erdogan le recomendó al político libio—con ascendente sobre las milicias islamistas de Fajr Libia que controlan Trípoli y Misrata— que acudiera a Ginebra y participase en las reuniones.

Ese mismo viernes, Fajr Libia (una coalición que se estima que concentra el 80% de las 140 milicias contabilizadas en el territorio) anunció el cese del fuego en todos los frentes que mantenía abiertos. Y ayer el Estado Mayor del Ejército libio, que se ha aliado con los soldados mandados por el general Jalifa Heftar, comunicó también que detendría todas las operaciones militares a partir de las 10 de la noche.

Estos anuncios allanan los últimos escollos para que la próxima ronda de contactos bajo el mandato de la ONU reúna a todos los protagonistas del conflicto que no han querido sumarse aún a las conversaciones. Las charlas podrían comenzar mañana mismo, y ya no en Ginebra sino en Libia o incluso en Túnez, donde la UNSMIL (la misión especial de la ONU) tiene su sede. Un total de 100 de los 110 diputados del Congreso General Nacional reunidos ayer en Trípoli votaron a favor de sumarse a las conversaciones si se éstas empezaran a celebrar dentro de Libia, en concreto en la localidad de Ghat, en el sur.

Para empujar un poco más en esa dirección y ante las presiones y amenazas internas que aspiran a socavar esta solución, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas advirtió ayer que tiene preparado su comité de sanciones para actuar contra quienes no favorezcan el diálogo.

Sin embargo, la situación en el país no deja de ser sumamente volátil. El sábado un grupo yihadista atentó en el centro de Trípoli lanzando desde un coche un artefacto explosivo contra la sede vacía de la embajada de Argelia. Tres personas fueron heridas.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/18/actualidad/1421598530_095154.html
 

Barbanegra

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Los dos bandos enfrentados en Libia reanudan los combates pese a la tregua
Ni un solo día ha logrado mantenerse en vigor la tregua anunciada por las dos alianzas militares que han devuelto a Libia la guerra civil. Los enfrentamientos entre las fuerzas de Fayer Libia (Amanecer en Libia) y Operación Karama (Dignidad), alineadas con los ejecutivos paralelos de Trípoli y Tobruk, respectivamente, se reanudaron el lunes y han continuado este martes por todo el país, pese al alto el fuego decretado este fin de semana.

La ruptura de la tregua el mismo día en que se suponía su entrada en vigor significa un duro golpe para el diálogo iniciado la pasada semana en Ginebra y promovido por el enviado especial de Naciones Unidas, el español Bernardino León. "La Misión Especial de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL) urge a las partes a discutir y comprometerse a acelerar medidas concretas para consolidar la tregua y afrontar cualquier violación", ha protestado el equipo de León en un comunicado difundido este martes.

Libia vive, tres años después de la revolución que puso fin a cuarenta años de dictadura de Muammar Gadafi, en un estado de guerra civil con dos gobiernos, dos parlamentos y dos coaliciones militares enfrentadas desde este verano. Tras las elecciones del 25 de junio, varios miembros del antiguo Congreso General de la Nación, donde se habían hecho fuertes los Hermanos Musulmanes, se negaron a disolver la Cámara a pesar de la constitución del nuevo Parlamento, la Casa de Representantes asentada en Tobruk. Tras el nombramiento de Abdulá Tini como primer ministro en Tobruk, los miembros rebeldes del CGN formaron su propio ejecutivo en Trípoli, liderado por Omar al Hassi.

Ambas partes decretaron de forma unilateral un alto el fuego que debía apoyar el proceso de paz abierto con una primera ronda de reuniones la pasada semana en Ginebra, encaminado a lograr un consenso en torno a la formación de un Gobierno de unidad nacional. Fayer Libia, alianza paramilitar sobre la que se sustenta el Gobierno de Trípoli, anunció el cese de los enfrentamientos el sábado. Un día después, la facción del Ejército libio leal a Tobruk y al general rebelde Jalifa Haftar hacía lo propio. La tregua excluía, no obstante, la lucha contra "los terroristas", así como las acciones destinadas a "prevenir cualquier cambio en las líneas de frente o el transporte de armas y municiones".

Los enfrentamientos constituyen la evidencia de una tregua llamada al fracaso y que pretendía apoyar los esfuerzos del enviado especial de la ONU para pacificar el país. Varios representantes de las partes en conflicto se habían encontrado los pasados miércoles y jueves en Ginebra en una serie de reuniones que debía reanudarse esta misma semana, pero que aún permanecen en el aire, a la espera de la incorporación de los representantes del Gobierno de Hassi y el Consejo General de la Nación, que han exigido que las reuniones se celebren en Libia.

Según han publicado varios medios locales, los combates se han sucedido en la práctica totalidad de los frentes abiertos por todo el país. En Bengasi, el mismo lunes, al menos un muerto y seis soldados heridos fueron atendidos en un hospital tras haberse registrado enfrentamientos callejeros entre milicianos adscritos al llamado Consejo Superior de la Shura (aliado de Fayer Libia y que incluye a Ansar al Sharia, calificada de terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU) y militares leales a Haftar.

La misma situación se ha repetido en los alrededores de Sabrata, localidad costera a unos 100 kilómetros al oeste de Trípoli y donde, según 'Libya Herald', se han enfrentado los combatientes misratíes y zintaníes que mantienen en la región una guerra abierta desde la toma, el pasado agosto, del aeropuerto internacional de la capital. También se han registrado enfrentamientos en torno a las instalaciones petrolíferas de Al Sharara, operadas por Repsol, y Es Sider, donde los combatientes desplegados por el Ejército libio han continuado su ofensiva con el pretexto de no haber recibido orden alguna de alto el fuego. "(La tregua) se implementará cuando las órdenes sean cursadas por el Estado Mayor", recoge un comunicado reproducido por el diario 'Al Watan'.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/20/54beaa17e2704ef1628b4575.html
 

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La ONU se plantea enviar una fuerza internacional a Libia
Las conversaciones de Ginebra auspiciadas por Naciones Unidas entre representantes libios se reanudarán la próxima semana tras un parón a la espera de acordar la incorporación de los miembros del parlamento rebelde de Trípoli, el antiguo Congreso de la Nación. "Volveremos (a Ginebra) el próximo lunes o martes", ha asegurado a EL MUNDO Tawfik Shuhaibi, participante en el proceso iniciado la pasada semana, desde Túnez. Según Shuhaibi, en esta nueva ronda se discutirá, no solo la formación de un Gobierno de unidad nacional, también un posible despliegue de tropas internacionales en el país mediterráneo.

"Necesitamos apoyo sobre el terreno, no solo teórico", ha comentado el ex parlamentario de la extinta Alianza de Fuerzas Nacionales de Mahmud Yibril, "eso significa tropas de Naciones Unidas bajo mando del (supuesto) Gobierno de unidad". "Los países europeos dicen que pueden hacerlo; (el enviado especial de la ONU, Bernardino León ha dicho que se puede conseguir, que nos apoyarán", ha añadido.

El despliegue de una fuerza de paz internacional en Trípoli y otros puntos conflictivos estaría, según ha reconocido León en una entrevista al 'Financial Times', sujeta a un acuerdo entre las distintas partes en conflicto para poner fin a la división que atenaza el país, con dos gobiernos, dos parlamentos y dos alianzas militares enfrentadas desde las elecciones del pasado 25 de junio.

"Probablemente, y en puntos muy 'calientes', se requiera más que observadores civiles, y me refiero a áreas como Washarfana, Zawia, Kikla y Guerián, Zintán, Bengasi...", recoge el rotativo británico, en referencia a algunos de los frentes de guerra donde combaten actualmente las fuerzas de la coalición Fayer Libia (Amanecer en Libia), alineadas con el Gobierno de Salvación Nacional y el Congreso General de la Nación (CGN) en Trípoli, y las tropas de Operación Karama, apoyadas por el Ejecutivo y el parlamento de Tobruk, únicas instituciones reconocidas por la comunidad internacional.

Tanto Francia como Italia han expresado anteriormente la conveniencia de intervenir en Libia, donde los enfrentamientos armados y el desgobierno están asfixiando económicamente un país que posee las novenas reservas de petróleo del mundo (la producción se ha reducido a menos de la mitad en los últimos tres meses) y donde crece también la amenaza terrorista, con 'sucursales' del Estado Islámico en ciudades como Derna. Esta semana, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, agregó que tanto EEUU como la UE deben "apoyar" al enviado especial y establecer la estabilización de Libia como "prioridad".

Negativa de Trípoli
El regreso a Ginebra supone la reanudación del proceso de paz después del portazo del parlamento de Trípoli. El miércoles, el portavoz del CGN retiró la oferta para participar en las conversaciones si estas se celebraban en territorio libio, un punto que la Misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL) había aceptado considerar tras un encuentro entre León y el presidente del CGN, Nuri Abu Sahmain, en Estambul.

"El GNC decidió el miércoles suspender su participación en el diálogo nacional debido a la escalada militar", anunciaba un comunicado, "acólitos de Jalifa Haftar (líder de Karama) también irrumpieron en la sede del Banco Central en Bengasi (...) para robar fondos libios".

La UNSMIL ha condenado, precisamente, la toma del banco y ha pedido el establecimiento de una comisión para investigar el "incidente" en la ciudad oriental, que cuenta más de cuatro meses de intensa intensa batalla entre las fuerzas y la aviación de Haftar y milicianos adscritos al Consejo Supremo de la Shura, que incluye a Ansar al Sharia, considerado grupo terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU.

"El diálogo continuará de todas formas, con o sin (el CGN)", ha admitido Shuhaibi, que señala como "líneas rojas" una de las "condiciones" que han planteado los diputados rebeldes en Trípoli: la consideración de la sentencia del Tribunal Supremo libio que declara ilegítima la formación del parlamento de Tobruk, tal y como reconocía el nominado ministro de Exteriores del Gobierno de Salvación Nacional, Mohamed Guerani. "(León y Abu Sahmain) acordaron que (...) las bases del diálogo deberían ser sobre la decisión del Tribunal Supremo", ha comentado Guerani, "es un asunto constitucional; es esencial".

"No discutiremos sobre la decisión de la Corte, no discutiremos sobre las autoridades legítimas en el país", ha insistido Shuhaibi, "la comunidad internacional está de acuerdo en que Tobruk es la autoridad (legítima), no discutiremos eso o todo el diálogo caerá".

"Limpiar la capital"
Diversos representantes libios adscritos a las partes al conflicto acordaron la pasada semana encaminar sus esfuerzos a lograr la creación de un nuevo y único Ejecutivo con sede en Trípoli, la capital, ahora fuera de las manos de los diputados elegidos en las polémicas elecciones del 25 de junio. Los próximos pasos, según el participante, serán determinar cómo formar ese Gobierno, quién puede liderarlo y cuáles serán las garantías de la comunidad internacional ofrezca.

Pese a la negativa del CGN a participar, representantes políticos y civiles de Misrata, que controlan las principales fuerzas milicianas de Fayer Libia desplegadas en Trípoli, sí han respaldado el proceso. El sí de Misrata a las conversaciones es clave, no solo para mantener un alto el fuego decretado el fin de semana, también para posibilitar la desaparición de las distintas brigadas armadas que ahora controlan la capital. "Necesitamos limpiar (Trípoli) de milicias y asegurarla con la policía", ha sentenciado Tawfik Shuhaibi, "después de que lleguemos a un acuerdo, la ONU lo apoyará y castigará (con sanciones) al resto".

http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/23/54c213e7268e3ee62a8b4570.html
 
Mientras se hace esperar la decisión de la ONU para una operación militar en Libia se produce un atentado en la capital, Trípoli

Un asalto lanzado contra el gran hotel Corinthia de Trípoli provocó nueve muertos, entre ellos un norteamericano, un francés, dos filipinos y un surcoreano.

El asalto contra el Corinthia, conocido por recibir a diplomáticos, responsables libios y extranjeros, comenzó el martes a la mañana con la explosión de un coche bomba delante del establecimiento. Inmediatamente después, tres hombres armados ingresaron al hotel. Fueron perseguidos por las fuerzas de seguridad. El asalto concluyó a media tarde con la muerte de los tres asaltantes que detonaron los cinturones explosivos que llevaban, mientras eran “perseguidos y cercados” en el piso 24, según Issam Al-Naass, portavoz de las operaciones de seguridad en Trípoli.

Nueve muertos

El balance es de nueve muertos entre ellos cinco extranjeros. Según Issam Al-Naass, “los cinco extranjeros muertos en el ataque eran un norteamericano, un francés, dos mujeres de nacionalidad filipina y una surcoreana”, pero no puede precisar su identidad en lo inmediato.
Además de los cinco extranjeros, una sexta persona “tomada en rehén” por los asaltantes y cuya nacionalidad no era conocida murió cuando los hombres armados se hicieron explotar, precisó.
Tres miembros de seguridad, probablemente destinados a la guardia del establecimiento, también murieron, uno en la explosión del coche bomba y dos bajo los disparos de los asaltantes. Además cinco personas resultaron heridas.
El jefe del gobierno autoproclamado en Libia, Omar al-Hassi, se encontraba dentro del hotel en el momento del asalto pero fue evacuado sano y salvo.

Reivindicación de la rama libia del EI

En el momento en que el ataque estaba en curso en el centro de la capital, la rama libia del grupo Estado Islámico lo reivindicó, según el centro norteamericano de vigilancia de sitios islamistas SITE.
Pero las autoridades de Trípoli, a la cabeza de un gobierno autoproclamado, acusaron a las milicias leales a Kadhafi de estar detrás del ataque con el fin de alcanzar a su jefe Omar al-Hassi que se encontraba en el hotel, que finalmente fue evacuado sano y salvo.
La capital libia es controlada por Fajr Libya, una coalición poderosa de milicias principalmente islamistas, que instaló un gobierno paralelo en Trípoli después de haber echado al gobierno reconocido por la comunidad internacional.

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