Conflictos étnicos en África

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Choque entre el ejército y grupo islamista dejó 20 muertos en Nigeria

Integrantes de la agrupación terrorista Boko Haram.
Veinte personas murieron en un nuevo ataque del grupo islamista Boko Haram y durante la acción de respuesta del ejército en una ciudad del nordeste de Nigeria, informó el ejército en un comunicado.

El ataque se produjo el en Damboa, a 85 km al oeste de Maiduguri, capital del Estado de Borno y feudo histórico de Boko Haram, según el comunicado el capitán Aliyu Ibrahim Danja, portavoz del ejército en esta región.

"Los terroristas (...) atacaron a los fieles en una mezquita y mataron a cinco de ellos (...). También incendiaron el palacio oficial del jefe del distrito y varias tiendas", añade el comunicado.

A continuación, "soldados de la división 7 atacaron a los terroristas, matando a 15 de ellos y otros huyeron", indica.

El ejército nigeriano suele inflar el número de muertos en las filas de Boko Haram y tiende a minimizar las pérdidas civiles cuando informa sobre los numerosos ataques que sacuden el norte del país desde el comienzo de la insurrección islamista en 2009.

El grupo islamista Boko Haram es el mismo que encabezó hace pocas semanas la masacre en un centro comercial de Kenia.
ámbito web
 
Ya dejaron de ser "extranjeras" para los shebab, le pusieron nombre y apellido, acusan a los británicos y a los turcos de haber atacado su base.

Portavoz de los shababs, Sheikh Abdulaziz Abu Musab, confirmó que "repelieron el ataque".
"Nos trenzamos en lucha contra soldados infieles blancos con bombas y balas, y tuvieron que correr de vuelta hacia sus botes" dijo. Y según el sitio Garowe Online. "Un miembro de al-Shabab fue asesinado pero los soldados infieles blancos fallaron su misión. Encontramos sangre y equipos cerca de la costa a la mañana".
La escaramuza entre los Shebab y las tropas occidentales sin identificar duraron más de una hora según el portavoz.

http://www.longwarjournal.org/archives/2013/10/shabaab_claims_it_re.php

Me autocito para mostrar un poco de la propaganda apenas ocurrido el hecho.
Propaganda de los shebabs en twitter en los primeros minutos posteriores al combate hablan primero de 30 minutos de combates, después de 90 minutos y luego 4 horas!!!
Además tiran 84 británicos y turcos abatidos llamándolos “terroristas” mientras que de su lado sólo mencionan un muerto.



Según Estados Unidos, el ataque no permitió capturar el blanco, y hace evidente que se quería capturar vivo a “Ikrima", un keniano de origen somalí asociado a Al-Qaeda, sino hubieran mandado un par de misiles desde alguno de los muchos drones que operan en la zona.
Otro de los trofeos en primera plana, una granada de aturdimiento.

 

DSV

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Con países como ese, es más fácil intervenir vía ONU, nadie se queja ni amenaza con usar el veto...
 

Sebastian

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EE UU defiende la legalidad de sus incursiones militares en Libia y Somalia

El Gobierno de Obama asegura que el capturado en Trípoli, aún en paradero desconocido, será presentado ante los tribunales civiles.
La Casa Blanca afirma que actuó bajo la autoridad que el Congreso dio al presidente en 2001

Antonio Caño Washington 8 OCT 2013 - 00:51 CET140


El buque de la Armada, USS San Antonio, donde está siendo interrogado Al Libi, a la espera de ser trasladado a Nueva York / DEREK PAUMEN (AFP)

Las operaciones simultáneas de Estados Unidos en Somalia y Libia, que suponen el regreso a la lucha contra el terrorismo sobre el terreno y con fuerzas militares, abren al mismo tiempo un complejo debate sobre la legalidad de esas acciones y el riesgo de una mayor implicación norteamericana en países que ya padecen una enorme desestabilización. El Gobierno de Barack Obama defiende que ha actuado de forma legítima y que el sospechoso capturado en Trípoli será puesto en manos de la justicia y tratado conforme a la ley.

El secretario de Estado, John Kerry, manifestó que Abu Anas al Libi, detenido el viernes pasado por un comando de las fuerzas Delta del Ejército norteamericano, era “un objetivo legal y apropiado” que “tendrá la oportunidad de defenderse y será debidamente sometido a la justicia en un tribunal”.

El detenido tendrá la oportunidad de defenderse y será debidamente sometido a la justicia en un tribunal"
John Kerry​

Kerry no dijo cuándo puede eso ocurrir. Mientras tanto, Al Libi, reclamado por un juez de Nueva York por su responsabilidad en los atentados de 1998 contra las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania, se encuentra “en lugar seguro”, según la información oficial, pero desconocido. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, explicó que Obama aprobó ambas misiones porque es obligación del Gobierno llevar ante la justicia a las personas reclamadas por el delito de “matar norteamericanos”, y respaldó la legitimidad de la intervención en Libia con la autorización que el Congreso otorgó al presidente en 2001 para usar la fuerza contra Al Qaeda y sus aliados. Obama había dicho a principios de este año que los poderes que proporciona esa autorización son excesivamente amplios y que era necesario renegociar esa ley con el Congreso.

Extraoficialmente, fuentes de la Administración han informado a medios de comunicación que Al Libi está a bordo del barco San Antonio en un punto no identificado. El sospechoso está siendo interrogado por expertos de la CIA y el FBI, pero no cuenta con asistencia de un abogado ni se le han leído sus derechos, algo que todavía podría tardar varias semanas en suceder. En el único precedente de un caso similar durante la Administración de Obama, Ahmed Abdulkadir Warsame, capturado en 2011 en el Golfo de Adén, estuvo detenido dos meses antes de recibir la visita de un abogado y quedar a disposición del juez. El Gobierno libio ha calificado la captura de Al Libi como “un secuestro”.

También este fin de semana, un comando de los Navy Seal, el mismo grupo de operaciones especiales que mató a Osama bin Laden, trató de capturar a otro sospechoso de terrorismo en Somalia. Aunque oficialmente no se han facilitado detalles al respecto, ha trascendido de fuentes fiables, aunque no identificadas, que el objetivo era Abdikadir Mohamed Abdikadir, conocido como Ikrima, a quien se cree uno de los principales mandos del grupo terrorista somalí Al Shabab, la rama de Al Qaeda en el África oriental. Ikrima está considerado también uno de los responsables de la actividad del grupo Al Hijra, la extensión de Al Shabab en Kenia y al que pertenecían los autores del ataque de hace dos semanas contra un centro comercial en Nairobi. Las mismas fuentes afirmaron que la incursión de los Navy Seal en Somalia fue abortada cuando se comprobó que no era posible atrapar con vida al sospechoso.

La coincidencia de las dos operaciones, ambas con el propósito de capturar objetivos que podrían haber sido atacados desde el aire, representa un cambio significativo en la estrategia antiterrorista del Gobierno de Obama, que hasta ahora había concentrado los esfuerzos para diezmar a Al Qaeda en los bombardeos con aviones no tripulados (drones). Ese cambio representa, tanto el reconocimiento de que el desmantelamiento de Al Qaeda, reaparecida con fuerza en los últimos meses, puede exigir una mayor implicación militar, como la voluntad de enviar el mensaje de que EE UU no renunciará a esa pelea.

“Esperemos que esto deje claro”, advirtió Kerry, “que EE UU nunca cejará en sus esfuerzos para que aquellos que cometen actos terroristas paguen para ello. Los miembros de Al Qaeda y de otras organizaciones terroristas pueden correr, pero no se pueden esconder”.

Estas dos acciones militares vienen a robustecer la posición de Obama en un momento en que su liderazgo está siendo cuestionado por la crisis política y presupuestaria en Washington, así como por sus vacilaciones durante el conflicto con Siria, en el que la Casa Blanca decidió en el último momento renunciar a la intervención con la que había amenazado.

Al mismo tiempo, le permiten al presidente renunciar por una vez al uso de los drones, que había sido criticado por organizaciones de derechos humanos y opositores políticos porque esos ataques causan la muerte de personas inocentes y crean sentimiento de repulsa entre la población de los países en los que operan.

El procedimiento legal sería solicitar la extradición de los sospechosos. Pero no parece una vía muy factible en casos como los de Somalia o Libia

La implicación de fuerzas militares sobre el terreno y el intento de capturar a los sospechosos con vida tiene un riesgo menor de lo que lo oficialmente se conoce como daños colaterales, pero no elimina la polémica sobre la autoridad de EE UU para actuar fuera de sus fronteras. El procedimiento legal en el caso de un sospechoso reclamado por un juez norteamericano sería, desde luego, el de solicitar su extradición a las autoridades del país en que sea localizado. Pero no parece esta una vía muy factible en casos como los de Somalia o de Libia.

La captura de sospechosos con vida crea, además, el problema del trato legal a otorgarle. En un estado de derecho no cabe ninguna alternativa a la de poner al detenido bajo protección policial en el plazo que marque la ley. Pero, de nuevo, no parece muy probable que EE UU mande un comando Delta a Trípoli a capturar a un supuesto dirigente de Al Qaeda para permitir que éste se acoja inmediatamente a su derecho a guardar silencio.

Obama se encuentra, pues, frente a uno de los dilemas ante los que se ha encontrado desde el principio la guerra contra el terrorismo: le eficacia o la legalidad. En este caso, al menos, EE UU ha reconocido que tiene en su poder al detenido y ha prometido su juicio en algún momento. Pero algunos otros interrogantes subsisten.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/07/actualidad/1381162766_670003.html
 

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Somalia y Eritrea, emigra o muere

Refugiados somalíes en Dolo Ado, frontera con Etiopía. | Jan Grarup | Noor for Save the Children MÁS IMÁGENES
  • La dura existencia en estos lugares empuja a miles de jóvenes a jugarse la vida
  • El dictador Afewerki ha convertido Eritrea en una gigantesca y hermética prisión
  • El estado somalí apenas controla la zona gubernamental y el aeropuerto
  • El resto del país lo gestionan 'warlords' y yihadistas de Al Shabab
Aunque no disfrutan de los opulentos privilegios de las estrellas del fútbol mundial, los chicos de la selección de Eritrea de fútbol son muy afortunados: después de jugar un partido contra Ruanda en diciembre de 2012, salieron del Sky Hotel de Kampala, ciudad anfitriona del torneo, para hacer unas compras. El avión destino Asmara, la capital de su país, esperaba en la pista. El equipo técnico y 17 jugadores nunca subieron a él. La misma suerte han disfrutado varias veces los futbolistas de la selección somalí de fútbol, muchos de ellos asilados hoy en Kenia.
Para el resto de los mortales no hay billete de avión, ni asilo político, ni campeonatos internacionales de fútbol. La mayoría de los fallecidos de los dos últimos trágicos naufragios en aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa eran, precisamente de estos dos países: Eritrea y Somalia, los más míseros y difíciles del continente, los intocables de África.
Las restrictivas leyes migratorias de la Unión Europea o la negación de socorro de los pesqueros italianos pueden ser para estas personas el último clavo de un ataúd que comienza a construir mucho antes, en lugares como Mogadiscio, Afar, Asmara, Bossaso y otros muchos que no vienen en Google maps. Si se consigue sobrevivir a la guerra, la sequía, el hambre y los campos de desplazados hay que enfrentarse a la ruleta del desierto, la extorsión criminal de las mafias, la represión de la policía de fronteras y el pánico a la repatriación. De los más de 30.000 inmigrantes que han llegado a Lampedusa este año, la mayoría proviene de estas regiones del cuerno de África.
ACNUR revela que unos 3.000 eritreos huyen de su país cada mes por la frontera de Sudán, aunque muchos mueren en el intento.
Este año Eritrea ha celebrado sus 20 años de independencia de Etiopía. Y lo ha hecho con 10.000 opositores en sus cárceles, un ejército de 250.000 esclavos (el mayor de todo el continente) y una corrupción rampante. El gobierno del dictador Isaias Afewerki, un estalinista made in África, ha convertido el país en una gigantesca y hermética prisión en la que, según denuncia Amnistía Internacional, se arresta de forma arbitraria a todo aquel sospechoso de disidencia y no se avisa a su familia de su paradero.
El preso, que puede pasar uno o dos años sin conocer los cargos que se le imputan, es torturado hasta la muerte si es necesario en contenedores metálicos, donde el calor resulta insoportable bajo el sol del desierto. Según Reporteros Sin Fronteras, es el país del mundo en el que menos se respeta la libertad de expresión. Sin un sistema de educación y sanidad que merezca tal nombre, y con niveles terribles de desnutrición, el de Eritrea puede definirse como el totalitarismo de la miseria. Según Unicef, 300.000 niños están en riesgo de morir por las miles de minas antipersonales que aún están sembradas junto a los caminos.
Joseph (pongamos que se llama Joseph) relató a Amnistía Internacional cómo fue detenido en Tenessei: "Las palizas que te dan los carceleros cuando te cogen por intentar escapar del país son brutales. Te golpean fuerte con porras de madera. Pasas días sin poder moverte". Otro detenido al que llamaremos Malick, asegura que "todos acaban confesando que han intentado irse del país, lo que les vale a los policías para acusarte de intentar enrolarte en los grupos armados disidentes. Eso te valdrá otra paliza. Y otra más". Hoy hay más de 40.000 refugiados eritreos en Israel, 87.000 en Etiopía y 125.000 en Sudán. Son náufragos en tierra de nadie, el limbo después del infierno.
La ruleta de las dunas
Con las puertas cerradas para los medios internacionales, para los que no es nada fácil entrar al país, el régimen de Afewerki mantiene un ejército de adolescentes (chicos y chicas) cuyo servicio militar obligatorio dura en teoría tres años, pero que se prolonga indefinidamente si el soldado no tiene dinero para poder sobornar a los oficiales y licenciarse. Aún pagando, nada impide a la milicia volver a llamarle a filas poco después para dedicarse a labores agrícolas, asfaltar carreteras o construir urbanizaciones para las élites del país. Hay miembros que siguen en activo con más de 60 años. Lampedusa también es el sueño de miles de jóvenes que prefieren apostarlo todo a ese viaje que quedarse en esta Corea del Norte africana, donde el entrenamiento marcial comienza a los 12 años.

Un joven eritreo toca el kraar. | Marc Silver | IA
ACNUR revela que unos 3.000 eritreos huyen de su país cada mes por la frontera de Sudán, aunque muchos mueren en el intento. El gobierno nunca sella pasaportes de salida, así que adentrarse en el desierto es la única posibilidad de escapar. Muchos son devueltos por países como Egipto, que no los aceptan, para ser detenidos después. En cuanto tienen la oportunidad, vuelven a probar suerte en el cadalso de las dunas, incluso a sabiendas que miembros de su familia serán torturados en su nombre en lugares como Adi Abeto, la tenebrosa prisión militar del régimen. Aún así, miles de personas cruzan el desierto por rutas milenarias e invisibles, a veces bebiendo su propia orina, para jugarse su única carta vital. "Las mafias los captan pronto. Las mujeres pueden acabar en los burdeles de los Emiratos Árabes; los hombres, quizá reclutados por cualquier señor de la guerra", relatan fuentes humanitarias en Sudán.
Es más fácil reclamar responsabilidades de la muerte de los refugiados en barco a la todopoderosa Unión Europea que a este estado orwelliano, cuya capital, Asmara, una de las ciudades más bonitas de África hace décadas, cobija a un ejecutivo cuya política migratoria es, si acaso, saltarse todo el derecho internacional y aplicar castigos criminales a aquellos que no se someten. Por eso se arriesgan a que la hipocresía europea nacionalice a los muertos y expulse a los vivos. Es emigrar o morir.
Somalia, un 'no país' sin oportunidades
Sucede casi lo mismo Somalia. Es más sencillo denunciar a Italia porque para hacerlo con al estado somalí primero debería existir. Lo que queda de él a duras penas controla la zona gubernamental y el aeropuerto. El resto del país (o del 'no país') lo gestionan 'warlords' y yihadistas de Al Shabab, así que la política de inmigración del Gobierno Federal de Transición, un ejecutivo probeta apoyado por la UE y EEUU, es una entelequia.

Tormenta de arena en Dolo Ado (Etiopía). | Jan Grarup | Noor for Save the Children
Mumina Ibrahim, de 32 años, vive en dos metros cuadrados de ramas y plásticos con sus siete hijos. Huyó del hambre hace tiempo y el hambre es lo único que conserva en Mogadiscio. El pasado diciembre le contó a este periodista, bajo su techo de harapos, que no sabía nada de la guerra que rugía bien cerca, pero que no recordaba ya otra cosa.
"No quiero esto para mis hijos. Si aquí no tienen una oportunidad se irán antes de que los reclute un señor de la guerra". Fuera de su casa, si es que puede llamarse casa, se extiende un océano multicolor con cientos de miles de personas apiñadas en tiendas, unas cuantas letrinas y un vertedero maloliente. Eso es Sigale Camp, un festín para las moscas. De lugares como ese, que son el cuarto de estar del 95% de la población somalí, se llenan las barcazas de llegan (o intentan llegar) a Lampedusa. Mumina Ibrahim da de comer a sus hijos gracias a los sobres que repartía Save the Children. Dos de cada tres somalíes dependen de la ayuda humanitaria.
Dahan, de 14 años, es de Jalalaqsi, un villorrio mísero por el que antes pasaba un río y hoy lo único que corre es el viento. Huyó de la guerra y lleva dos años buscando a su padre entre las ruinas de Mogadiscio porque alguien le contó que se había enrolado en una milicia. "Me dijeron que estaba aquí pero no lo encuentro. Ahora mi familia está dividida y no puedo volver a mi casa".
Sus historias se repiten en cada recodo de esta ciudad en guerra desde hace 20 años: Hamina, la pastora de Qardho a la que se le murieron sus animales en la última sequía, Esan Mohamed, profesor de primaria que no encuentra colegio en pie para poder escolarizar a los niños de estos campos. O Decqua Warsame, trabajadora social que pide a las madres que no dejen de alimentar a los niños enfermos, los den por muertos antes de tiempo y pidan ayuda. ¿Pero ayuda a quién? ¿Dónde?
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Aministía Internacional denuncia el asesinato de 950 islamistas en Nigeria
La ONG afirma que desde enero cientos de presos han muerto de hambre, asfixiados y ejecutados bajo la tutela del Ejército.

Entre enero y junio de 2013, al menos 950 acusados de pertenecer a la sanguinaria milicia islamista Boko Haram han muerto en prisiones bajo la custodia del Ejército nigeriano, según Amnistía Internacional (AI). La ONG, especializada en denunciar abusos contra los derechos humanos, afirma que la principal fuente del informe es un oficial del Ejército de Abuja, la capital del país. Algunos presos han muerto asfixiados en celdas abarrotadas. Otros han caído víctimas de la malnutrición y de los asesinatos extrajudiciales. El Ejército ha habilitado fosas comunes para enterrar los centenares de cadáveres.
“Las evidencias que hemos reunido sugieren que cientos de personas han muerto bajo custodia militar en los primeros meses de 2013. Esta es una cifra asombrosamente alta que requiere una acción urgente del Gobierno nigeriano”, denuncia por teléfono Lucy Freeman, subdirectora de Amnistía Internacional África. “Los detalles de lo que ocurre tras los muros de las prisiones han de ser expuestos, y cualquiera responsable de violaciones de los derechos humanos llevado ante la justicia” continúa Freeman.
la base militar que EE. UU. posee en la isla de Cuba y donde desde 2002 recluye en un vacío legal a cientos de prisioneros islamistas capturados por las Fuerzas Armadas y de Inteligencia estadounidenses en todo el mundo.
Otro oficial del Ejército nigeriano que ha hablado con la condición de permanecer en el anonimato ha confesado que “cientos de detenidos han sido asesinados o por asfixia o han sido fusilados… Hay ocasiones en las que los presos son sacados de la cárcel y asesinados, diariamente. Unas cinco personas son asesinadas cada día”.
Unas cinco personas son asesinadas cada día. Oficial del Ejército nigeriano
Aunque AI reclama una investigación urgente sobre las muertes, todavía no se ha producido una respuesta oficial al informe y los conocedores de Nigeria creen muy improbable que se inicie una investigación oficial. Hasta la fecha, el Ejército ha rechazado todas las acusaciones que las organizaciones humanitarias han vertido contra él.
La mayoría de las más de 900 víctimas que registra el informe de Amnistía habían sido acusadas de pertenecer al grupo islamista Boko Haram, que pretende derrocar al Gobierno nigeriano y crear un Estado islámico. Entre otros objetivos, la milicia ha atacado escuelas. Este mismo mes 50 estudiantes fueron asesinados en el hotel donde se hospedaban.
En abril, varios delegados de Amnistía Internacional contaron 20 esqueletos en las proximidades del complejo hospitalario y la morgue de Maiduguri, también en Borno. Varios testigos afirmaron entonces que los cuerpos habían sido dejados allí por militares. Otras fuentes confirmaron a los inspectores de la organización que había militares que entregan diariamente cadáveres a la morgue. Los cuerpos permanecen allí hasta que las instalaciones están repletas. Solo entonces se trasladan a la Agencia de protección medioambiental del Borno, que es la encargada de darles sepultura.
Al confirma que las autoridades no realizan autopsias ni ningún otro tipo de examen post mórtem ni en la morgue ni en ningún otro centro. “Los estándares internacionales, así como la legislación nigeriana, requieren que las muertes producidas bajo tutela sean investigadas a fondo y con imparcialidad”, recuerda Lucy Freeman, de AI en África. “Los detenidos tienen derechos humanos que han de ser respetados en toda circunstancia”, subraya.
Según denuncian, en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, frente al sur de mayoría cristiana, el Ejército detiene arbitrariamente a cientos de personas acusadas de tener vínculos con Boko Haram. Pese a no tener cargos contra ellos, muchos están incomunicadas por largos periodos. Ni su familia ni ningún abogado tiene contacto con ellos y tampoco se les traslada ante una autoridad judicial. El pasado mayo, el Gobierno de Abuja declaró el estado de emergencia en tres regiones del norte del país, Yobe, Borno y Adamawa, en respuesta a las miles de víctimas causadas por los insurgentes islamistas. Aunque las noticias se han centrado hasta el momento en las víctimas civiles causadas por Boko Haram, AI arroja luz sobre los abusos cometidos por las Fuerzas Armadas gubernamentales.
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Congo
Ejército Uruguayo libera 14 rehenes

En base a la persuasión y sin disparar un solo tiro, un capitán del Ejército uruguayo que se desempeña como comandante de una companía en la República del Congo logró liberar a 14 civiles que estaban secuestrados en el cuartel general del grupo irregular Mai Mai Checka, informó ayer el Ejército.
El grupo de civiles de la etnia Hunde compuesto por un anciano, una mujer y doce niños, se encuentra en perfectas condiciones de salud. De acuerdo con la información proporcionada a LA REPÚBLICA, el hecho ocurrió en Villa Pinta en un punto perdido de la selva. Una compañía de militares uruguayos, la Compañía Charlie, es la única organización presente en esa villa comandada por el capitán Ramiro Fernández quien condujo la exitosa negociación. La “permanente negociación del mencionado oficial uruguayo permitió persuadir al jefe de la mencionada organización rebelde que opera en la zona de liberar a los civiles civiles impedidos de libertad, quienes se encuentran en estos momentos bajo la protección de los soldados orientales en la misma base junto a otros 80 civiles, quienes están también esperando una pronta evacuación de esa zona amenazada por continuos combates entre grupos rebeldes”, señaló el Ejército. Desde el inicio se desestimó el uso de la fuerza para preservar la integridad de los rehenes. A diario, el jefe de la compañía, “personalmente o enviando convoys al mando de sus oficiales y en las cuales participaban también el equipo médico de esa base militar, se apersonaban en el cuartel general del mencionado jefe rebelde, a su propio riesgo de integridad física, a los efectos de evaluar el estado de salud de los rehenes y hacer las negociaciones pertinentes, las que tuvieron al fin el éxito deseado, ya que pudieron ser liberados sin derramar una gota de sangre”. El jefe rebelde depuso finalmente su actitud y permitió la liberación.
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El asesinato de dos niñas hace temer un rebote de la xenofobia en Sudáfrica
Cinco personas detenidas por la muerte de dos pequeñas, de dos y tres años
Cuatro de los sospechosos son de origen mozambiqueño
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Sudáfrica está acostumbrada a la violencia pero el asesinato de dos niñas, de tres y dos años, ha vuelto a estremecer a la ciudadanía y a poner en alerta a la policía, ante un posible brote xenófobo, como el que en 2008 dejó 62 muertos.
La Policía ha detenido hoy miércoles a cuatro hombres extranjeros, y está sobre la pista de un quinto huido, relacionados supuestamente con el asesinato de las dos pequeñas, que eran primas. Sus cuerpos fueron localizados la madrugada del martes en el interior de un retrete público en una de las barriadas más pobres de la región. Las niñas habían desaparecido el sábado y, según las primeras investigaciones, también habrían sufrido abusos sexuales, aunque falta el resultado final de la autopsia. Algunos testigos han asegurado haberlas visto con un hombre desconocido.
La aparición de los cadáveres provocó que la tarde del martes centenares de vecinos de Diepsloot improvisaran una marcha en protesta por la inseguridad en el barrio. Los participantes terminaron levantando barricadas en las calles, quemando neumáticos y lanzando piedras. Además, la Policía denunció que se saquearon y causaron destrozos en tiendas propiedad de inmigrantes africanos, aunque no hay constancia de heridos. Los extranjeros se convierten fácilmente en objetivo de este tipo de manifestaciones e, incluso en alguna ocasión, se han cobrado la vida de algún tendero.
La Policía investiga si los cinco detenidos, cuatro de nacionalidad mozambiqueña y otro de Suazilandia, tienen relación con la muerte de otra niña de cinco años, violada y asesinada en una zona próxima hace un mes. En una rueda de prensa, el jefe policial de la región de Gauteng —la más poblada del país— Lesetja Mothiba, ha manifestado que no constan de momento que ninguno de los sospechosos tenga antecedentes penales y que familiares del que está huido están cooperando con los agentes para dar con él, por lo que espera que arrestarlo es sólo “cuestión de tiempo”. Los cinco detenidos ya están en prisión.
El temor ahora es que la nacionalidad de los sospechosos despierte de nuevo la latente xenofobia que existe en los barrios más desfavorecidos, donde la tasa de desempleo ronda el 40%, según datos oficiosos que no contabilizan el trabajo informal y precario. Tras meses de incidentes menores, el 12 mayo de 2008 se produjeron disturbios en el antiguo gueto de Alexandra, a pocos kilómetros del corazón financiero de Johannesburgo, cuando sudafricanos iniciaron una persecución y caza contra inmigrantes procedentes de Mozambique, Zimbabue y Suazilandia, a los que se les acusa de quitar el trabajo. De ahí, la violencia xenófoba se extendió por gran parte del país. El resultado fueron 62 muertos (un tercio sudafricanos), centenares de heridos y más de mil detenidos-
“Las niñas Yone y Mali fueron brutalmente asesinadas. No puedo entender cómo un ser humano puede haber hecho esto”, se ha lamentado el general de la policía, Oswald Reddy. Incluso el presidente, Jacob Zuma, ha enviado el pésame a las familias de las víctimas en “nombre de la nación” y ha manifestado que su muerte “es dolorosa e impactante”. Respondiendo a las críticas de lentitud e ineficacia de la Policía en la seguridad ciudadana, Mothiba ha insistido en la responsabilidad de los progenitores en la vigilancia de sus hijos, al tiempo que ha apuntado que si se confirma que las menores estuvieron sin atención, los padres serán también acusados.
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La seguridad alimentaria es ya una cuestión nacional en el Magreb”
El catedrático Antonio Marquina presenta esta tarde en Casa Árabe un libro acerca de los problemas con la alimentación en el norte de África


Antonio Marquina. / SANTI BURGOS

“La seguridad alimentaria en el Magreb es uno de los grandes desafíos al que se enfrentan los políticos”, afirma Antonio Marquina, catedrático de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad Complutense de Madrid. La subida en el precio de los alimentos, los efectos del cambio climático o el envejecimiento de los agricultores en Marruecos, Túnez y Argelia han provocado que en estos países “la seguridad alimentaria sea ya una cuestión de seguridad nacional e incluso de independencia nacional”, tal y como afirmó el presidente argelino Buteflika “en su discurso del 28 de febrero de 2008”, continúa Marquina, que esta tarde presenta en Casa Árabe (Madrid) el libro Una devastación incipiente: La seguridad alimentaria en el Magreb.
La obra, fruto de una investigación del grupo UNISCI (Unidad de Investigación sobre Seguridad y Cooperación Internacional) que él mismo dirige y la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola de la Universidad Politécnica de Madrid, explora tanto los factores que inciden en la demanda de alimentos como en el acceso a los mismos. “La crisis de los precios de los productos agrícolas en 2007, con una escalada tan pronunciada, hizo reflexionar a las autoridades de todos los Estados sobre las consecuencias de la volatilidad de los precios y la inseguridad alimentaria”, continúa el profesor.
Al mismo tiempo que los países del Magreb experimentan un “crecimiento de sus rentas, que lleva a demandar dietas más caras y más ricas en proteínas, y una creciente urbanización”, la disponibilidad de alimentos se ve amenazada por el envejecimiento de las poblaciones agrícolas, la emigración del campo a la ciudad y las consecuencias del cambio climático. Según Marquina, “la situación va a ser de creciente dificultad, porque habrá menos disponibilidades de agua, más calor, más sequía y menos tierra de cultivo”.
La reducción de las precipitaciones en el norte de África ha provocado ya una notable disminución del agua dulce, destinada al uso doméstico, industrial y agrícola. “En Argelia, se calcula que el agua superficial, que en los años setenta era de unos 13.000 millones de metros cúbicos, se redujo a 12.000 en los ochenta y a 10.000 a partir del año 2000”, explica Antonio Marquina. Lo mismo sucede en Marruecos, donde todos los estudios apuntan a que los ríos serán “deficitarios a partir de 2020”.
El libro, que esta tarde presenta el catedrático de la Universidad Complutense junto al embajador de Argelia en España, Mohammed Haneche, es una “llamada de atención” ante la situación de escasez de alimentos que se puede producir en los próximos años “si no se toman medidas de carácter nacional e internacional que se adivinan costosas”. “Hay que racionalizar los regadíos, usar más fertilizantes, nuevos tipos de cultivos y rediseñar a fondo el uso de las reservas de agua, pues los acuíferos están sobre utilizados, entre otras muchas políticas”, señala Marquina.
Uno de los grandes desafíos de los políticos será, según el profesor, cómo afrontar “las mayores necesidades de importación de alimentos en un contexto en el que los precios de los alimentos se han disparado”. Si la alimentación no está garantizada, “habrá que detraer recursos de unos sitios, por ejemplo, de la sanidad y la educación, para llevarlos a lo más esencial, que es que la gente tenga acceso a los alimentos a unos precios razonables”, alerta Marquina
No tomar “medidas a tiempo”, advierte el catedrático, podría llevar a algunos países del norte de África a una pérdida muy notable de competitividad e incluso a convertirse en “estados fallidos al no poder disponer de suministros básicos en cantidades suficientes en función de su coste”. Y entre esas medidas “se encuentra también el control de la altísima especulación de los precios de alimentos que ha tenido lugar y que podría volver a repetirse u otro tipo de actuaciones que induzcan a crecimientos desmesurados de los precios”. Y un aviso final: “A Europa le interesa un sur que sea próspero, porque tiene vasos comunicantes con el sur del Mediterráneo”.
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Los combates en Mozambique resucitan el fantasma de la guerra civil
Gobierno y oposición han protagonizado varios combates este año
El país vivió una cruenta guerra entre 1977 y 1992


Los choques en Mozambique entre los miembros del Frelimo (acrónimo de Frente de Liberación de Mozambique), exguerrilla marxista hoy en el Gobierno, y la Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña), un grupo rebelde anticomunista creado por los servicios secretos de Sudáfrica y la antigua Rodesia, hoy Zimbabue, amenazan con reavivar la cruenta guerra civil que durante 16 años devoró el país africano y causó un millón de muertos.
El Frelimo gobierna el país desde 1992, año en que se puso fin a la guerra intestina con la firma de los Acuerdos de Paz de Roma. Pese a la treintena de rondas negociadoras celebradas en los últimos meses para conseguir una paz estable y permanente, ambas formaciones, presentes en el Parlamento, mantienen fuertes tensiones y regulares enfrentamientos.
Varios miembros de Renamo han atacado este martes una estación de policía en Maringue, en el centro del país, en represalia por el ataque el viernes pasado contra una de sus bases por parte del Ejército mozambiqueño. "Afortunadamente no ha habido muertos porque los agentes huyeron", ha dicho Anton Absalao, alcalde de la localidad.
La ofensiva lanzada por el Ejército de Mozambique respondía al asesinato de siete militares por la Renamo un día antes. El objetivo de las Fuerzas Armadas, el acuartelamiento de la exguerrilla en Gorongosa, una zona montañosa remota del centro del país africano, es la base donde se oculta desde hace un año Afonso Dhlakama, el líder de la antigua agrupación, ahora partido de la oposición, según fuentes exrebeldes. Tras el ataque, Renamo anunció que no tomaría represalias e instó al Gobierno a que retirara a sus tropas.
En abril y junio, fallecieron al menos once soldados y policías y seis civiles por ataques de la Renamo en la provincia de Sofala, en la zona central de Mozambique.
Estados Unidos, a través de su embajada en Maputo, han expresado su preocupación: "Hacemos un llamamiento a todas las partes a actuar con moderación y tomar visibles y eficaces para aliviar las tensiones y evitar el riesgo de una escalada del conflicto ".
La alta representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha expresado este martes su "preocupación" por el asalto a la base de Renamo y ha instado a todas las partes implicadas a entablar un "diálogo constructivo".
La excolonia portuguesa tiene previsto celebrar elecciones municipales el próximo mes de noviembre, y generales en octubre de 2014. La participación de la Renamo en los comicios está pendiente de un acuerdo que satisfaga sus exigencias en cuestiones como las condiciones de las propias elecciones o la reinserción de los excombatientes.
El país ha experimentado un alto crecimiento económico en los últimos años, a raíz de la explotación de minerales y del descubrimiento en su subsuelo de una de las mayores reservas de gas del mundo. Pese a todo, Mozambique es uno de los tres países con mayor índice de pobreza del mundo.
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Ahí en Mozambique tuvimos una de las misiones de paz argentinas menos conocidas, con el Hospital Reubicable de la FAA, y el Grupo 1 de Comunicaciones Escuela, siendo transportados por B 707 y C-130, justo después de esa guerra.
 

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Cuarenta latigazos por no llevar pañuelo
En Sudán, vestir "indumentaria indecente" es, para las mujeres, un delito que se paga con tortura. Conocé el caso de Amira.

Amira Osman Hamed de 35 años, es ingeniera civil y activista de los derechos de las mujeres

Su delito fue no llevar un pañuelo en la cabeza o, en términos legales, vestir “indumentaria indecente”. Amira Osman Hamed, activista sudanesa de los derechos de las mujeres, será llevada a juicio por eso el 4 de noviembre. Y si es declarada culpable, podría recibir hasta 40 latigazos.

Amira, de 35 años, fue detenida el 27 de agosto por la Policía de Orden Público. Se había negado a cubrirse el cabello con un pañuelo. La trasladaron a la oficina del fiscal y la acusaron de “indumentaria indecente”, bajo el artículo 152 del Código Penal sudanés, de 1991. Quedó en libertad bajo fianza tras pasar cuatro horas detenida en la comisaría.

Su caso desnuda el drama de las mujeres en Sudán, donde la flagelación por llevar “indumentaria indecente o inmoral” está contemplada en la ley.

Bajo esa ley, ir a un restaurante usando pantalones es motivo de flagelación. De hecho, Amira ya había sido acusada y condenada en 2002 por llevar pantalones y tuvo que pagar una multa.

Sus abogados le piden al fiscal que retire los cargos. Y Aministía Internacional lanzó un petitorio en todo el mundo para pedirle a las autoridades sudanesas que detengan la flagelación. El sitio en Argentina es http://www.amnistia.org.ar/40latigazos

La flagelación de mujeres en Sudán por llevar “indumentaria indecente” cobró estado público en 2009 con el caso de la periodista Lubna Hussein, arrestada en un restaurante en Jartum por “vestir ropas obscenas”. Diez de las 13 mujeres fueron inmediatamente condenadas a flagelación pública. Entre las azotadas había una chica de 16 años y dos de 17.
Lubna Hussein se declaró inocente. E invitó a 500 periodistas y amigos para que asistieran a su juicio. Cien activistas se manifestaron en las puertas del juzgado el día del juicio. Finalmente Lubna fue sentenciada a pagar 500 libras y a un mes de cárcel. La periodista se negó a pagar la multa (que sí pagó el Sindicato de Periodistas en contra de su voluntad) y fue liberada el día siguiente.

Desde varios ámbitos se ha pedido al Gobierno de Sudán la prohibición de este castigo humillante y denigrante: En 2003, la Comisión Africana ordenó a Sudán que modificara el artículo 152 afirmando que la flagelación equivalía a una tortura sancionada por el Estado. Esto sucedió después de que ocho mujeres demandaran al gobierno tras ser detenidas por ir de picnic públicamente con amigos varones. Las ocho mujeres fueron flageladas en público con un látigo de alambre y plástico que, según informes, les dejó cicatrices permanentes. AI advierte que el gobierno aún no ha adoptado ninguna medida para modificar la ley.
clarin
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Mueren 74 islamistas en una operación del ejército en Nigeria
  • Se trata de presuntos combatientes de Boko Haram
  • Los militares han impuesto un toque de queda de un día

Soldados nigerianos patrullan la región de Maiduguri. AFP
Al menos 74 presuntos combatientes del grupo militante islamista Boko Haram fallecieron este viernes en una operación del ejército en el norte del país.
Un portavoz militar explicó que durante la noche se efectuó un ataque por tierra y aire contra campamentos insurgentes en dos aldeas remotas del estado nororiental de Borno.
Mientras, en Damaturu, capital del vecino estado de Yobe, se produjeron numerosas bajas a raíz de enfrentamientos entre miembros de las fuerzas de seguridad nigerianas y los militantes.
El ejército impuso finalmente un toque de queda de 24 horas en Yobe, tras varios ataques coordinados de miembros de Boko Haram.
Desde el pasado mayo, Nigeria realiza una ofensiva antiterrorista en los estados nororientales de Yobe, Borno y Adamawa (todos ellos bajo estado de emergencia), tras un aumento de la actividad criminal en la zona, donde opera Boko Haram, aunque se han seguido registrando ataques de los integristas.
El grupo, cuyo nombre significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la Sharía o Ley Islámica en el país africano, de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos, según cifras del Ejército nigeriano.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, socioeconómicas, religiosas y territoriales.
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La comunidad internacional, preocupada por la tensión en Mozambique
El reparto desigual de la riqueza y la subrepresentación en el Ejército reactiva los rencores que llevaron a 16 años de combates

Soldados del Ejército de Mozambique se dirigen a las montañas de Gorongosa, en el centro del país. / A. CATUEIRA (EFE)

Mozambique está hoy por hoy lejos de una guerra civil pero la comunidad y los inversores internacionales miran con atención las consecuencias de que el principal partido de la oposición y antigua guerrilla antimarxista Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña) haya dado por finiquitado el acuerdo de paz de 1992. Pero esta ruptura unilateral no responde a una voluntad de iniciar otra lucha sin cuartel porque la formación no tiene ni capacidad militar ni apoyo popular de una sociedad aún traumatizada por 16 años de salvaje batalla y casi un millón de muertos. Más bien, es el síntoma visible de que el pastel de los beneficios de los recursos naturales mozambiqueños no está llegando a todas las bocas y el descontento porque no se les ceda más representación en el Ejército.
El país y el panorama internacional han cambiado en estos 20 años en que Mozambique ha empezado a reconstruir su economía y situarse en crecimientos del más del 7%, gracias a las minas de carbón y a la descubierta de una de las mayores reservas de gas. Este enriquecimiento no ha tenido reflejo en la población, y la mitad continúa sufriendo pobreza severa y es analfabeta.
Además, Mozambique es el tercer país más pobre del mundo y uno de los más corruptos pero en este tiempo de paz ha salvado el régimen democrático en el que Renamo sigue sin arañar el poder de Frelimo (Frente de Liberación de Mozambique), que gana por mayoría aplastante desde las elecciones de 1994.
Renamo y Frelimo se enfrentaron en una de las guerras civiles más cruentas de África y tras que el primero perdiera a sus mayores patrocinadores, la Sudáfrica del Apartheid y Rodesia (hoy rebautizada como Zimbabue), se acordó firmar la pipa de la paz en octubre de 1992.
Sin embargo, los enfrentamientos y controversias se han mantenido entre ambos y se han recrudecido en los últimos meses. El Ejército atacó la semana pasada una base militar de Renamo en Gorongosa, una zona selvática en el centro del país como represalia al asesinato de siete soldados.
La respuesta llegó el lunes cuando los de Renamo perpetraron un ataque contra un cuartel y con la sentencia de que “la paz se ha terminado” pronunciada por su portavoz, Fernando Mazanga, y que resucitó los temores de muchos. Sin embargo, ese fin no se traduce en guerra, insisten los analistas.
Renamo “no tiene capacidad de rearmarse, logística ni apoyo de ningún tipo” para iniciar una guerra civil. Gwinyayi Dzinesa, experto en Mozambique del Instituto para los Estudios de Seguridad en África Austral. “Más bien quiere llevar al país a una situación de ingobernabilidad con la excusa de que el Gobierno no gestiona bien los recursos naturales, se ha enriquecido ilícitamente y ha despilfarrado la riqueza”, amén de otras acusaciones como poca transparencia política o fraude electoral.
Renamo tan sólo tiene 51 de los 250 diputados pero goza de apoyo electoral en el norte y centro del país. Es ahí donde podría jugar su baza de “perturbar la normalidad con una técnica de guerra de baja intensidad”, apunta Elisabete Azevedo-Harman, investigadora del programa de África del instituto Chatham House, con sede en Londres.
Primero, a nivel económico, dificultando o bloqueando directamente la salida por carretera o ferrocarril de las exportaciones de carbón en las regiones que controla. El mercado de gas, en cambio, está a salvo porque la gran reserva se encuentra en el sur.
A nivel político, llamando al boicot de las elecciones municipales del 20 de noviembre, haciendo valer su ascendencia en las pequeñas aldeas, donde existe un mayor malestar popular porque el aumento del PIB no ha mitigado la pobreza. El resultado puede envalentonar a la formación a entorpecer los comicios legislativos del 15 de octubre de 2014.
Azevedo-Harman, que será una de las observadoras del proceso en las elecciones locales, asegura que lo que más le sorprende de este nuevo capítulo es que por primera vez Renamo “ha roto con el proceso institucional y democrático” que él mismo ayudó a construir con la firma del acuerdo de paz de Roma. En 2009, la formación trasladó su sede de Maputo a la norteña localidad de Nampula y a principios de este año, pasaron a Gorongosa, donde ha instalado un campo de entrenamiento.
En este punto, Dzinesa pone el foco en qué harán los 51 diputados en el Parlamento nacional, aunque, a su juicio, lo más probable es que se distancien de la posición más radical de su líder, Afonso Dhlakama, que en su cuenta de Twitter aseguró que estaba “bien en un sitio seguro” tras el ataque militar del lunes. Mientras, el presidente insiste en que el único camino es “el diálogo”.
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Los enfrentamientos entre islamistas y el Ejército agravan la crisis en Túnez
La oposición exige la dimisión del Gobierno islamista y la aprobación de una Constitución.

Centenares de opositores al gobierno islamista tunecino se han manifestado en la capital nacional, en donde tendrá lugar un diálogo nacional para intentar resolver una profunda crisis política. Reunidos en la avenida Habib Bourguiba, los opositores han andeado banderas nacionales, coreando consignas como "el pueblo quiere la caída del régimen", "¡Fuera!" o "renuncia para el gobierno de traidores".
Además, un grupo de manifestantes ha quemado la sede del partido islamista Ennahda, gobernante en Túnez, en la ciudad de Kef, al noroeste del país. De acuerdo a testigos presenciales, los asaltantes habían saqueado el lugar por la mañana. Las paredes de la oficina estaban carbonizados y equipos destruidos. Materiales sobrantes y los neumáticos también son visibles en la calle, a los pies de este pequeño edificio.
Los islamistas y sus detractores se reunirán esta tarde para intentar resolver la crisis política desencadenada tras el asesinato de un diputado de la oposición en julio. El gobierno dirigido por el islamista Ali Larayedh se comprometió hace unos días a dejar el poder antes de fines de octubre y dejar su lugar a un gabinete independiente. Las negociaciones deberán conducir la adopción de una Constitución, cuya redacción comenzó hace dos años.
Las oficinas se encuentran a escasos metros de la casa de la familia de uno de los seis oficiales de la Guardia Nacional que murieron asesinados el pasado miércoles por la tarde en enfrentamientos con milicias islamistas en la región de Sidi Bouzid.
En los funerales a las víctimas se espera una gran afluencia en un país que atraviesa una crisis política muy grave en la que la oposición reclama la dimisión del gobierno islamista. En Kef más de 1.000 personas ya se han reunido para rendir homenaje al policía muerto frente a su casa.
Las autoridades desplegaron un importante dispositivo policial en Habib Bourguiba, lugar central de la revolución en enero de 2011, con decenas de vehículos y algunos blindados. Agentes de la policía y brigadas anti-motín estaban también presentes. Paralelamente, una manifestación a favor del régimen, convocada por la Liga de Protección de la Revolución, no tuvo lugar hasta el mediodía.
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Ahogan a un niño sudafricano de 12 años en agua hirviendo

El menor había contemplado previamente como asesinaban a sus padres

Amaro José Viana, un sudafricano de origen portugués de 12 años, fue amordazado y luego ahogado en agua hirviendo después de contemplar como asesinaban a su familia. Los asaltantes del domicilio familiar mataron al menor porque habría sido capaz de identificarlos.
El niño habría estado expuesto a ver como su padre, Tony Viana, de 53 años, fue atado y acuchillado antes de que su madre Geraldine fuese violada y posteriormente asesinada con la pistola de su padre. Los delincuentes mataron también al perro de la familia.
El abogado de los delincuentes dijo al tribunal que los asaltantes habían irrumpido en la casa, en el barrio de Walkerville, para robar las pertenencias de la familia y buscar venganza por un supuesto maltrato por parte de su empleador, la señora Viana.
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