Rapto de marines. Los nuevos huéspedes de Ahmadineyad
Por GEES
En Libertad Digital nº 1068 | 30 de Marzo de 2007
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La Marina Real británica no está pasando por su mejor momento. La otrora poderosa Navy, que ayudó a los ingleses a convertirse en una potencia en el siglo XIX, se ha enterado de que el Gobierno de Tony Blair quiere recortar drásticamente su presupuesto y reducir el número de sus embarcaciones. La captura de quince de sus marines por parte de la Guardia Revolucionaria iraní, acusados de entrar en sus aguas territoriales, ha aumentado su desaliento. Al parecer, los marineros británicos estaban preparados para abrir fuego contra los captores pero desde Londres ordenaron no disparar. Algunos opinan que de haberse tratado de militares norteamericanos éstos no hubieran dudado en abrir fuego contra la Guardia Revolucionaria, aunque dado el actual clima en la zona tampoco resultaría del todo cierto. Lo que sí es verdad es de que se trata de un hecho lo suficientemente grave para que en otra época hubiera sido considerado un acto de guerra a todos los efectos.
"Han sido cordiales y muy hospitalarios, muy considerados, buena gente". Según unas imágenes de la televisión estatal iraní, los quince militares capturados piensan que Ahmadineyad es un buen anfitrión, tanto que han pedido disculpas a Teherán por violar su soberanía. La crisis recuerda a un incidente similar que ocurrió en junio de 2004, cuando Irán capturó a ocho soldados británicos en la misma zona. Fueron liberados tres días después tras ser exhibidos previamente en la televisión con los ojos vendados y obligados a pedir disculpas. El nuevo desafío iraní, sin embargo, parece más atrevido.
Las imágenes de los satélites demuestran que los marines británicos que se hallaban dentro de aguas iraquíes, y no en Irán. Llevaban a cabo misiones de vigilancia en el marco del mandato otorgado por la Resolución 1546 del Consejo de Seguridad de la ONU, el mismo órgano que pocas horas después de la detención aprobaba nuevas sanciones contra Teherán por negarse, una vez más, a suspender su programa de enriquecimiento de uranio. Es difícil pensar en las casualidades. Irán puede irritarse ante las decisiones del Consejo de Seguridad pero no influir en ellas. Sí que puede abrir otro frente para seguir dando guerra, como ha hecho ahora. Además, existe la posibilidad de que los marines sean utilizados como moneda de cambio para exigir la liberación de los iraníes de la Guardia Revolucionaria que fueron capturados recientemente por Estados Unidos en Irak.
El nuevo incidente en el Golfo Pérsico no ha sido un simple accidente o malentendido, sino una provocación de Ahmadineyad a norteamericanos y a británicos. Mejor no imaginarnos que podría hacer con un Irán nuclear.
SALUDOS