El terrorismo de los talibán paquistaníes apunta a India
El grupo talibán que reivindicó el atentado en la frontera entre India y Pakistán el pasado domingo, en el que murieron al menos 60 personas, amenaza con actuar en suelo indio y lanza sus advertencias directamente al primer ministro indio, Narendra Modi.
"Le he transmitido ya a Modi que si nuestros hombres suicidas pueden llevar a cabo ataques en este lado de la frontera, pueden hacerlo fácilmente en el lado indio", dijo Ehsanullah Ehsan, portavoz del grupo Tehreek-e-Taliban de Pakistán Jamaat Ahrar (TTP-JA), a Reuters por teléfono este miércoles. "Le dije que sus manos están rojas con la sangre de los 'muyahidines' (de Cachemira) y con la gente inocente de Gujarat por la que tendría que pagar un precio", añadió Ehsan.
Cuando la voz de TTP-JA dice que se ha comunicado con Modi se refiere a los mensajes que publicó en Twitter tras reivindicar el atentado del paso fronterizo de Wagah que une a los dos países. "Eres el asesino de cientos de musulmanes. Nos tomaremos nuestra venganza por la gente inocente de Cachemira y Gujarat", escribió en la red social tras la masacre cuyas víctimas han aumentado a al menos 60 en las últimas horas. Ehsan menciona a Modi, quien poco antes había condenado lo sucedido en la frontera en la misma red.
El portavoz insurgente acusa al líder indio de la muerte de más de 1.000 musulmanes en el estado de Gujarat en 2002, una matanza por la que fue absuelto en base a varias investigaciones pero que manchó su Gobierno al frente del Estado y que numerosos grupos sociales indios le siguen achacando hoy en día.
Según el grupo talibán, el atentado de Wagah era un mensaje para ambos Gobiernos que cumplió su objetivo principal, que eran las fuerzas de seguridad paquistaníes y sus instalaciones. La mayoría de víctimas mortales fueron civiles, incluidos varios niños, que volvían de la ceremonia diaria del arriado de banderas en el paso fronterizo.
Alerta en Calcuta
Sólo tres días después de esa masacre, la ciudad costera de Calcuta, al este de India, ha decretado la alerta y ha ampliado la presencia policial tras la amenaza de un posible ataque por parte de grupos paquistaníes. Según el diario local 'Hindustan Times', la inteligencia india interceptó mensajes que indicaban objetivos militares en la zona del puerto de la capital de Bengala.
Precisamente dos buques de la Marina dejaron el puerto de Calcuta este martes. El ejército ha alegado "razones operativas" para explicar una decisión inusual, ya que estaba previsto que ambas embarcaciones estuviesen abiertas al público hasta el jueves.
El suelo indio conoce de sobra el alcance del terrorismo paquistaní, cuya máxima demostración fue el atentado de Bombay de 2008 en el que murieron más de 160 personas. Delhi siempre ha acusado a Islamabad de alentar a los grupos insurgentes de Cachemira en un conflicto que viven ambos países desde hace décadas.
El conflicto en Cachemira es el máximo punto de fricción entre ambos gobiernos, que en la actualidad no atraviesan una buena relación después de que India haya denunciado a Pakistán de violar en repetidas ocasiones el alto el fuego en la frontera, algo que no augura una comunicación fluida entre ambos tras el atentado de Wagah.
Este miércoles el ministro de Defensa y de Finanzas indio, Arun Jaitley, reclamó a Pakistán que decida si quiere dialogar con el gobierno de Delhi o con los líderes separatistas de Cachemira. Jaitley se mostró a favor de retomar el diálogo con su vecino -un diálogo inexistente desde agosto- pero sin cruzar ciertas líneas rojas. "A menos que Pakistán haga una elección consciente, el diálogo no será posible. India quiere normalizar la relación, pero si Pakistán quiere también, depende de Pakistán", afirmó el ministro hoy en una cumbre económica en la capital india.
Escisión entre talibanes
Jamaat Ahrar, uno de los tres grupos que reivindicaron la matanza de Wagah, se escindió del principal grupo talibán paquistaní TTP el pasado septiembre, asegurando que contaba con el apoyo del 80% de sus combatientes. En ese momento, Eshan afirmó que actuar en territorio paquistaní era su primera preferencia, si bien dos meses después ha ampliado sus objetivos. "Tenemos una agenda global de la yihad, por lo tanto tenemos gente de todo el mundo, incluido el mundo árabe y Occidente, para esta misión", dijo hoy a Reuters, marcando así las diferencias con el TTP, que se centra en luchar en las zonas tribales del norte de Pakistán.
Entre los grupos talibanes del país asiático se están librando desde hace meses luchas internas de poder que llevan a este tipo de escisiones. Las divisiones también se ven impulsadas por el creciente -aunque todavía menor- apoyo que tiene el Estado Islámico (IS) en una región donde predominan las corrientes talibanes.
Ante la crecida del IS entre los nuevos militantes, recientemente el líder de Al Qaeda, Ayman Al-Zawahiri, anunció la creación de una rama de la organización para el sur de Asia que actuaría, según dijo, en India, Bangladesh o Birmania. Su primera acción fue en el puerto paquistaní de Karachi, en septiembre, cuando intentaron hacerse sin éxito con una fragata de la Armada.
Un reciente informe del Pentágono de Estados Unidos apunta que Pakistán está utilizando a los grupos terroristas locales para ejercer su influencia en la región, una acusación que no es nueva a pesar de que Washington e Islamabad son aliados en la lucha contra el terrorismo en la frontera entre Pakistán y Afganistán, donde se esconden los grupos talibanes.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, se ha reunido hoy con el alto mando del ejército, Raheel Sharif, para abordar el tema de la seguridad en el país asiático. Los militares paquistaníes libran desde junio una ofensiva contra los insurgentes que ha costado la vida de más de 1.000 rebeldes y casi un centenar de soldados.
http://www.elmundo.es/internacional/2014/11/05/545a3b87268e3e07658b4583.html