Hoy en el diario de Cordoba ¨La Voz del Interior ¨
Los padres del Vيctor no se rinden
Por Alejandra Conti l De nuestra Redacciَn.
El pabellَn 122 de lo que era el ءrea Material Cَrdoba y hoy pertenece al Instituto Universitario Aeronلutico (IUA) recuerda irremediablemente a la base rusa desde la que fue lanzado el satélite Vيctor, en agosto de 1996. La falta de pintura de la fachada, los yuyos en lo que fue un jardيn, el piso de mosaicos de granito de los pasillos, ese diseٌo de fines de los aٌos ’40 venido abajo... Faltan la niebla y el barro del cosmَdromo ruso, pero, por todo lo demلs, es evidente que los criterios arquitectَnicos de los militares soviéticos y argentinos de la época eran bastante parecidos.
Sin embargo la distancia que separa al cosmَdromo de Mirni, a mil kilَmetros al norte de Moscْ, de Cَrdoba, parece la misma que existe entre aquel entusiasmo de hace 10 aٌos y la indiferencia y el desconocimiento actual respecto de la capacidad y la utilidad de la investigaciَn espacial argentina.
Inmunes a las crيticas y al escepticismo, los ingenieros del Vيctor siguen ahي. Conservan el mismo entusiasmo que hace 10 aٌos los llevَ a Rusia y trabajan para llegar todavيa un poco mلs lejos.
Cuando, en pleno menemismo, la expresiَn “producciَn nacional” era poco menos que una herejيa, este grupo de cientيficos cordobeses decidiَ persistir en su idea. Logrَ fabricar un satélite experimental y, con el apoyo del gobierno provincial, lo lanzَ desde una base rusa.
El lanzamiento saliَ bien; el Vيctor estuvo orbitando la tierra y enviando informaciَn durante tres aٌos, dos meses y unos 14 dيas, hasta que el 14 de noviembre de 1999 regresَ a la atmَsfera.
Pasَ el furor y las huelgas y marchas docentes le recordaron a Ramَn Mestre que habيa otros temas por solucionar. El Vيctor quedَ en el olvido.
A que no
Diez aٌos después, muchos habrيan apostado a que este grupo de 22 cientيficos se habيa disgregado y que lo proyectado y logrado se habيa convertido en material de estudio en alguna biblioteca. No fue asي. Siguieron trabajando, afrontando problemas de todo tipo, desde el desinterés de los sucesivos gobiernos provinciales y de los organismos nacionales relacionados con la actividad, hasta las crisis polيticas de los aٌos 2001 y 2002. Hoy se los puede encontrar (son algunos menos) en ese pabellَn cuasi soviético del IUA.
Allي funciona el Centro de Investigaciones Aplicadas (CIA), que depende del Instituto, que a su vez forma parte de la Fuerza Aérea.
En el CIA funciona el Departamento de Vehيculos Espaciales. Su director es el ingeniero aeronلutico Héctor Hugo Brito, que junto con el ingeniero electrَnico Luis Alberto Murgio explicaron a La Voz del Interior qué fue de la vida de los padres del Vيctor.
Lo primero que hacen es un balance usat-1 (Vيctor, llamado asي en honor del ingeniero Vيctor Aruani, fallecido antes de que finalizara el proyecto) y explican por qué lo consideran un éxito.
–Brito: Hay que tener en cuenta que el satélite no fue diseٌado para producir resultados comerciales, como fotografيa, pronَstico meteorolَgico ni nada por el estilo, sino lo que fue un demostrador tecnolَgico. Nos sirviَ para saber que éramos capaces de poner en َrbita una pequeٌa nave con todas las funciones que habitualmente tienen los satélites grandes. Estل documentado que alcanzamos un éxito de entre el 80 y 85 por ciento, desde el punto de vista del funcionamiento que habيamos previsto para este satélite. El 15 por ciento de error es lo que nos sirviَ para aprender y buscar la soluciَn a esos problemas. Eso es algo que no se encuentra en los libros, y que hay que aplicarlo a casos concretos.
–Murgio: La idea era, una vez demostrado que eso caminaba, pasar a un segundo satélite para darle aplicaciones mلs importantes.
–B.: Fue el caso del usat-2, que estل listo pero no pudimos lanzarlo.
–M.: Justo cambiَ el gobierno provincial, en julio de 1999, en la época en la que pensلbamos lanzarlo. Entonces dejَ de funcionar la Secretarيa de Ciencia y Técnica, con la que trabajلbamos, y recién un aٌo después se creَ la Agencia Cَrdoba Ciencia. Pero ellos no tenيan como prioridad el tema espacial.
–La crisis se llevَ el proyecto…
–M.: Lo que pasَ después se explica por el contexto del paيs durante esos aٌos. Comenzamos a trabajar en un motor de plasma para impulsar el segundo satélite. En ese يnterin a nivel nacional aparecieron los concursos de ideas-proyecto IP99...
–B.: O los llamados Proyectos de Investigaciَn de Desarrollo Estratégico (Pide) que consistيan en la formulaciَn, durante un tiempo relativamente corto de un proyecto de gran magnitud. Se presentaban en concurso pْblico por un presupuesto del orden de los 20 millones de dَlares.
–M.: Presentamos dos y logramos que aprobaran uno. Fue una selecciَn entre 140 ideas-proyecto. Durante todo el aٌo 2001 elaboramos el proyecto definitivo. Venيamos muy bien pero terminamos de elaborar todo en diciembre de 2001. Mal momento: ya no quedaba nadie que se hiciera cargo de eso.
–B.: A partir de ahي entramos en una etapa de supervivencia, que consistiَ en seguir trabajando en el usat-2 con fondos muy limitados, pero que nos permitيan avanzar hacia el nuevo modelo de vuelo. Abrimos el لrea de propulsiَn eléctrica, un nuevo sistema, diferente al tradicional. También abrimos otras lيneas de tipo productivo social, a partir de subsidios nacionales, de la Provincia, o a través de concursos, compitiendo con otros grupos. En eso nos fue bien.
–؟En qué trabajan ahora?
–B.: En un proyecto que integra todas las capacidades que hemos ido desarrollando en estos ْltimos aٌos: satélite, propulsiَn eléctrica…
–M.: También trabajamos en el proyecto de una estaciَn hidrometeorolَgica, y en nanosatélites (mلs chicos que el Vيctor), y en un experimento educativo.
–B.: Con montos que no son ni el 10 por ciento de los que tenيamos en esa época. Pero logramos mantener la cohesiَn del grupo y no estancarnos. Hemos mantenido latentes nuestras capacidades y con posibilidad de resurgir, pero esto se va a agotar de aquي a unos cuantos aٌos porque la gente se va jubilando. A algunos de los mلs jَvenes no pudimos retenerlos.
–En épocas del Vيctor hubo cuestionamientos hacia ustedes por parte de la Comisiَn Nacional de Actividades Aeroespaciales (Conae). ؟Se superَ esa situaciَn?
–B.: Creo que persiste. Habrيa que preguntarles a ellos.
–M.: Nosotros no somos competencia para la Conae. Tenemos menos del uno por ciento del presupuesto que tienen ellos. La competencia se estableciَ desde afuera. Ellos estaban haciendo un satélite. Nosotros hicimos otro, terminamos antes y lo lanzamos con éxito. Se presentَ como una competencia pero que no existيa de nuestra parte.
–B.: Entraron a jugar factores economicistas. Segْn nos comentaron, alguien piensa en la Conae que no se justifica duplicar actividades en el لmbito aeroespacial, con todos los problemas que tiene el paيs. Personalmente pienso que, frente al espacio, no sَlo hay que duplicar, hay que triplicar, sumar y multiplicar. Es tan grande la materia que no se puede abordar desde una sola َptica.
–M.: Estamos trabajando en temas del espacio, pero no en las mismas لreas, porque nosotros trabajamos con satélites chicos y ellos con satélites grandes. Son cosas totalmente distintas. La nuestra es una iniciativa de tipo universitario.
–B.: Por citar dos casos a nivel mundial, la Universidad de Surrey, Inglaterra, tiene 13 satélites en َrbita, y la Universidad Técnica de Berlيn ya debe tener tres o cuatro. Sin hablar de los experimentos de universitarios norteamericanos que aprovechan algْn lanzamiento de la Fuerza Aérea o de la Nasa para colgar algْn satélite, como hicimos nosotros.
–؟En otros paيses del mundo cَmo serيa tomado esto que usted llama una iniciativa universitaria?
–B.: La Nasa permanentemente estل llamando a convocatorias y presentaciَn de proyectos en لreas que le interesan y que se otorgan en base a concursos. Ellos abren el juego a las universidades.
–Durante los ’90 uno de los cuestionamientos que recibيa este proyecto era por qué inventar lo que ya estaba inventado; por qué no comprar hecho.
–M.: Claro, se puede comprar hecho, ؟pero a qué precio? Ademلs, nadie te vende el know how (saber cَmo hacer algo), que es una cuestiَn estratégica, de poder. El conocimiento es poder. Eso lo saben los norteamericanos, te venden un manual de instrucciones para el uso del satélite, pero no la explicaciَn de cَmo se hizo. Por ejemplo, tenemos un satélite argentino, el Nahuel. Lo hicieron en Estados Unidos, lo llevaron a Guyana francesa y lo lanzaron en un cohete francés. Lo hicieron funcionar y nos dieron la llave para operarlo. ؟Es un satélite argentino? En realidad no pasَ nunca por acل; ni tenemos el know how.
–B.: Lo que querيamos ademلs, es obtener ese know how al menor costo posible. Por supuesto que todavيa no podemos producir un satélite de comunicaciones de 500 millones de dَlares, pero el objetivo era conocer esa tecnologيa. Saber hacerlo.
–M.: El objetivo es un cambio de paradigma: pasar de la tecnologيa extranjera al know how de la tecnologيa local. Eso implica también cambiar los mayores costos totales por menores costos. Que ademلs, quedan en el paيs, aumentando la capacidad cientيfica local.
http://www.lavozdelinterior.com.ar/2006/0917/sociedad/nota443455_1.asp
Sobre el Condor 2
Para qué hubiera servido no destruir el Cَndor
Tanto Héctor Brito como Luis Murgio fueron parte, como otros muchos, del proyecto Cَndor. Este consistيa en el desarrollo de un cohete sonda para investigaciَn en alta atmَsfera con tecnologيa de grandes motores con propulsantes sَlidos. Este cohete habrيa servido para el lanzamiento de satélites. El Cَndor 2 era un paso mلs de ese proyecto, ya que contemplaba dos etapas con control de vuelo y sus objetivos eran militares.
–؟Se sintieron muy frustrados cuando el proyecto fue suspendido?
–Brito: Frustrados sي, pero sorprendidos no.
–M.: Yo me habيa ido antes, en el ‘87.
–B.: De todas formas, estلbamos prevenidos porque nuestros profesores nos habيan advertido cَmo se manejaba el tema tecnolَgico e industrial en la Argentina. Nos hablaban de su frustraciَn y aٌos después la experimentamos nosotros. Creo que hace a la filosofيa de vida de los argentinos.
–؟El paيs estarيa en condiciones de retomar ese proyecto?
–B.: Sin ninguna duda, porque estamos hablando de una tecnologيa que si bien no es obsoleta, es conocida, estل dominada, publicada y documentada. Pero significarيa una inversiَn de cientos de millones de dَlares.
–؟Se justificarيa?
–M.: Sي se justificarيa si quisiéramos tener un lanzador propio. Para no tener que ir a Rusia a buscar un lanzador, como hicimos con el Vيctor, por ejemplo.
–B.: Si hubiéramos seguido con el Cَndor, que tenيa una salida civil, quizل habrيamos tenido un lanzador de satélites propio, como lo tienen los brasileٌos. Todavيa no han logrado hacerlo funcionar, pero en cualquier momento lo hacen.
–M.: Lo que pasa es que todo lo que se hablaba del Cَndor tiene una arista difيcil, que es el de las aplicaciones. La palabra Cَndor tiene connotaciَn militar.
–B.: Es un tema de soberanيa, de poder de decisiَn.
http://www.lavozdelinterior.com.ar/nota.asp?nrc=443456&can=84&nprt=1