Al César lo que es del César
Perón en la secretaria de Trabajo:Se crearon los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiadas con la jubilación; se sancionó el Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista; se creó el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohibieron las agencias privadas de colocaciones y se crearon Escuelas Técnicas orientadas a obreros. En 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores.
Durante el gobierno de Perón se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria liviana que se venía impulsando desde la década anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo.Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de industrialización, se optó por la nacionalización del comercio exterior mediante la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio). Éste le permitió al Estado obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de la oligarquía terrateniente, ya que el Estado le compraba a los productores por precios devaluados.En 1947 anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria pesada (siderurgia y generación de energía eléctrica en San Nicolás y en Jujuy).Perón firmando la escritura por la cual todos los ferrocarriles pasaron a manos del Estado.En el área del desarrollo de la ciencia y tecnología, en 1948, Perón anunció un proyecto de desarrollo de energía de fusión nuclear. Las instalaciones para el proyecto secreto ocuparon la Isla Huemul en el Lago Nahuel Huapi. El proyecto estuvo a cargo de Ronald Richter, un físico austriaco recomendado por el ingeniero Kurt Tank, quien esperaba utilizar los hallazgos de Richter en los aviones a reacción que estaba desarrollando en el Proyecto Pulqui II.
En 1951 el gobierno argentino anunció que el proyecto de Richter había tenido éxito y que Argentina sería el primer país del mundo en producir energía de fusión nuclear. Sin embargo, ante la falta de pruebas por parte del Proyecto Huemul, Perón designó en 1952 a una comisión de científicos para investigar las actividades de Richter, integrada por José Antonio Balseiro y Mario Báncora que informaron al gobierno que el proyecto había sido un fraude. Luego de ello, las instalaciones del Proyecto Huemul fueron transferidas por Perón al Centro Atómico Bariloche (CAB) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y al Instituto de Física de la Universidad Nacional de Cuyo que más tarde tomaría el nombre de Instituto Balseiro Durante el gobierno peronista el número de inscriptos en las escuelas primarias y secundarias creció a tasas superiores a la de los años anteriores. Se produjo el acceso a la educación secundaria de la mayor parte de los hijos de clase media y de una parte significativa de los estratos altos de la clase trabajadora, especialmente en la enseñanza comercial y técnica.
En Buenos Aires se construyó el edificio de la nueva Facultad de Derecho y se crearon las de Arquitectura y de Odontología así como la universidad obrera, luego llamada Universidad Tecnológica, además de remodelar sedes en el interior del país. Se estableció por decreto 22/1949 la gratuidad de la enseñanza y ello fue un factor que coadyuvó a que entre 1945 y 1955 se triplicara el número de alumnos si bien la cantidad de graduados tuvo escasa variación. El 17 de mayo de 1951, por Decreto 9695/1951, creó el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONITYC) antecedente inmediato del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
El número de camas en hospitales que era de 66.300 en 1946 (4 cada 1000 habitantes) pasó en 1954 a 131.440 (7 cada 1000 habitantes). Se hicieron campañas para combatir enfermedades endémicas como el paludismo, la tuberculosis y la sífilis utilizando a gran escala los recursos del DDT para el primero y la penicilina para las últimas y se acentuó la política sanitaria en las escuelas al hacer obligatoria la vacunación en su ámbito. En 1942 unos 6,5 millones de habitantes tenían provisión de agua corriente y 4 millones, servicios cloacales, y en 1955 los beneficiarios eran 10 millones y 5,5 millones respectivamente. La mortalidad infantil que era de 80,1 por mil en 1943 bajó a 66,5 por mil en 1953 y la esperanza de vida que era de 61,7 años en 1947 subió a 66,5 años en 1953. Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina. La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949.. En 1955 la Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Entre otras reformas sociales y políticas, durante su primer gobierno Perón derogó la ley que establecía la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos, y compró a nombre del estado, de capitales extranjeros, en su mayoría Ingleses, los ferrocarriles creando la empresa Ferrocarriles Argentinos (1948). Se estableció el monopolio estatal del comercio exterior mediante el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) y se desarrolló un amplio plan de viviendas para trabajadores. En 1951 comenzó a transmitir LR3 Televisión Radio Belgrano, actualmente llamado Canal 7.Durante el primer gobierno peronista "el componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948 aquel ascendía a 53% contra 47% de éste, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían 55,6%".
Ambito Militar:
Con la llegada del Coronel Perón al Ministerio de Guerra, la FMA desarrolló su etapa más brillante. El futuro Presidente de la Nación no sólo promovió a las industrias privadas para apoyar su trabajo, sino que también creó la Secretaría de Aeronáutica, donde incluyó al Instituto Aerotécnico. Así nació la Fuerza Aérea Argentina. Y con el Plan Quinquenal le dio un trascendente impulso a la actividad aérea. “…Buscamos obtener una efectiva industrialización aeronáutica…” “…Se construirá un mínimo tipo de aviones que sirvan para un máximo de propósitos...” “…Este Instituto orientará también la investigación y construirá los prototipos de aeromóviles a reacción. A tal fin, contratará los técnicos indispensables o enviará al extranjero al personal que deba capacitarse…”, establecía entre sus objetivos.Con esos ambiciosos postulados, en 1946 y luego de catorce meses de iniciado el proyecto en las mesas de dibujo, voló el IA-24 Calquín (réplica del caza inglés Mosquito, con motores Prat & Whitney) y se fabricó el propulsor radial El Indio. Con el auge de los aviones a chorro, luego de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno argentino convocó a un equipo de técnicos encabezados por el Ingeniero francés Emile Dewoitine. Al poco tiempo puso en el aire el IA-27 Pulqui I, que nos ubicó como el primer país sudamericano en contar con esa tecnología y el octavo en el mundo. Corría 1947. Mientras tanto, el ingeniero italiano Cesare Pallavecino desarrollaba el caza bimotor IA-30 Ñancú; además eran producidos por empresas privadas el IA-31 Chingolo y el IA-32 Colibrí. También se creó la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y la de Aprendices. Y dos años después, la de Paracaídas, que llevó a más de seis mil personas la mano de obra ocupada.Sin embargo el salto tecnológico estaba por darse. El gobierno consiguió traer al país al profesor alemán Kurt Tank, creador del famoso caza Focke Wolf 190, a parte de su equipo de especialistas y técnicos y a los pilotos de guerra Adolf Galland, Hans Ulrich Rudel y Otto Behrens, ases de su país. En 1950 se produjo el milagro. En la pista de pruebas de Córdoba carreteó y se elevó por primera vez el IA-33 Pulqui II, una joya de avanzada en su tiempo. Asombró a propios y extraños. El 8 de febrero de 1951 sobrevoló el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires frente a una multitud y a autoridades civiles y militares encabezadas por Perón. Cinco versiones vieron la luz desde entonces, que culminaron con la que hoy puede admirarse en el Museo Nacional de Aeronáutica, en Morón. Esta última siguió volando hasta 1960, año en que se decretó su completa desactivación. Como los demás proyectos.Hacia 1952 el complejo tomó el nombre de Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). Autos, motos, tractores y aviones salieron de sus talleres, de 130.000 metros cuadrados de superficie y donde trabajaban nueve mil operarios, con el apoyo de 200 empresas subsidiarias. Entre sus desarrollos se destacaron el bimotor multipropósito Huanquero, la bomba voladora teledirigida PAT-1, el proyectil aire-aire AM1 , el transporte pentaturbina Cóndor; las Urubú, alas volantes Horten; un túnel de viento de última generación; el IA-48 caza interceptor supersónico, el avión de transporte Naranjero sin cola y varios planeadores…¡Todo hace 55 años.En 1953 el IAME estaba compuesto por diez fábricas: aviones, motores de aviación, motores a reacción, instrumentos y equipos, paracaídas, hélices y accesorios, máquinas herramientas, automóviles, tractores y motos.En esta reseña histórica no podemos olvidar a los hombres: Brigadier Juan Ignacio San Martín, ingeniero aeronáutico y alma mater de la industria automotriz; el Brigadier César Ojeda, que contrató a los técnicos extranjeros (ambos habían llegado al grado de Mayor en el Ejército); el Brigadier Bartolomé de la Colina (había llegado a Coronel en el Ejército y fue el primer Ministro de Aeronáutica) y los pilotos Edmundo Weiss, Jorge Conan Doyle, Rogelio Balado y Nelio González.
En virtud de la onerosa deuda externa incovertible que Inglaterra había contraído durante la Segunda Guerra Mundial, durante el gobierno del General Juan Domingo Perón la Fuerza Aérea Argentina adquirió 100 Meteor MK IV y 36 bombarderos Lancaster.Convirtiendose la Argentina en la primera Fuerza Aerea con cazas a reacción en Latinoamerica.
Durante la tercera presidencia del General Perón, por una ley secreta del Congreso Nacional, se inició el desafío de superar a Brasil, Chile y Perú en cantidad de submarinos. El, por entonces, Jefe de la Armada Emilio Massera logró plasmar el proyecto en 1981, bajo el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, cuando creía que el país y el futuro estaban en sus manos.
Mediante financiamiento del gobierno alemán se acordó construir el Astillero Domecq García en la Costanera Sur para el ensamblaje de 4 submarinos TR 1700 cuyas chapas, motores, instrumental electrónico, herramientas, tecnología, bisagras, conocimientos, tuercas y tornillos serían aportados por la empresa Thyssen junto a dos submarinos construidos enteramente en Emdem, Alemania ( el ARA Santa Cruz y el ARA San Juan).
La creación de la Fuerza Aérea Argentina
En enero de 1945, siendo Perón ministro de Guerra, el arma aérea del Ejército es independizada a través de la creación de la Secretaria de Aeronáutica. Como se ha mencionado antes, en 1947 la Fuerza Aérea es equipada poderosamente, pero había más aviones modernos que pilotos con la capacidad de tripularlos. Además no existían en la fuerza doctrinas ni técnicas de defensa aérea modernas.
En forma pragmática se contrata en Alemania a un grupo de ex pilotos de la Luftwaffe con la finalidad de adiestrar a la recientemente creada Fuerza Aérea Argentina. ste contingente estaba encabezado por el famoso teniente general Adolf Galland, as de la aviación germana con más de sesenta victorias aéreas en su haber. A la edad de 36 años llegó al grado de general del aire y fue jefe de toda el Arma de Caza de su país... Las diferencias mantenidas con el mismo Adolf Hitler acerca de la utilización de aviones jet durante la Segunda Guerra, son famosas en la historia de la misma.Llegó a la Argentina en 1948 a bordo del buque Andrea C y tomó domicilio en Ciudad Jardín. Fue consejero del jefe de la Fuerza Aérea y recorría permanentemente las bases aéreas dando instrucción de su especialidad: la defensa aérea. Su actuación en la Legión Cóndor durante la guerra civil española le permitió llegar al país sin dificultades idiomáticas.Pronto conoció a Perón y entre ellos nació una mutua estima y simpatía. «Considero que fue uno de los grandes conductores de este país latinoamericano que mereció el amor de su pueblo», le indicó Galland al autor en 1994. Trabajó en el país durante siete años, pero al ingresar a Alemania la OTAN en 1954, fue llamado por las autoridades germanas para ocupar la jefatura de la nueva Luftwaffe, hecho que finalmente no ocurrió. Retornó a su patria a principios de 1955, habiendo escrito aquí un clásico de la historia de la Segunda Guerra: Los primeros y los últimos, traducido en 14 idiomas con un tiraje de tres millones de ejemplares.